Pag. 13 - Extranjero en mi propio país. - Borrador - (Literatura/relato)
Me he decidido a escribir un libro, por lo tanto, entrenare escribiendo borradores. Así que si deseas corregirme, algún consejo, cualquier cosa que quieras criticar, se bienvenido en mis comentarios o me escribes directo al discord. Por lo tanto me equivocare con todo gusto, correré sin tener cuidado de las piedras, mientras más me tropiece más aprenderé a llegar a mi destino siendo un verdadero escritor profesional.
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Alrededor de mi cuadra donde vivo, hay un indigente que trabaja, tiene novia, maneja motos, come a diario, tiene una mascota, se ha ganado a la comunidad, yo he accedido a regalarle comida, colchonetas. Me contó que paso por la cárcel, tenía un amigo que lo traiciono, que fue literalmente una “lacra”, me sorprendió cuando se montó en el ascensor el día que le regale la colchoneta, no porque permití que subiera hasta mi apartamento que por cierto mi madre me regaño sin saber que el pobre paito (es su sobrenombre) esperaba afuera, creo que no escucho. Quede perplejo cuando me narro su historia, breve pero concisa. Al decir “lacra” se refiere a delincuente muy malo, de malicia profunda. Si este hombre acepto sus crimines, salió de la cárcel, vive en la calle ganándose el pan con esfuerzo.
Nosotros que tenemos más ventajas nos quedamos de brazos cruzados. Ese es el principal problema del venezolano y de los latinos. ¿Saben? Del mundo entero, de los perdedores que deciden perder, “si piensas en perder ya estás perdido”. Cabe acotar que soy discapacitado del brazo izquierdo, no lo estiro completamente, es limitado de fuerza, tamaño y motricidad. Aun así me siento como cualquier otra persona, aprendí a escribir con ambas manos, uso el mouse, los cubiertos, los periféricos con ambas manos, el término adecuado es ambidiestro, no de aquellos que dicen “soy ambidiestro porque hago de todo” y solo se rascan el rabo con ambas manos.
Me frustró el hecho de no ser como el resto e intente con todos los medios posibles “arreglar mi brazo izquierdo”, ejercicio, rehabilitación, realizar las mismas funciones que con la derecha. A pesar de no haberlo logrado, me gusto la persistencia del asunto, me quedo un largo aprendizaje ¡que carajos! Soy ambidiestro, además lo incluí con mi pierna izquierda, al ser un jugador de fútbol, me lateralice a mi lado izquierdo, mejor dicho, me condicione a ser zurdo completo. En el camino leyendo sobre el tema, afecto mi psicología, las personas ambidiestras son más autoreflexivas, al principio es un dolor de cabeza y una desventaja cuestionarme que mano o pie usar en las diferentes tareas, a diferencia de los que diestros o zurdos, actúan automáticamente, ese filtro de que si y que no ralentizo como una tortuga en mis acciones cotidianas, simples o complejas. Con práctica lo manejas y la debilidad se transforma en fortaleza. Me organice mentalmente en que tareas iba a realizar con cada extremidad, haciéndome precavido, proactivo y más rápido que la competencia. El filtrar información debería ser una regla universal, hay tanta basura que aceptamos inconscientemente enfermándonos hasta los tuétanos.
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¿Quién iba a imaginar que el gato creciera tanto? Hace meses me digo como en todas las ocasiones que me figuro el futuro, ese gato crecerá tanto que me preguntare, ¿En qué momento creció el animal tanto? Así es la percepción que tenemos cuando a diario interactuamos con las personas, usamos algún aparato, o en el mero material. ¿Material? Esto lo aprendí con ensayo y error, mis mañas de agarrar azúcar a escondida, o comida dejando parcialmente, psicológicamente paso desapercibido que la cantidad es menor cada día. Me descubrían por mi exagerada gula, me metí en un centenar de conflictos por ello. Ahora en el presente ese engaño psicológico sucede a diario, nos formamos una imagen mental de la vida perdiendo la realidad misma, el repetir tanto terminamos memorizando al caletre, monótono, creyendo que nada baja o sube y se mantienen igual.
