Pag. 50 - 📚 Extranjero en mi propio país. (Literatura/relato) 📖

Se imaginan evolucionar tu potencial en un nivel que seas un genio como Leonardo Da Vinci, en el arte y la ciencia, mucho más allá, sin necesitar del sexo, de la comida, de horas sueño, ser criaturas que se alimenten, mmm… de la energía del universo por suponer algo, confiar en la suerte del destino. Mi lógica parece que carece de lógica, por ejemplo, si el universo cósmico nos apoya según la energía positiva que produzcamos, ¿por qué hay tantos inocentes sufriendo? Según en el libro de la reencarnación, interpreto que están pasando por pruebas más difíciles, en las anteriores vidas no lograron superar algún rasgo, la avaricia, egoísmo, envidia, lujuria. Al no lograr culminar su proceso reencarnan en otra vida más difícil que la anterior, pongo en credibilidad está teoría, pero mi razón no pasa más allá de sus límites, dentro de mí me inspira una energía a continuar.

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07:40 a.m.
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Desarrolle el hábito de stalkear a las personas por las redes sociales, de mi ciudad, diferentes estados, otros países. A veces veo personas en tomándose fotos de lo más relajados, comiéndose un helado, paveando con ropa fina en paisajes chéveres (preciosos), inocentes de los demás que sufren, inocentes que no saben que lo pueden perder de un momento a otro. Se lo había dicho a un amigo que se encuentra en Colombia, me respondió esto: “total marico, super total guebon, no saben, no saben nada, por eso no… por eso nosotros tenemos que triunfar marico, nosotros estamos aprendiendo a valorar, nosotros tenemos que triunfar…” Con su acento maracucho y cansado por haberse amanecido. Es tan fiebruo (intenso) como yo en desvelarse en las madrugadas. Jugamos juntos online Counter-Strike 1.6, aquellos tiempos, desearíamos repetirlos siendo consciente que no duraran para siempre.
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Un día soleado, cuanto me fascinan los días que adoran la cara, enrojecen, es como ver a esa persona especial sonreír, ¿Qué argumentos invalidan tanta infelicidad? Es irrefutable, sin palabra quedas mudo.
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09:32 a.m.
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Toda la madrugada despiertos para ir al acto de navidad de mi hermana la cual la acompañamos mi hermano y yo al liceo, mi viejo liceo, para nada porque nos avisó la hora equivocada, se pasai de despistada mi hermanita, despertamos a medio mundo, nos alborotamos, iba emocionado a rememorar mi zona educativa que disfrute 6 largos años. La acompañamos a las 5:30 a.m. hasta las puertas de la institución, ojalá me acompañasen las palabras no son bastas para describir el panorama de las calles tímidas, el cielo oscuro con el chisme del amanecer, el rumor de la noche, es precioso… Llegamos ante la puerta, toque con la llave, grite, un poco desesperado porque aquí en Caracas como dicen aquí: “no es juego de carrito”, acompañado de mis hermanos, mi hermana vestida de liceísta, una chemise de su promoción, con colores negro, verde y gris, se plancho el cabello horas antes, se levantó como a las 2 o 3 a.m., pantalón negro de tela de algodón, zapatos negros y medias blancas, su bolso que me ofrecí llevarlo a medio camino, negó mi oferta de amabilidad. Antes de ir, elegimos caminar por la hora se ausentan las camionetas, aunque por la escasez de transporte, hubiese preferido caminar, esperar sería eterno. Pasmos por una ruta distinta, por medio de un barrio, quería rodearlo como siempre hago, mis hermanos me insistieron en atravesarlo, quede asombrado que la iniciativa naciera de ellos, el principal asustado o mejor dicho “cagado” era yo, temía por su seguridad.
