Pag. 45 - 📚 Extranjero en mi propio país. (Literatura/relato) 📖

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Mi hermana bailando Just dance, desde pequeña ha tenido talento para bailar y cantar. Observo al gato asomado por la ventana, encima de un mueble, en la parte superior, la ventana abierta y las cortinas recibiendo el soplo del aire, inflándose y regresando igual que dos pulmones, lo observo en el espejo inmenso que está detrás de mi computadora, un espejo divido en casillas como ajedrez en toda la ancha pared. Ayer cuando iba en el ascensor antes de ir a trotar, me encuentro con una vecina, vive un piso más arriba, es gordita, una madre de dos hijas, viuda lastimosamente, baja por las escaleras a esperar el ascensor conmigo, debido a que el ascensor de los pisos pares lleva dañado un par de años, el impar es el único que sirve, no hace falta explicar que vivo en un piso número impar, la saludo, me mentalizo en cuidar mis palabras, es curiosa, asusta su forma de ser, siento envidia en su ser, se abre el ascensor, entramos los dos, hay dos vecinas más, ellas empiezan a cuchichear.
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La vecina especial alza la voz, es su manera de hablar, me recuerda a mi madre, de volumen alto, la analizo, dice más de la cuenta, es impulsiva, sus emociones la dominan, me da miedo, no confió en las personas así, incapaces de controlarse, la mirada, la lengua, las palabras, sus pensamientos a flor de piel, por ello asumo que es peligrosa, la envidia la haría traicionar la moral. A medida que pensaba esto en mi rutina de trote, en una cuesta arriba suelo ir de espalda, pensaba en ella, diciendo esto, tener cuidado con ella, por distraerme choque con un carro estacionado, estúpidamente, es la segunda o tercera vez que me pasa, cada vez que sucede me digo, no va a volverse a repetir, jajajaj, me confié, en el resto de la semana no han habido casi carros, transitan de arriba y abajo, cuando mucho seguidos, los esquivo trotando en la cera o pegado, mirando atrás y a delante, muy atento, baje la guardia con mis tonterías, es evidente que no me hará nada, si lo intenta me cuidaré, el alma humana es predecible, es tratable, es curable, o bueno, no pasara a mayores, las vicisitudes internas que tanto enferman sé lo graves que son, casos en que son irreversibles, aquí exagero, me sugestiono de que será el fin de mi vida, es una señora como cualquier otra, no debo distraerme, ignorarla un poco, más bien centrarme en mi vida, apartarla, delimitar las fronteras, sabiéndome cuidar no pasará nada porque que perder el sueño, concentración o paz espiritual.
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Sueños… Soñé en estar en un refugio, apareció mi hermano, veía cucarachas, un insecto que las cazaba, no sé qué era, ¿un escorpión? Exterminándolas, eso me daba alegría, se escondían, pero el alacrán las perseguía en los rinconcitos, en un tubo cuadricular ahuecado se intentaba colar, se adentraba hasta devorarlas, me daban repugnancia, eran feas, muy raras, le nacían una especie de tentáculos diminutos, unos dos tentáculos como si fueran bocas, pasando de escena, encontré una chica siendo abusada por dos chicos, el segundo no lo vi, solo lo supe por inercia o no sé, al que vi sobrepasándose, espere el momento oportuno para salvarla de sus asquerosas manos. Hasta que al fin rescate a jovencita de la malicia de aquel canalla. La chica me gusto, me acosté con ella, nos abrazamos, no quería aprovecharme de ella, me asustaba que creyera eso, estuvimos recostados románticamente, o así lo sentía yo, nos levantamos, le indiqué que se escapara a otro sitio más seguro, con un grupo que se resguarde sin ese peligro que acabo de sufrir con los abusadores, le pregunte su nombre, “Osmaily” o Osmairy”, en la vida real no conozco ninguna chica con un nombre así parecido, he visto una por Facebook, amiga en común de mi hermano y su grupo social, el cual se relacionan con sus personalidades. Físicamente no se parecen, es morena la de mis sueños, la otra es blanquita, ni de cara, ni de cabello, se asemejan en el nombre que no escuche bien. Se cepillo los dientes antes de partir, me dijo que la buscara, me imagino que, por las redes sociales…
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06:58 p.m.
