Pag. 53 - 📚 Extranjero en mi propio país. (Literatura/relato) 📖

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12:05 a.m.

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El día del concierto de rap sucedió tan random, me lo esperaba, mi intuición chismeo que el acontecer sería curioso. He seguido el experimento del sueño a pie de letra, duermo 4 horas en la madrugada, me despierto continuando mis deberes. En algunas ocasiones las divido entre dos horas en la mañana y dos en la tarde, también como hoy o mejor dicho ayer (hace 4 minutos), tres en la mañana, continúe con la rutina de trote, en la tarde descanse 1 hora, que coincidencia, mi madre me despertó apenas cumplí las horas de sueño, con el fin de bajar a abrirle la puerta a los invitados de ayer en la fiesta de Luis, una amiga que vive a 2 cuadras subiendo, un compañero de estudio de mi hermano, que por cierto me cae bastante bien, es gracioso, simpático, amigable. ¡Más gente así por favor!
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Rememorando hace tres días. Horas antes de llegar al toque (concierto) de rap, me levante de la siesta hambriento, brevemente en ordenador realice una transferencia para saciar mis caprichos, mi hermano se arregló, vistió estrenando los nuevos zapatos, unas botas pequeñas de color marrón, el cabello ondulado, su mini espontaneo afro lavado con delicadeza, shampoo, baño de crema para el cabello, pantalones con estilo liceísta y de bolsillos meramente llamativos, su cara de angelito, engañaría a cualquiera de que no vive en esta ciudad de “lacras” (delincuentes),una camisa de algodón que la usé ayer en la fiesta, de color negro, es un poco gruesa pero muy cómoda, se la regaló una suegra de mi hermano de posición cache, vivía nada más y menos que Terrazas del Avila, en una zona cache, personas con plata y de status social “alto”. Aunque sinceramente se nota un nivel de sifrinos nada inusual, agregando que se encuentra la universidad más cara de Venezuela, La metropolitana. He ido, una vez antes de que está salvaje inflación apareciera, muy lejos de ocurrir tan devastada economía, intente ingresar. Mi mentalidad infantil me nublaba la consciencia, no tenía ni la mínima idea de lo que es la vida. Gracias a los golpes, el perder tan seguido, el sufrimiento de la misería, me ha hecho aprender a valorar. Ahora es que valoramos, ningún “cuando éramos felices y no lo sabíamos”.
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Hasta los zapatos caros se ensucian con barro, los verdes para mis son mocos, con eso no compro un carro, las montañas ahora cambian de nombre según la zonas, en el oeste es un cerro, en el este es una loma. Sos clasista ya. Lil Supa. Valoraté

