Pag. 23 - Extranjero en mi propio país. (Literatura/relato)
Me he decidido a escribir un libro, por lo tanto, entrenare escribiendo borradores. Así que si deseas corregirme, algún consejo, cualquier cosa que quieras criticar, se bienvenido en mis comentarios o me escribes directo al discord. Por lo tanto me equivocare con todo gusto, correré sin tener cuidado de las piedras, mientras más me tropiece más aprenderé a llegar a mi destino siendo un verdadero escritor profesional.
Escribir desde temprano, la mano se expresa con más soltura, a medida que escribía día a día se hacia hábito. Me duele la barriga. ¿por qué? ¿¡Por qué!? Si no tome alcohol, solo comí en exageración, debe ser por la hamburguesa que trajo mi madre anoche, quien me manda a no moderar mi ingesta.
Eso no me detiene, me paraliza por instantes, pero es insuficiente como para atascarme en el aparato. Me pregunto si habré soñado, lo que si estoy seguro es que con 3 horas de sueño, el experimento marchaba perfectamente, necesito curarme pronto del dolor de barriga para dar mi 100 por 100.
Hace rato veía la casa de papel, aquella serie me dejo boquiabierto, en como plantea un gran atraco, el drama que le incluyen lo exacerba, aunque creo que con más disciplina hubiese quedado mucho mejor, ¿por qué queríamos que los malos ganaran? Será porque en el fondo deseamos salirnos con la nuestra, o porque lo bueno y lo malo es algo relativo según la perspectiva. Por ejemplo, si estas muriéndote de hambre y te robas un pan del panadero que se levanto a las 3 am a preparar pan, ¿es eso malo? Porque no pedirle uno, por temor al rechazo, entonces el panadero también sería cómplice. Pondré otro ejemplo: Si te enamoras de una chica que estuvo con tu mejor amigo, para tu compañero es incomodo porque esa persona fue especial en su momento, pero tú, querido amigo te sometes a las demandas del corazoncito, como aquella frase que leí en 1000 y una noche. parafraseando la historia de un enamoramiento. Mas o menos decía:
Si no es igual, es lo que interprete. En fin, ¿Quién es el malo? El chico sería malo consigo mismo el prohibir sus sentimientos, el amigo por negarlos, o también el chico es malo por aceptar rendirse a sus impulsos. Tal vez es bueno y malo a la vez. Es como veas las cosas. Si abrimos la mente es valido que estén juntos y ninguno salga afectado, o por lo menos sea tolerable.
¡Increíble este dolor de barriga! Termine por ir al baño dos veces, luego salí y me puse a hacer abdominales, super loco en la vida yo, pero fue de inmediato me dan ganas de hacer ejercicio siento que con eso domino el dolor. Debe ser por la resistencia que genero mientras me entreno, sin dolor no hay gloria, ahora necesito voluntad psicología para resiste el malestar físico, a su vez me entra un sueño, no poseo hambre, si como temo que empeore. Aguantare un poco más siento que ya estoy mejorando.
El poder del compromiso es interesante, es un empujón y un aliento de motivación que me obliga, mejor dicho, pacto a su lado en levantarme, organizar y ejecutar mis ideas. Me provoca comprar cambures, no quiero comida, mi cuerpo pide potasio, es suave y es para consentir mi estomago de arrebato rebelde de mi interior.
Hoy he hablado con un colega que hace tiempo pasamos por problemas, desde hace meses he mantenido esa espinilla molestandome por dentro, me carcome, me decidí a hablarle con el fin de finiquitar algunas dudas respecto a un tema, por dentro algo natural me influye y convence en querer cruzar palabras. Me alegro de haberme comunicado, me aclaro el tema y además pulimos esas asperezas que me imagino también sentía como yo. Me llena de alegría saber que es un hombre de corazón bondadoso, y que podamos superar las indiferencias de forma tan positiva. Aunque claro, puede que por dentro aun siga indignado, no es fácil, la psicología humana es compleja. Por dentro exigiría justicia o venganza.