Autosugestionados de que nada cambia y la realidad es eterna, o por lo menos temporalmente eternas. Durante el año escolar el primer día que ves a tus compañeros los observas igual que el siguiente mes, el próximo, el que viene, después pasa un año y comparas las fotos del primer al último día, así haces durante años. Es como un despertar breve de que a diario suceden pequeñas transformaciones que pasamos por alto, esos momentos mágicos de la rutina fingimos demencia o ceguera, nos enfrascamos en objetivos “más importantes” que olvidamos lo más importante, vivir. Sucediendo en las situaciones que nos cachetean luego de largos intervalos de tiempo. Pensando que él ahora es cuando tengas más poder, dinero, edad, estudios, el colmo e irónico es porque creemos que la felicidad es cuando tengamos “más tiempo” mientras pasa el tiempo, ¿pasa? Corre, se escurre entre los relojes y dedos.
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La crisis es el electroshock que me despertó de lleno en la fantasiosa simulación que creía de vida. Hambres, guerras, violaciones, pobreza. Es como un juego, de verdad es como un fucking juego, nos preocupamos por mejorar nuestro ego, mejor apariencia, calidad de vida, bienes y materiales, la mejor pareja, físico. No está mal ver la vida como un juego, me encantan las comodidades y las mujeres bonitas, pero sobreponerlo por encima de la humanidad, eso es una mentalidad de sociópata. Así es Caracas, una pantalla, consideran las novelas venezolanas muy buenos, lo acepto. Nos destacamos en la actuación, si no me creen acérquense a los teatros de mi país. La última vez que me acerque al “microteatro”, obras de calidad que hacían sentir al espectador identificado con los actores.
Es porque somos así, nos gusta la farándula, la moda, el estar en boca en boca, hacernos notar, las fiestas, celebrar, pelear, gritar, guerrear, exagerar y exagerar. Presumidos hasta el colmo, en el acento de nuestras voces, es musical entonando cada palabra con fuerza, sensualidad, gracia, firmeza, grave si eres hombre o suave para las mujeres, carácter y melodiosa las hembras, graves y de picardía para los varones. Apartando las cosas malas, me enamoraba la actitud del venezolano, nuestro expresar es teatro, adoro el teatro, la vida es teatro, vivo por el arte, así que aquí no la pasaba mal. La falla radicaba en creernos por completo la farsa de la soberbia que elaboramos minuciosamente, el orgullo es la madre de los pecados. Somos más que un personaje ficticio, somos humanos, negar al prójimo es negarnos a nosotros. Eso sucedía, la humillación de aquella ridícula película que representan los ciudadanos. No es un mal radicado en mi país, el mundo en general. Tenemos que romper ese esquema teatral, es genial ser muy alegres, fiesteros y con un poco de vanidad. Ya que poseemos dones, amamos el arte por naturaleza y en ello existe exactitud, refinación, excelencia. Cuando tocan la arrogancia se estropea, se envilece y envenena. Falta equilibrio y pocos lo saben… Se necesita una revolución mental, o terminaremos aniquilando el paradigma de convivencia por el de supervivencia.
En mi país aún existe la abundancia, hablemos de un tema que me encanta, si estuviera más feliz diría que mi favorito. “Las mujeres aquí están más buena que la comida”, la belleza femenina me aturdía enamorado cada 5 minutos que salía a la calle, en el metro sin exceptuar ninguna estación, en las tiendas con las vendedoras o los clientes, en la universidad que había visitado el día anterior, en los eventos de orquesta de música clásica, los últimos dos… Si me dan las opciones de ir al cielo, la universidad y la orquesta. Me quedaría en el limbo indeciso entre la segunda o la tercera. La belleza se radiaba a kilómetros de frontera a frontera. Hable el tema del experimento de las energías, la más poderosa de todas según Napoleon Hill es la energía sexual, imagínense el harén de señoritas aquí, suficiente y de sobra encienden el combustible al tope. La inspiración que explotan, es un manjar.
