Sueño inalcanzable (relato de ciencia ficción) X

in #spanish7 years ago

Hoy les traigo la décima parte de Sueño inalcanzable. Como siempre, dejo el índice de los anteriores relatos, por la relación que guardan con este, el cual será el último del conjunto. Pretende ser una historia de ciencia ficción sobre un mundo en decadencia donde lo impensable puede pasar. Nuestro protagonista, poseedor del don de la telequinesis, desea escapar de ese mundo junto con su familia, y para ello lleva a cabo un plan muy arriesgado.

Índice de anteriores relatos

La coraza indestructible:

Parte I, parte II.

Laia y el lago de la vida:

Parte I, parte II.

Hacia el horizonte:

Parte I, parte II, parte III, parte IV, parte V, parte VI, parte VII.

Partes anteriores de este relato

Sueño inalcanzable I - Sueño inalcanzable II - Sueño inalcanzabe III

Sueño inalcanzable IV - Sueño inalcanzable V - Sueño inalcanzable VI

Sueño inalcanzable VII - Sueño inalcanzable VIII - Sueño inalcanzable IX

()

()

()

()

Parte X

Surrealism-HD-Wallpapers-backgrounds-High-Definition-Widescreen-smart-phone-artwork-Mobile-art-wallpaper-tumblr-1920x1080-736x459.jpg
Fuente

—De acuerdo, sí. Adelante, cuéntame —dije.

Elton se acomodó en su asiento, puso el piloto automático y luego dijo:

—Sabes que hace mil quinientos años apareció ese planeta, ¿no?

—Mil quinientos veintitrés, para ser precisos —corregí—. Sí, sé que de pronto se le vio llegar desde lejos hasta que se detuvo a esa distancia sin razón aparente, y entonces nos acompañó en nuestras vueltas alrededor del sol. Los habitantes tuvieron que soportar mucho frío, sobrevivieron gracias a su avanzada tecnología. Pero ni ellos se explican el fenómeno que nos mantiene juntos. A todo el mundo le cuentan esa historia en la escuela.

—Pues, no fue exactamente así. Una vez trabajé en el mantenimiento del puente. Es bastante duro, insoportable, la verdad. Lo más interesante fueron los rumores, las historias ocultas. Siempre se ha sabido qué impide que los planetas choquen. Es una anomalía gravitacional.


Fuente

—Una ¿qué?

—Anomalía gravitacional —dijo Fernán a nuestras espaldas—. He oído eso alguna vez. Me lo dijo papá. No le entendí mucho. Se supone que eso sostiene los dos planetas para que no se atraigan y choquen, ¿no? Y había otra cosa importante, algo sobre un agujero.

—Un agujero de gusano —dijo Elton mirando de reojo a Fernán—. Precisamente. Cuando apareció ese planeta, lo hizo de manera repentina, como si se materializara de la nada. No hay registros visuales de ello; en aquella época no existían las cámaras, ni las fotográficas, al menos en este lugar. Así que llegan ellos, doblan el espacio-tiempo y para la gente de aquí es como si unos dioses acabaran de llegar. Se crearon religiones nuevas, hubo mucha conmoción. Luego, tras bastantes acontecimientos, se decidió, o eso se cuenta, borrar ese episodio de la historia, pintarlo como un encuentro entre seres vivos razonables, diplomáticos.

—Pero no sería un secreto. Tú lo conoces, mi papá lo conocía, y quien sea que te lo haya contado.

—Yo se lo conté a tu padre. Pero se conoce como rumores. Una vez que creas tanta confusión como para que la verdad sea un simple rumor, no hay verdad en realidad, más que la contada oficialmente.

—Agujero de gusano, ¿qué es? —dije.


Fuente

—Relatividad, Vince. Seguro sabes algo de ello. Si doblas el espacio lo suficiente, puedes llegar a otro punto del universo a través de una dimensión superior en poco tiempo.

—Ehm, no sé casi nada de relatividad. Es como un portal, ¿cierto? Pero abrir uno tan grande como para que pase un planeta entero es…

—Absolutamente extravagante, imposible de creer.

—¿Y qué tiene que ver con tu aparato extraño?