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Sus caras de despreocupación, es Caracas, ¿qué les sucede?, me repetía esa pregunta, su terquedad me domino, acepte la travesía, estuve atento con los 426092906 sentidos activos, salimos cerca de una panadería, casi por una bomba gasolinera, quede anonadado, antes repetía mis días en ese barrio porque vivía uno de mis mejores amigo de la infancia, estudiamos juntos en el colegio, esas épocas… Desarrolle un temor por las responsabilidades, hacer tarea me daban ganas de llorar… Mejor dicho sufría en llanto a diario por los deberes que detestaba hacer y el bullying de mis compañeros. Mmm… Me analizo psicológicamente, ¡eureka! Con razón soy así, le rehuyó a la disciplina, las responsabilidades, los deberes. Mis traumas infantiles son la causa de mi presente, darme cuenta por mí mismo es una bendición, un apoyo profesional me ahorraría tanto trabajo. Descubrir las fallas, el inicio de los males, es fundamental a la hora de erradicarlos. En el liceo se asomó del estacionamiento el carro de alguna de las madres, iban dos, una manejando y la otra de copiloto, las saludamos alegremente porque nos iban a salvar de las garras callejeras, no había nada que temer, nos prestaron la llave para abrir, entramos, titubee pensando en quedarnos o regresarnos para llegar con mi madre junto un amigo.
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Las ganas de continuar mis deberes en mi casa me ganaron, decidimos el hogar, nos despedimos de mi hermanita con la intención de vernos más tarde. Cerramos la puerta, entregamos las llaves y nos despedimos. Bajando al final de la calle que reside el liceo, en la esquina izquierda hay panadería, al frente de la próxima calle una parada con personas esperando. Mi hermano me siembra la idea de trotar hasta nuestras puertas, accedo con emoción, una oferta irrefutable, dudaba de mi de su propuesta por su falta de condición física, dicho y hecho, casi llegando se había cansado, en el camino a pesar de mi desgaste en las piernas respiraba a gusto, zancada con zancada rozando con los pétalos de brisa helada. Casi cerca de la residencia, entra un vecino con un señor que trabaja en la panadería, se refugian con temor en el PB, por el ímpetu con que me acerque yo y mi bro, se asustaron. ven que no es broma la delincuencia aquí dejo a más de uno paranoico. Nos saludamos pregunte si no me reconoció, pregunta tonta porque por algo se escondieron, me dice que no, me pregunta porque corríamos, “por nada solo trotamos” una respuesta con la cual me despido en dirección al ascensor. Aquí desde hace 3 horas resido en mi zona de confort.
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10:15 p.m.
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En la tarde me atreví a dormir una hora, cumplí con mi experimento del sueño, 4 horas. Me desperté con ansias de pan y cambur (banana), estaba vestido con mi outfit deportivo, un mono oscuro de tela oveja, una camisa de futbolista, su tela es de ¿lana? Es muy cómoda, zapatos deportivos de fútbol sala de suela lisa, color amarillo con detalles anaranjados ambos fluorescentes, trenzas naranjas, mi cabello un poco grasoso, con mi corte samurái en proceso, aún es muy corto para amarrarme una cola, con un poco de barba rodeando la mi cara, me afeito el bigote porque no me luce. Minimalista, sencillo y bohemio, sin complicarme, en la mañana trote un poco mientras iba al liceo de mi hermana cuando retorne a mi casa. Unas tres series de abdominales después de mi sesión de transmutación sexual. Todavía siento la excitación, escribí la mitad de mis palabras, vi por internet la nueva película de Venom, al despertar después de mi siesta, mi hermano iba a un toque (concierto) de rap, solo bajé con la intención de comprar pancito, juntos mi hermano, nuestro amigo Punceles y conmigo, nos encontramos en la entrada, salimos sincronizados, en el momento que llamo por el intercomunicador desde la entrada de PB a nuestro piso. Una vez abajo, me había traído un bolso gris, con los cierres flojos, con par de huecos que aun en su condición nefasta, servían por un tiempo más. Subiendo 50 metros y cruzando la calle, se restauró la panadería que sufrió de un incendio, exploto un horno, en el mantenimiento opte por diferentes panaderías ¡más variedad de panes!