. Me indico mi bro, sobre el concierto, en la mañana, el día anterior, lo ignore, no me interesaba más que pudrirme en mi casa, ups… Sentarme en mi hogar a escribir como todo un pan de diosito, pan… Hablando de pan. Después de transferir el dinero de mis redes a la cuenta bancaria de mi madre, en la tarjeta Mercantil (un banco de Venezuela), me vestí con mi outfil deportivo, un mono oscuro otra vez el estilo liceísta (colegial, bachillerato), camisa deportiva con una tela fina, esponjosa, ¿de oveja? De color negro, camisa con historia, de un amigo querido, uno de mis mejores amigos, casi mandado hacer por Dios, mi amigo peruano que se mudó a su país porque aquí lo intentaron secuestra. Amante del fútbol como yo; en un torneo de fútbol, compraron las camisas de marcar “under armor”, me toco el número 9, a él por consentido el 10 jajaja, el cuñado de mi amigo el 7… Eso ya es otra historia. Un bolso gris con el cierre flojo, huecos, medio presentable y un poco sucio, Mis zapatos deportivos color amarillo fluorescente con detalles anaranjado fluorescente en las trenzas y rasgos del zapato, deteriorados de tanto uso, mandados a coser y pegar en un zapatero cercano a mi casa, Medias disparejas, ¿Qué más da? Un día como amantes, además ¿quién va a verme las medias tapado por mi ropa? Qué pena sería si debo quitarme los zapatos, hasta huecos tienen. .
. Tenía una actitud un tanto irascible, sumergido en mí, ensimismado, el poco dormir, puro leer y escribir basta y sobra para amenazar la cordura. Bajamos mi hermano y yo, aprovechando irnos juntos, aunque la influencia de él y Punceles (otro amigo), me convencieron. Mis intenciones inocentes de comprar pan y cambur (bananas), mi ir y venir rápido de 20 minutos ultrajados por un nuevo plan, el toque de rap. Compré con tenacidad mis caprichos, el pan en la panadería cruzando la calle a pocos metros de mi residencia y la frutería donde suele coquetearme el cajero. Ilusionado con la esperanza de que dejen de gustarme las mujeres, si supiera que cada día está más lejos de esa realidad, porque a diario fantasea con las mujeres más y más. Mientras me esperan ambos afuera de ambos negocios de comida, idiotamente por desesperado solté el cierre del bolso, abriéndose como una boca de hipopótamo, me dio pavor mi imprudencia, ahora a devolverme a subir la comida, o durar largo rato arreglando el cierre, peor sería intentar hacerlo de camino me enredaría arriesgando botar los alimentos en suelo insano de la calle. . Mi hermano me auxilio, en pocos minutos reparo el bolso. Continuamos el camino, hablando, yo comiendo, en dirección al metro. Calculo unas 8 o 9 cuadras de distancia. La agitada Candelaria, mi parroquia. El rápido transitar de las personas, puestos de comida, chicha, hamburguesas o perros calientes (hotdog), un módulo de policía en la plaza, con un gym amateur gratuito, una iglesia, una estatua en media plaza en el cual los pubertos echan partidas de fútbolito, me entran antojos de jugar, me controlo sabiendo que dañar estos zapatos sería mi condena a quedarme con solo un par, un par que le queda poco tiempo de vida. La inmensa plaza divida en la estatua, la iglesia al