—Te explico. Esa gente, si se pueden llamar así, ha logrado controlar la gravedad. Lo descubrí al trabajar allí. Hay ciertos lugares del puente donde uno puede experimentar los cambios en ella. Ahora, si hay algo que me alegró averiguar tiempo después, es el hecho de que utilicen ondas gravitatorias para enviar información. Este instrumento está diseñado para transmitir ondas gravitatorias, porque es la única forma de penetrar sus sistemas de seguridad.


Fuente

—¿No lo construyó tu amigo? Suena bastante complicado como para que una persona sea capaz de crearlo.

—Es que no era un amigo cualquiera. Fue alguien del otro lado, sí, del planeta vecino. Tenía un pequeño grupo con el que trabajó en el proyecto.

—Interesante —dijo Fernán—. Deberías contarnos más al respecto. Cómo lo conociste, qué tipo de treta usaste para convencerlo de que construyera semejante juguete.

—Será luego —dijo Elton. Continuó tecleando.

Levanté una ceja y traté de analizar toda la información. Aquello me dejaba con muchas dudas, pero decidí que no debía seguir insistiendo, pues no entendía mucho de tecnología. Qué tonto fui, si tan solo me hubiera hecho las preguntas adecuadas, habría notado que existían muchas cosas ocultas tras lo que decía Elton. Continué mirando al frente, graduando la fuerza de mi influencia sobre la nave, debido a que a medida que nos íbamos acercando al polo norte, los motores ganaban fuerza. No estábamos demasiado lejos, quizá pasaría menos de un día antes de que llegáramos al puente.

Transcurrieron varios minutos. Después de haber dejado atrás el basurero y pasado la montaña de metal, cuando la nave pudo volar sin ayuda, el hambre me empezaba a debilitar. Estaba exhausto de tanto usar mi habilidad. Me sentí extraño al reconocerlo, estaba convencido de que mejoraba constantemente, que seguiría haciéndolo con un ritmo acelerado. No obstante, resultó ser sólo una mala interpretación de la realidad. Estaba a punto de sugerirle a Elton que nos detuviéramos para tomar un descanso, cuando sentí "eso"… De hecho, era la primera vez que sentía algo fuera de mí, como una especie de presencia pesada e imponente acercándose desde arriba. No resultaba familiar, a mi juicio; tampoco me atemorizaba. Al principio la ignoré.

—Oigan, esta nave tiene alimentos, ¿no? La comida que trajimos no me apetece —dije con tranquilidad.

—¡Sí tiene! —exclamó Amelio. Su voz sonó como si tuviera la boca llena de algo.

Volteé a mirarlo. Tenía un pan mordisqueado en una mano y un cartón de jugo de manzana en la otra (o al menos eso parecía desde mi asiento); terminaba de tragar.

—¡Oye, Vince! —dijo el niño—. ¿Cuándo lo volverás a hacer?

—¿Qué cosa? —dije.

—¡Boom! Eso. Fue increíble. Los policías estaban… ¡Bam! ¡Bam! Pero entonces Vince los hizo volar.

Aquello me provocó una sonrisa…, y me consta que fue la última vez que me permití semejante expresión. Poco después, las cosas se salieron de control.

La presencia empezó a sentirse demasiado pesada, sólida, tanto como para ser imposible de negar. En definitiva, algo se acercaba por encima de nosotros, no se trataba de mi imaginación; tal vez era varias veces más grande que nuestra nave. Mi frente empezó a sudar, experimenté una terrible desesperación, similar a la que me atacaba cuando recordaba aquella tarde en que vi por última vez a Zara. Miré a Elton; lo vi tan tranquilo que me sorprendió. ¿Cómo podía estar así en ese momento?

—Elton, deja eso y toma el volante —dije con un tono alarmado—. Debemos escapar.

—¿Eh? —El hombre dejó de toquetear los botones y me observó con curiosidad—. No entiendo, ¿a qué te refieres?

—Hay algo gigantesco allá arriba —respondí, señalando con el dedo índice al techo—.Vienen por nosotros.

—Ehm… Los radares no muestran nada.

El idiota estaba revisando las pantallas, ni siquiera reaccionaba. Me llevé la mano a la sien derecha, luego tiré de mis cabellos. Esa cosa nos podría aplastar si quisiera. Estaba demasiado cerca, quizá a menos de dos millas.


Fuente

—¡Muévete! ¡Ya está aquí! —grité, pero fue demasiado tarde. En ese momento, luego que una sombra nos cubriera, lo pudimos ver con nuestros propios ojos.