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Llegando de trotar, me encuentro a mi hermano, con un olor floral, un perfume suave, ¿de shampoo? No sé de donde viene, en el cuarto que comparto con él, persiste el aroma, desde la sala, cocina y pasillo que conecta al baño, mi cuarto y el de mi madre. Es sabroso, soy sensible a los olores, me encantan, soy susceptible a lo superficial, los colores, el maquillaje, una mujer coqueta gana muchos puntos conmigo. Bien vestida, perfumada, arreglada, y revestida con una personalidad de leona, alegre, simpática. La plancha del cabello está prendida al lado de mi hermana, su cabello mojado, es exquisito con un nuevo shampoo que mi madre compro.
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07:57 p.m.
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En la cuesta arriba trotando de espalda el paisaje que a distancia grabo en mi mente como una película, los largos edificios, se destaca una residencia medio sifrina (de alcurnia) el rumor de los carros, la brisa, el silencio, el silbido de algún pájaro, de aquellos que cantan en la mañana, en las tardes suenan igual de tiernos. Caracas los domingos es como un pueblo fantasma en algunas calles, solitarias, en pleno silencio, el murmullo de mis pensamientos, atormentándome con depresión o alentándome con entusiasmo. Me doy cuenta que la depresión es una enfermedad letal, por más razones positivas que poseas para ser feliz, esa psicología degenerativa, es como un cáncer, se escapa de la lógica, te enfermas y cada vez es peor, intentar curarlo por sí solo, suerte para quienes lo consigan jajaja. Me he acostumbrado, a veces siento que perderé por completo control, al final del día o al día siguiente lo recupero, mi lucidez, mi cordura. Siento que el mundo es un completo caos de mierda que no merezco vivir, en otras soy imponente, como un león rugiendo en pleno amanecer, soy sol y luna, esto es desgraciadamente tormentoso, optimista y pesimista, a veces los dos a la vez, actualmente se han separado. Un día es fructífero y en la noche destructivo, contradictorio, ambivalente, frívolo y risueño. ¡Dios! Soy un caso, ¿quién me salvará? Sigo con esperanza el mañana porque esto no puede durar para hasta la eternidad. ¿Mi única escapatoria es la muerte? Al menos voy a ser valiente, aguantaré hasta el final. Enfrentarme conmigo mismo, es un reto difícil, más en las circunstancias en que vivo, por más estabilidad que gano, me amenaza la intemperie de quedar sin un medio, aterradoras deudas, aterradora sociedad, aterrador dinero. Apestan a culo.
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Papá, ¿Qué son las mujeres? -Son angelitos de la guarda que vinieron al mundo a apaciguarnos en los malos momentos y no hay buen momento sin que ellas no estén presentes, así sea en la mente, físicamente o en el corazón-.
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Empiezo a transmutar mis desánimos adentro de los sueños, aparecí en mi liceo, observé a la promo que se graduó de primero antes de la mía, promo 48, los veía y quitaba la mirada rápidamente, me veían con resentimiento, pensándolo bien, era una especie de odio demoniaco, tenía un libro que se lo preste a un amigo, un compañero de mi hermano, se perdió en un instante, bajo el resto del grupo de jóvenes que estudian con mi hermano, sentía pena de pasar hacia la salida por temor a que los profesores me regañaran, cosa tonta porque ya me gradué hace años, cuando me decidí a atravesar el pasillo, no sé qué mosquito me pico, de la nada lance una especie de rap corto, nombrando a los compañeros de mi hermano, preguntando por él que me había hurtado mi libro, “Joseph”, ese es el muchacho.