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Antes de dirigirme a comprar pan con la cajera, titubee por un rato, no quería incomodarlos haciéndome esperar, no le prestó atención, veo al dueño de la panadería, es un gordito simpático con cara de pocos amigos, su personalidad es chévere (amigable), le pedí dos campesinos (dos panes salados, aunque ellos le colocan un toque dulce espectacular), la chica que me atiende es preciosa, es casi de mi tamaño, más alta o menos, usa lentes, se amarra el cabello, les apuesto que suelto debe ser más precioso que el día soleado que modelo sobre Caracas, es coqueta con sus uñas de las manos, ¿les había contado sobre mi parafilia de las manos? Es un fetiche como aquellos que les causa morbo los pies, aparte de lujuria me inspira ternura, su cara es ovalada, de rasgos suaves y grandes, sus manos… respira hondo. Viste un uniforme de panadera, una chemise verde con el logo de la panadería, ojos avellana, quizás no me presta atención, ni me ve con tanto interés, sé que le agrado, aunque me cataloga como parte del montón, su mirada no es fría ni caliente, mmm… No es indiferencia, hay posibilidad de ganarme su corazoncillo, con osadía, pedirle el nombre, sacarle conversación, pedir y sacar. Decir entre sacar o sacarle ¿cuál es la diferencia? La primera es más directa, la segunda más personal, posesiva y egoísta. Aquellas “le” contienen un significado psicológico, ¿estoy seguro que economía es mi carrera? ¿Por qué me salí del tema? Porque escribo con “le”, debido a mi timidez, en vez de atacar directo, prefiero lo indirecto, cosa que se aplica en los coqueteos, utilizar los rodeos sin perder el objetivo fuerte y claro. Este juego es complejo para mí, sé que, si consigo su número, su nombre, su Facebook, me encerraría en mi mente, describiendo, estudiando, imaginando su vida con la mía, el descifrar personas es uno de mis pasatiempos favoritos. Ver esa sonrisa a diario me embriaga de infancia, una característica de ella son sus labios, son gruesos, como una flor, lástima que no soy pintor, te haría un cuadro de la exquisita boca que posan mis picardías.
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Estuve en el toque de rap (concierto), después de conseguir la dirección correcta, nos embarcamos hacia el evento, nos acompañaban dos amigos más que nos los encontramos a principio de camino. Salimos del metro, estación Capitolio, nos dimos cuenta que faltaba poco, debido al estilo de personas que veíamos, más informales con un estilo caraqueño, ¿Qué defino yo con estilo caraqueño? Una vestimenta de celebración con un toque hogareño, llamativo por los colores en las prendas, el maquillaje, los accesorios, tanto hombres como mujeres. Con sazón de farándula, con acento exagerado igual que la forma de hablar, esto defino es la forma de ser entre los que viven en el centro y las demás zonas de Caracas apartando lo sifrino o fresa (alcurnia), un cálido ambiente de barrio, así me sentía, no sé porque, me agradan estos eventos, los grupos sociales que se engendran, cigarros, alcohol, policías revisando en la entrada y adentro, cuidando de nuestra “protección”, nada de armas o drogas, la cantidad de público se calcula entre 40.000 y 45.000, con la minoría de seguridad que se disponía a disciplinar la ley, es irónico el descontrol, en fin, las mujeres, el humor, todos en plan “disfrutar sin creer en nadie ni nada”, me siento cómodo entre ellos, a pesar de que no consuma cigarros, ni alcohol, me he acostumbrado a una vida más sana, pero su forma de ser me agrada, en el fondo los entiendo, o se porque actúan, promiscuos, viciosos, despreocupados sin amargarse la vida.
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El fin de la vida es el placer, un hedonismo, que no han de aprender del todo, confundidos intentan conciliar la filosofía, su falta de orientación los conlleva a pasiones dañinas, contraproducentes, cancerígenas. Normalmente les genera vacíos, buscan saciar, rellenar y apaciguarlo, pero es como echarle gasolina a un incendio, solo avivan las llamas cada día, al punto de incendiarse por dentro, se queman, se rostizan, achicharran su alma perdido en malas ideas. El hedonismo de Epicúreo que tanto me afano, es sano, placeres del alma y carnales. Un te amo, un abrazo, un beso con sinceridad, es tan o más exquisito que uno hecho con el simple morbo lascivo de la naturaleza humana-animal.

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