Podemos sentir cosas negativas, pero eso no nos convierte en malas personas, es ahí cuando demostramos quienes somos, combatir la maldad que nos somete, dentro de cada ser humano late un corazoncito que demanda.
No aguante y me acosté en el mueble, después vino mi madre preguntando que tenia, le explique sobre el dolor de barriga, me autosugestiono de que era apendicitis, lo peor del caso es que me dolía era en el estomagado casi en el pecho. Me había alarmado, tanto que me imaginaba con un pie en la tumba, a las puertas del cielo con Diosito. Dormí hasta después del mediodía, comí lo que pude, pase un largo rato en la casa vestido apunto de ir al médico, tarde organizandome a cual hospital, o centro médico, hay que queda más o menos cerca de donde vivo, es rápido si te vas en camioneta, pero tardaban mucho y el dolor insoportable, mi cara de sufrimiento, mis ojos apagados como hipnotizado, mi caminar débil, iba inerte, como un muerto viviente.
El colmo es que a pesar de sentirme mal, el hambre no se me va, en la calle, busque comprar tizanas en mi sitio favorito (son baratos y hay una linda morena de cajera), lastimosamente no había, me atreví a ir a otra frutería que mi madre me indicaba, estaba ya sin esperanza de hallar algún otro sitio barato, tenia vagas expectativa de comprar bananos (cambures), por ser domingo no creo que hayan venido y además ultimamente no venían, o vendían pero sin mi codiciada fruta. A pocos metros recordé dos fruterías más, en la primera no había, en la segunda sí, mucho más sabrosa, un poco congeladas, el frió, los pedazos de fruta helada le daban una sensación esplendida, mañana iré de nuevo, olvide que las tres fruterías son del mismo dueño, o sea que manejaban los mismos precios de bajos. Al satisfacer mi capricho, me daba cuenta que probablemente mi muerte la causarían mis pecados y no otro factor externo.
Mi madre caminaba lentísimo, trate de apurarla, ella quería ir en camioneta, la cual escasean, el transporte publico parecía un cuento de hadas, ver un unicornio sobre todo en pleno domingo. Subiendo rodeamos mi sitio favorito, esa majestuosa biblioteca, al fin llegando al hospital, es cerca donde vive la chica con que inicie la historia. Al llegar observe que una linda chica se me quedo viendo, sin importar mi malestar quería hablarle, no era el momento, seguí de largo con mi madre, parecía un perrito, un recién nacido, consentido, mimado, malcriado detrás de mi madre.
Que ella se encargara de atenderme, aparte que antes de llegar, entro en el estacionamiento, mi malestar me puso susceptible a la ira, su ritmo pausible me frustraba, ¡me estoy muriendo! Adentro en emergencias solo podía pasar yo, me aconsejo fingir dolor, cuestión para nada difícil, me exprese el natural, todavía sufro mientras escribo. Coloque el mueble, me senté en la parte de arriba y con el teclado en mis piernas estoy aquí escribiendo, la silla habitual que uso me odia y me incomoda muchísimo. Continuando el relato, me senté en una sala de espera detrás de 5 pacientes. Al rato entro alguien más que paso primero que yo, le otorgan prioridad a quienes padecían de terrible dolor, lo mio es un mal chiste comparado con otros enfermos, hay quienes la pasaban horrible. Demasiado me traumo, cada vez que visito una institución médica, se me revuelve el estomago, la cabeza, el alma. Me doy cuenta que mi ambición por lo material es una tontería, la mayor riqueza es la salud.