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En la salida de mi viejo liceo, converse con un chico de mi promo, tocamos un tema trivial, del porque el restaurante de al frente el nombre era distinto, no sé en el mundo onírico sonaba con sentido, pero tratar de explicarlo en estos momentos es super idiota, era referente a sus ingresos, como podía ganar dinero, me emocione al entrar en detalles, me agachaba, le hacia una demostración de mis ideas, le dije: ¡me encantan estás tonterías!, al menos en mis sueños estaba claro que carecía de racionalidad. En las afueras del liceo, en la calle con la velocidad del sonido paso una moto que choco a unos cuantos metros, los peatones del lugar, incluyéndome corrimos a socorrer al piloto, me intente regresar porque era una pérdida de tiempo, el piloto exploto quedando sus piernas, seguí corriendo, pero los demás que intentaron socorrerlo se retiraron huyendo de la escena, los imite, escape. ¡Qué grima! Recordar mis sueños me inspiran inquietud, ¡iug…! Después de caminar en dirección de mi hogar, mi hermana la vi salir de un edificio, en pleno anochecer, de tarde a noche, es espeluznante, el clima se tornó desahuciado, de repente me perseguían, caí en un hueco, sucumbí en pánico, hasta que toque superficie, continué caminando, pase por otro edificio, desde ahí es borroso, no recuerdo más.
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Así mismo paso cuando leía “crimen y castigo” de Fiodor, narraba que después de asesinar a la inocente vieja y muchacha que por desgracia se asomó en pleno homicidio, el pobre sudaba con sus pesadillas, después al acostarme pasaba por terrores nocturnos parecidos a los que describía, la depresión de aquellos días, es comparable con la etapa que atravieso, pero sin cigarros, sin hábitos negativos, esta vez con mejor disposición, escribo, junto a mi familia, comiendo bien. Podría decirse que la suerte me acompaña. Me he derrumbado, a las horas recupero el aliento y me levanto con ganas de continuar mis sueños. Creo que empiezo a amar mi lado oscuro, había escrito que uniría mis dos partes, eso pasa, una especie de eclipse, cuando compenetro ambas revelo a alguien excepcional, pero al dividirse desato dos personalidades distintas, una emprendedora y la otra aterradora. Estos cambios químicos de mi mente acarrean efectos secundarios.
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A medias voy, a medias voy, pero continuo, no me rindo, arrastrándome, a rodillas, sin esperar, o me levanto o sucumbo al abismo, sinceramente estuve a poco de arrojar la toalla, compré panes dulces, subí a mi casa, me bañe, escribí 700 palabras, llego un amigo de mi hermano, estaba vestido para ir a trotar, luego de subirlo a la casa, me puse los zapatos deportivos y entrompe a mi rutina, fue breve pero sentí que drene, dure menos tiempos para terminar mis deberes, es como si los planetas se alinearan para luego chocar entre sí, que despelote mental, esto no puede durar toda la vida así. A mis espíritus no le gusta el humo en mis pulmones, me han dado una mano por no aceptar sustancias nocivas. Energías turbulentas que debo apaciguar.
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Analizando mi descontrol, desde que deje de jugar online, también fútbol, compartía mucho con mis amigos, aparte de las colas traumáticas por comida, me crearon un trastorno alimenticio, la azúcar, el chocolate, leche condesada, estos antojos me calman las ansiedades. La monotonía de mi vida explota mi tristeza, necesito pasión, ¡sí! Pasión, porque ni siquiera con chicas salgo, entretenido en mis frustraciones, compre una guitarra para aprender a tocar y cantar, no la utilizo, ni fútbol he podido jugar por temor a romper los zapatos, siento que la vida me agarra por el cuello, torturándome contra la pared, poco a poco se consume mi vitalidad, debo cambiar esto, debo ser paciente, debo resistir, ¿lo lograré? Sigamos adelante con mis dramas mentales, mi novela de vida, acepto que soy muy exagerado. Pero entiéndanme, nací en un país de farándula, hasta cuando hablamos, el acento de los caraqueños es un cantadito fuerte al final de cada palabra. Las chicas que he hablado de diferentes países me lo dicen y repiten. Las comprendo, cuando escucho una conversación aquí, pueden estar narrando la batalla de dos hormigas por migajas de pan y sonar la vaina (cosa) más arrecha (increíble) del mundo.
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