De diferentes edades, colores de piel, ojos, cabello, personalidades, voces desde suaves, dulces, inocentes, hasta dominantes, de carácter musical, melosas y a la vez esdrújulas. Visualmente con el paraíso femenino, no me quejo, ¡me encanta! Es un motivo de gran peso que me mantiene felizmente ligado a mi tierra, cuando me siento repleto de melancolía, dreno mis pensamientos negativos con un paseo. Un mero paseo a cualquier sitio, una plaza, un centro comercial (donde más disfruto) es perfecto por la variedad, seguramente leeré esto al finalizar y me sentiré tal cual el propio acosador.
Lo cierto es que no, no me atrevo a acercarme más que con la vista, me sentía motivado, me recargada la inspiración, de un momento a otro recuperaba el entusiasmo por la vida, mis deseos se prendían en la antorcha olímpica y mi pasión se multiplicaba. Me impulsa a ser más varonil, la adrenalina recorre mis venas, queriendo correr igual que en mis trotes diarios, en ser un guerrero, en decirme a mi mismo. ¿De que te quejas basura? Ve y haz algo por tu vida, tienes salud, energía, tiempo, seres queridos, un sitio donde vivir, levante y deja de lloriquear como un idiota, después me entran ataques de risa porque en ocasiones me desanimo por niñerías, ahí es cuando cargo mi maleta de “problemas” y voy risueño durante la caminata. Estoy escribiendo sobre mujeres de Venezuela, en mi mente se asoman una cantidad incontable de todas las que he conocido, me han dejado huella, recuerdos, historia, enseñanza, alegrías, dolores, inspiración, terror, miedo, amor, etc…
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Un día excelente, me había decidido por no ir a la fiesta, la insistencia de un amigo me hizo cambiar de parecer. La fiesta en el primer sitio estuvo aburrido, después de subir hasta la casa de otro amigo, estuvo medio apagado, si no es por nuestra imaginación de jugar con las cartas, domino, las conversaciones, algunos durmiendo, una que otra pareja, otros empezaron a bailar con música, la hermana del muchacho que nos invitó, es super especial, alegre, simpática, fiestera, le dio vida a la reunión con sus ocurrencias, conversaciones, animo con la música, nos acompañó durante el resto de la noche hasta las 5 de la madrugada.
Tenía 27 años, ambas orejas perforadas por un habitual túnel, la veía maravillado, me atraen la mujeres mayores, rebeldes, dominantes, un poco masculinas, bohemias. Sin duda alguna ella reunía todas y más características para cautivarme, mi sensibilidad por las mujeres agravia el tema, mi tiempo largo de soltería me rostizaba en sequía de la intimidad femenina, en el fondo las urgencias por conseguir el complemento faltante en mi vida. Por más independiente, no lo niego ni exagero, soy totalmente autosuficiente. Nada más imagínate estar detrás de una vidriera, observas con lascivo deseo devorarte unas tortas de chocolate, dulces fríos y secos. El problema es el vidrió que te separa, distancia, prohíbe, cohíbe, niega que logres saciar tu gula. Las limitaciones nos tientan como una caña de pescar con un anzuelo, agrégale que pasas aislado consumiendo alimentos neutros, grises e insípidos comparados a la azúcar.
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Existen inconvenientes que se nos escapan de las manos, sufrir una enfermedad limitante como lo es la diabetes, impidiéndote mantener una dieta alimenticia como la mayoría. Limitantes, no diría entiendo, más bien he aprendido a vivir con una, crear un estilo de vida diferente a los demás, limitantes, no me ofende, ni considero terrible haber nacido con una discapacidad física. Les pondré un ejemplo. Si tuvieras la oportunidad de cambiar el pasado, repitiendo la vida como un reinicio pero con cierta ventaja. ¿Lo harían? Varios dirán que sí, pero quienes comprendan el peso que contiene una decisión tan poderosa, sabe que la felicidad no la conseguirán de ese método, lo que paso te ha hecho la persona que eres hoy, si te amas, si la felicidad la has encontrado en ti mismo, un alma independiente y no atrapado en lo mundano, seguirás el camino sin querer alterarlo, pronto vendrá la muerte, el final de paz, eres igual al resto, nada menos ni mucho más que nadie.