Cambiara todo por salud, que pésimo es sentirse desahuciado, el debilitarme por la falta de abstinencia, además que ayer troté con mucho cansancio, supongo que se me bajaron las defensas, necesitare mínimo una semana para recuperarme. Aunque hoy me sirvió como descanso porque no entrene, desde el mueble admiro mis piernas, ¡Dios que sexy son! Me enamoro de mi mismo. En serio, me da un terror, pánico, fobia, espantoso miedo las instalaciones, la escasez, las personas, los accidentes que a veces sin opción presencio, heridas de bala, peleas, sangre, la malicia de hombres que se muestran humanos por su dolor, detrás de ello distingo maldad, delincuentes, como dije, demuestran su humanidad. Hay enfermedades que curan, no hay mejor maestro que el dolor, necesita pasar por esto, la salud es tan importante, ¡wow! Si perezco algún día, lo haré luchando por mi país, morir como mártir, dar la vida por la libertad de mi Venezuela, no permitiré que la situación me derrote. Me doy cuenta que soy capaz de frente a personas armadas, a un arma de fuego, pero ante una aguja soy una gallina.
Cuando me toco mi turno, me chequean de manera breve los doctores o estudiante de medicina, el servicio es deficiente, es entendible porque falta personal y suelen ser estudiantes, aparte que atender a la enorme cantidad de personas gratuitamente en las limitadas condiciones que los arman, no exigía mucho. Lo siguiente al finalizar el chequeo, me mandan al laboratorio, creo que era ahí, por una dosis de omeprazol, me reencuenetro con el chico que venia por delante dos puestos, pase al cuarto directamente con la mera intención de preguntar que debía hacer ahora, el enfermo que atendía me recordó a mi tío, atendía como a 7 personas a la vez, una proeza, mi tío es enfermero, con ese trabajo se dedico por largas jornadas de su vida, quedo sufriendo de la columna gracias a la intensidad de su trabajo. Hacia muchas guardias, conociendolo se sobre-exigía, me parezco mucho a mi familiar, es de mis tíos favoritos, me identifico con su personaje, antes paso por un tiempo de rebeldía, es lujurioso con ciertos hábitos como los que tenia, es amante de las películas, animes que sean sobre las artes marciales. Ejemplo: Matrix, dragon ball, ip man, Jackie Chan, Bruce lee, etc...
Me había devuelto a buscar en el consultorio el recipe, me aviso el enfermero, antes del consultorio una enfermera en una especie de recepción me atendió, le pedí el recipe y ella misma lo busco en el área del chequeo. Al regresar, vuelvo al laboratorio, me indico que me sentara en un banquito con ruedas, mantuve cuidado porque carecía de equilibrio por falta de las ruedas, el resto de pacientes se hallaban alrededor de la habitación, recostado de sillas estilo sala de espera y también sillones, con sostenedores de sueros, aparatos respiratorios, varios conectados por vía intravenosa a los sueros y otros mejorando su respiración. Veía con suma atención al enfermero elaborar sus tareas rutinarias, con la misma curiosidad con que mi gato se sorprende desde lo más mínimo. Asustado de ser victima de alguna inyección, lo que temía se volvió realidad, me mando a sentarme al lado del paciente que estaba esperando conmigo al principio, se veía muy rígido, serio, se notaba que algo estaba mal en su salud, como tratando de imitar a las estatuas, literal fingía ser una roca, soportando algo, petrificando el dolor, eso creo, resistiendo el dolor.
Duré un rato esperando, impacientado, viene y dice ¿ a quién le coloco la vía? El chico de al lado titubeo y yo iba a decir que venia Jose (ese es su nombre), indeciso porque no quería pasar y a la vez si para irme, sin robarle el turno a mi compañero, pero como no se quejaba aprovechar la ventaja, incluso Jose indeciso en decir que no, a la vez si aceptaba que yo pasara. Confundidos por el dolor, quizás pena y estupidez. El enfermo me atiende a mi primero, a penas se iba acercando con los materiales, me puse pálido, se me bajaba la tensión, tres pacientes se me quedaron viendo con risa, primero Jose, luego otro chico que atendieron con anterioridad, le seguía una chica que llego después de mi acompañando a alguien que como ella buscaban sosiego en una cura.