Estaba justo arriba, pero de igual forma lográbamos distinguir una parte de ella, la nave que había descendido desde alguna parte de la atmósfera. Tenía forma alargada; la complejidad de su estructura era tal que mis ojos no podían captar la imagen a la perfección, no lograban detallar todo. Tantos agujeros, líneas, recovecos, luces; quienes hubiesen concebido aquella máquina no podían ser humanos. Elton soltó una obscenidad. De inmediato aceleró, sujetando el volante con fuerza.

—¡Ajústense el cinturón! —bramó, aunque ya estábamos bien sujetos.

Allí afuera seguía viéndose la nave enemiga como si no nos estuviésemos moviendo. Nuestro transporte no estaba pensado para huidas a muy alta velocidad.

Aquella máquina gigantesca era silenciosa, algo que yo no esperaba. Era poco probable que pudiésemos escapar.

—¡¿Puedes hacer algo, Vince?! —preguntó mi hermano. Su tono de voz denotaba terror.

No respondí. Una luz pasó a través del parabrisas. Llenó cada espacio del interior de la nave. Me encegueció, tuve que cubrirme los ojos con la mano. No sabía exactamente lo que era, pero de seguro no se trataba de algún saludo amistoso. Segundos después, la luz se fue. Elton había girado el volante, como esquivando algo. Luego se oyó un sonido zumbante, seguido de una explosión. Habíamos evitado un ataque por los pelos. Pero no tuvimos mucha suerte para la siguiente oportunidad. Aquellos perseguidores cambiaron la estrategia. La luz que esta vez nos encegueció era de color azul; apareció y se fue en un santiamén. Luego de dejar de iluminarnos, nos vimos cayendo en picado en medio de una humareda que salía de todas partes. Cada circuito, pantalla, cualquier pieza que funcionase con electricidad, empezó a lanzar chispas y un humo apestoso, como si se quemaran espontáneamente. Me agarré de las correas del cinturón, lleno de pánico. Grité. Amelio también chillaba, e igual mi hermano. Elton, sin embargo, no emitía sonido.


Fuente

Empecé a empujarme contra el tablero con los pies, tratando de pegarme más a mi asiento. Enfrente veía el suelo acercarse; íbamos de trompa hacia él. Miré a un lado para pedirle al piloto que hiciera algo, pero me llevé una sorpresa cuando encontré el aparato que robamos experimentando la gravedad cero y el asiento donde se sentaba Elton, vacío. Creí que era otro engaño de mi mente; no podía haberse esfumado. Sin embargo, cuando uno de los motores estalló, provocando que nuestra nave iniciara un giro interminable, vertiginoso, me convencí, puesto que el brusco movimiento lanzó el artefacto contra mi frente, donde rebotó, dejándome un dolor lacerante.

Estábamos muy cerca del suelo. Tenía que hacer algo ya. Todavía me hallaba demasiado cansado como para detener la nave de repente, pero si no lo intentaba moriríamos allí. La sangre empezó a brotar de la herida en mi frente, a flotar hacia atrás. El suelo se aproximaba, lo teníamos a pocos palmos. Extendí los brazos adelante y abrí mis manos lo más rápido que pude. Luego vino el golpe, rebotamos una vez, mi cinturón se rasgó. Dimos varios tumbos, vueltas violentas. Los vidrios volaron por todas direcciones, rasguñándome el rostro y muchas otras zonas del cuerpo. Algunas piezas de metal me hicieron cortadas. Entonces salí disparado del asiento, giré, golpeé de espaldas contra el parabrisas medio destrozado. Alguien vino a chocar con mi brazo, provocando que los vidrios penetraran en mi piel. Por último, la nave se detuvo, volcada sobre su techo, y yo caí en esa superficie metálica deformada por los impactos.

Continuará...

Sort:  

Excelente amigo, vas muy bien =)

Congratulations @matutesantiago93! You have completed some achievement on Steemit and have been rewarded with new badge(s) :

Award for the number of upvotes

Click on any badge to view your own Board of Honor on SteemitBoard.
For more information about SteemitBoard, click here

If you no longer want to receive notifications, reply to this comment with the word STOP

By upvoting this notification, you can help all Steemit users. Learn how here!

Coin Marketplace

STEEM 0.18
TRX 0.15
JST 0.029
BTC 62447.99
ETH 2513.51
USDT 1.00
SBD 2.67