Ahora te planteo el caso de que te fuerzan a repetir tu vida, sin previo aviso, te lanzan a la piscina, aprendes a nadar porque si o mueres (exageré), de un día para otro despiertas años atrás, quedas anonadado, no sabes que hacer, no entiendes que está pasando. Surgen preguntas como:
Después de esclarecer el panorama, responder las preguntas que atacan ferozmente, te quedan dos opciones, quedarte perplejo o tomar las riendas de tu vida, aprovechar la segunda oportunidad, y hacer lo que tu libre albedrío dicte. La diferencia del primer y segundo ejemplo, reside en que no tienes más opción que seguir la única alternativa que queda. No por ello serás infeliz. Exactamente me pasa lo mismo, sin ninguna advertencia nací con mis condiciones, no me queda otro camino que continuar por donde camino, aprender a ser alguien completo con las duras pruebas, porque según la perspectiva que manejes es que las cosas son malas o buenas. La mentalidad de un ganador, desarróllala y el resto se convertirá como un juego de niños. La mayoría de los problemas que nos agobian los exageramos, no es fácil resolverlos, si necesitan fuerza de voluntad, a medida que la ejecutas, lo difícil se hace sencillo.
Comienzo escribiendo sobre una fiesta y me extiendo con mensajes de autoayuda. La verdad es que la fiesta no estuvo tan emocionante, por ello me centro más en reflexiones que describir el escenario del festejo.
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En el experimento que estoy realizando de las energías, no he consumido ninguna negativa como vicios, estoy rompiendo con el pobre esquema que derrocha mi potencial, más bien me estoy centrando tanto al punto de que ayer la considero la fiesta de despedida de las fiestas, si voy a celebrar es cuando al fin avance notablemente. Durante la fiesta me sentía aburrido y perdido en ocasiones, un punto positivo es que deslumbre muy risueño, eso se debe al mejor estilo de vida que adopte. Como he dicho antes yo soy la fiesta, estaba ahí y debía aprovechar mi presencia, hacerla valer, disfrutarla como sea, sin faltar el respeto a los límites. Me sentía insatisfecho porque mi tiempo, mi energía, mi momento es ahora. Cuando soy productivo al cien por ciento, eficiente, superándome hacia mis objetivos, me siento en plenitud divina. Porque soy una herramienta útil, en cambio hacer lo contrario, obvio que me afecta con resultados contrarios.
Es inevitable, aunque quisiera ir con todos, necesito seguir mi camino, mi propio camino, me cruzare con varias personas, pero pocos son quienes me acompañen temporal o quién sabe si hasta el final. Los terceros me verán un lobo solitario, mientras busco ser un león, mi aislamiento escrito en páginas atrás es una declaración a continuar mis pasos siguiendo a los líderes correctos, siguiendo mi corazón y trazando el mapa con mi mente fría. Por ello me aparto, el éxito me espera pero si me desespero por cometer imprudencias, intentar caerle bien a todos menos a mí…
¿Cómo llegare a ser un triunfador si no me siento cómodo con mis decisiones? Me cuesta decir “no” y “si” en los momentos correctos, si sigo titubeando pasara mi tren, en la estación de la oportunidad. Me duele separarme de la manada, y es gracias a ello, mi determinación, mi romper de lo ordinario, que logre marcar la diferencia. Desearía que me acompañaran e ir junto a ustedes en cada instante, lo siento… Mejor síganme a mí. Necesito ganadores a mi lado, personas de la misma frecuencia que yo, con pensamientos de emprendedor, ricos desde adentro y transmutar la opulencia al exterior.
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