Respiraba con desesperación, largas y profundas bofadas de aires, mi temor por esas agujas me conducía casi al pánico, la primera vía encima de mi mano resulto fallida, soportando una segunda más abajo en la mitad de mi brazo en las venas donde flexiono, por cierto me quedo hinchado la vena de la mano, el algodón que tapaba la herida recién hecha se cayo hacia el pantalón, ignorando todo, mi alrededor, entre a otro nivel de dolor, sufrí más en el tratamiento del omeprazol a comparación de mi dolor estomacal, agarre algo de coraje y logre estabilizarme, la segunda funciono, en seguida aparece mi madre, ¡ya era hora! La extrañaba pero se asomo en el peor momento de dolor, no lograba coordinar para responder, mis palabras, mi actitud, mi ser imitaba a una sobredosis de Marihuana, drogado del dolor. Al fin me logra invertir el tratamiento en la vía del brazo, cuando culmino me repitió varias veces que ya se me permitía salir, me despido agradeciendo y pidiendo disculpa por la escena que forme, el enfermero me respondió, "tranquilo, no te preocupes".
Busque a mi madre en la salida con ganas de irme para mi casa, con largas ansias, me provoco comprar mi famosa fruta, ella realizando una cantidad de preguntas de que tratamiento necesitaba, casi sin energía y a la vez con entusiasmo de desaparecer, me insistió en preguntar nuevamente, me acerque al consultorio, el grupo de enfermero, estudiantes y doctoras reunidos, saliendo y entrando. Con pena me acerco con mi madre, le explique que ya me habían colocado un protector estomacal, ¿ahora qué? ¿Qué necesito para curarme? ¿Matar al parásito, bacteria o vil karma que me sometía en mi estomago? Una de las doctora me avisa que espere afuera que me buscaría, o eso entendí, respondió de inercia con mitomania, porque de nuevo en la sala de espera me quede dormido en el regazo de mi madre, que dulzura, un encargado de manejar en la sala, se acerca a averiguar que necesitaba. Mi madre le explico la situación, nos comunico que debíamos estar pendientes, entrar a buscar a los doctores, insistir, ser proactivos.
Cosa clara y evidente en mi Caracas, la viveza, astucia, ¿qué pasa conmigo? Se me olvidaba ser caraqueño... No hablo de la actitud de malicia, más bien me refiero a atacar la situación y no esperar que me ataque a mi. Proactividad. Precavido, anticipado. Por suerte iba de paso un doctor, mi madre lo aborda. El enfermero o doctor nos ordeno esperar con paciencia mientras avanzaban los pacientes, después que vuelve a pasar, permite la entrada a la sala de cirugía, perdidos en encontrarla porque nos indico mal la dirección, una enfermera nos ubico, en mi caminar veía con curiosidad a una chica muy bonita, aparte de que las mujeres en medicina son una maravilla. Bellezas como Diosas griegas que provocaba venerarlas. A la espera de dos pacientes que creo serían pareja, al fin entro, me atiendo un joven muchacho ¿cuánto tendría? Seguro contemporáneo a mi edad, ignore a lindas muchachas del recinto por temor a quedar nervioso. El doctor me hacia masajes en la barriga preguntando mi especifica situación.
A veces me quedaba cortado mientras me tocaba, me indico que hablara con confianza y sin parar. Al fin le describí mi estado de muerte en vida. Le indique igual que a Jose, solo que Jose se reía, "me pusieron una hamburguesa en la cara y bueno", sin alternativa y con clara razón el chiste se cuenta solo. Mi madre le refuto diciendo que todos comimos de la hamburguesa embrujada, indique contra ello que no suelo comer alimentos de la calle. El doctor la convence que en su casa suele pasar lo mismo, entre los cuatro de su familia, comen lo mismo y se enferma su hermano. Nos receto durante un mes tomar Omeprazol, cosa que no creo que comprare porque el poco dinero que saque se invirtió en comida y necesito ahorrar para mis inversiones. ¡Basta! ¿Si no es ahora cuando? Por fortuna poseo lo necesario para mis negocios.
¡AHHH QUE DOLOR! ¡AFF...
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