fondo, una panadería que cerraron, una zona de recreación donde la tercera edad juega de vez en cuando ajedrez, lee el periódico, o creo que ya simplemente se congestiona de personas para chismear, compartir o quedarse sentado filosofando sobre la inmortalidad del cangrejo, un mini parque dedicado a los jovencitos, mientras los padres se sientan en los muros como banquitos a vigilarlos, mientras los niños se divierten entre ellos cuchichean, al lado del puesto policiaco. Policías que me dan miedo, evito verlos directo a los ojos, me ponen nervioso, no porque sea un delincuente, no mato ni a una chiripa, son ellos los que dan mala espina, los imagino como malandros uniformados. De nuevo generalizando, ¿¡ah no!? Es así lamentablemente, muchos son corrompidos, algunos cómplices de fechorías, otros sin caerse a rollo son malandros con orgullo… . Esa mujer es peor que el alcohol, estando junto a ella mi cuerpo me desobedece por mis emociones, queriéndola en mis brazos, después de varios shots, de la borrachera, vomitar, y el dolor de cabeza, me repito nuevamente: ¡Más nunca vuelvo a tomar! Otra vez la misma historia, otra mentira, hermosa como tú… ¡ya basta! Más nunca vuelvo a estar contigo… . lo irónico es que el evento se presentó a un par de estaciones que, sin transportarnos por el subterráneo, caminando son 20 minutos cuando mucho. Nos confundimos pensando que sería en las Mercedes en la plaza Sadel, frente al CC. El Tolón, otra zona cache pero no tanto como la primera que nombre. Minutos antes de entrar al metro, pasamos un puesto de frutas con mandarinas al aire que se me antojaron, las hubiese comprado, dinero que gaste en una tontería. Me había quedado atrás distraído, mi hermano y mi amigo siguieron de largo hasta devolverse y esperarme. De camino al metro nos encontramos a un par de chicos, que se nos unen en la travesía, compartían nuestro destino, los conocíamos por las incontables fiestas que nos veíamos, amistades de Daniela… ¿cuál Daniela? Adivinen. .
. Me encontraba taciturno arrinconado en el vagón del metro, de hecho, evité hablar, solo contacto visual y seguir la corriente. No quería más que achicharrarme en las reflexiones, no quería quedarme en casa, tampoco socializar, quería respirar, salir, caminar, pasear. Este bendito aislamiento, me he apartado tanto que hasta en las afueras me encierro. Punceles me preguntaba qué tenía, si supieras, solo quiero recargarme en silencio. Modo autista, no importaban lo que piensen los demás, como me ven, su opinión en general sobra, y las sobras van en la basura. Al salir en Chacaito, seguimos rumbo las Mercedes, el congestionamiento de personas cotidiano, cruzando las calles donde quien sabe quiénes respetan los semáforos. Salude a un pana que reside por mi casa y estudiamos en el Nazaret (liceo), es imperdonable que le falte su cigarro en su mano derecha, vicioso, varias veces pactamos por alejarnos de las impurezas, en mi vaivén de elegir una vida sana y fitness, o el libertinaje sin ningún filtro, ¿un bocado? Yo prefiero un banquete como los que describía Oscar Wilde. Al fin dome a mis demonios, pero descubrimos que soy más demonio que ellos, y… ¿mis ángeles? .

Pregunte por Cristo y note que se burlaban porque nadie lo había visto Épico – Canserbero.

. Lo percate en compañía de una linda señorita con pinta de malosa, lo relacione con que estuvieron en el evento, por privado le pregunte, pero no, mis sospechas equivocadas, es porque trabaja cerca por aquellos lares. Seguro son compañeros, no sé si sería alguna amante, no me interesa saberlo. . Llegando a la plaza del “evento”, notamos que algo andaba mal, muy solo, se denoto más una feria que otra cosa, pues si, una feria navideña, nos equivocamos. Desde ahí retornamos a mi parroquia, justo al irnos, pasamos al lado de un rapero del momento, “Big soto”, en medio de una entrevista en movimiento en dirección contraria, no lo sabía, me distraje, estuve antiparabolico, me confirmaron los demás que sí lo era, mi amigo gritaba como fanática, el primero que lo vio, el único que se emocionó, le exclame que se relajara, faltaba poco para que se bajara los pantalones y le lanzara las pantaletas, ¿qué le pediría un autógrafo o un hijo? Esta juventud de hoy en día, idolatran unas cosas, ni los monos son tan ridículos, retrocedemos a los tiempos que cualquier cosa lo veneraban como dioses, las tribus que se sorprendía por el sol, aire, agua, etc… Ahora es peor, jóvenes admirando jóvenes que cantan mierda, y literalmente es porquería. Perdónenme por ser tan honesto, pero desde cuando el sexo, las groserías, el perreo, el ego, la lujuria, el libertinaje. ¿Continuo? Descerebrados, no es que sea alguien sumamente un Angelito por mi nombre, el placer canal es exquisito, no lo niego, esa no es razón para sustituir la belleza de la nobleza, el amor, los valores, la elegancia, sutileza. Priorizar el narcisismo con un hedonismo enfermizo… Degenera todo, los excesos cagan hasta el más rico elixir de oasis. ¿Qué paso con la verdadera música? La dedicación que verdaderos artistas colocan… Perdóneme otra vez sueno como un fanático, ¿cómo hago? En lo personal, me aparto, en distancia con unos lentes negros, observo el mundo arder, no queda de otra, hasta que se dignen a revolucionar este caos, hasta que me digne y sea un líder por mis ideales, ¿hasta qué? ¿hasta cuándo chico? . De nuevo el metro, salimos en la estación correcta. Los transeúntes de Capitolio con vestimenta, estilo, y actitud más de barrio, no marginal, grosera ni malandra. De barrio, del ghetto me refiero a con más viveza, astucia, lastimosamente malicia. No se niega a los trabajadores, sinceros, educadas, el corazón que poseen, mi énfasis es en su actitud más guerrera, bohemia, ruda, liberal, libertina. Quitando lo negativo, en lo personal, lo he dicho antes, me caen bien, me agradan, no sé porque me siento cómodo, entro en confianza siempre y cuando no se aparezca de la nada alguien drogado, con un chuzo (cuchillo largo) o pistola amenazando contra mi vida por querer mis accesorios, dinero o cualquier pertenencia, hasta mi cédula me han robado… . Un vendedor nos explica la dirección, con un tumbado en su hablar, gestual y caminar, una especie de flow, con gracia, soltura, modulación extraña que es común entre quienes vivan más en la calle, y que su mayor educación sea de la calle. Entre dos a tres cuadras, finalmente, en distancia se divisaba la tarima, la música resonando, el bululú (grupo) de gente entrando, algunos saliendo y otros meramente paseando por el recinto. Se hacía una cola desordenada, guardias y policías revisando, “precaviendo” drogas, armas de fuego , armas blancas, alcohol, o cualquier cosa que altere el orden, me puse de ultimo en la fila que tenía cerca, aglomerados, cuidando las espaldas, derecha, izquierda, al frente, mi bolso de lado hacia adelante en prevención de algún hurto, evitando que alguien se alguien se coleara, ponerse delante de mí, quitarme mi puesto, aquí sobran los abusadores, es tan jodida la cosa que yo he sido un sir vergüenza, otro más del montón en algún momento, porque aquí si no la bailas, te la bailan. Me registra una policía, me pregunta que tengo en el bolso, con timidez le respondo tontamente “cambur (bananas) y pan”. Se mantuvo atónita por unos instantes, abrí cada bolsillo del bolso, me reviso sin ninguna delicadeza, ni buena disposición, interpreto que filtrar a más de 5026920790379309 durante toda la noche, es pesado, y nadie les daba consideración alguna, aunque aquí el trato ha pasado a ser rustico, la viveza criolla asesina la familiaridad con que antes nos caracterizaba. . Entramos, ¡aleluya! La vista panorámica del público, la tarima, la noche estrellada, las luces que maquillaban, un condón inflado como un globo, saltando y volando entre las manos del público, había una fuente fluyendo en un esquina, más atrás por el lado derecho del toque, se construyó un edificio encargado del poder electoral. el CNE. .

El Consejo Nacional Electoral es el organismo que rige el Poder electoral, el cual es uno de los 5 poderes en el que se divide el Poder Público de Venezuela. El CNE es responsable y garante de la transparencia de los procesos electorales y refrendarios que se llevan a cabo

Fuente . Podías ver el espectáculo desde adentro, una amiga entro con su grupo, gracias a que la madre de algún muchacho trabaja ahí, mediante esa palanca, disfruto de mejor perspectiva. En cambio con mis amigos, nos adentramos en el público, en un espacio abierto centro-izquierdo, pero… Paso algo impredecible, de repente mi hermano se abrazaba con una chiquilla, es costumbre que interactué con chicas, amorosamente, contrario a mi forma de ser, suele ser como una especie de Don juan, lo escucho cada rato con una historia nueva, por suerte no es promiscuo, su mentalidad es sana, le gusta joder pero con respeto. Esta vez fue diferente… La chica drogada, en un estado de inconsciencia temporal, ¡la doparon! ¡Diosito santo…! . Tú me gustas, me gustaste, casi ni me gustas, ¿por qué eres así? Malosa, ilusionándome y voy sin saber diferencia entre la realidad o fantasía, eras un sueño, tarde que temprano desperté y ahora me gusta otra morena, no es por venganza pero es más morena que tú… .

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