Sueño inalcanzable (relato de ciencia ficción) VII

in #spanish7 years ago (edited)

Continúo publicando Sueño inalcanzable, ahora en su séptima parte. Como siempre, dejo el índice de los anteriores relatos, por la relación que guardan con este, el cual será el último del conjunto. Pretende ser una historia de ciencia ficción sobre un mundo en decadencia donde lo impensable puede pasar. Nuestro protagonista, poseedor del don de la telequinesis, desea escapar de ese mundo junto con su familia, y para ello lleva a cabo un plan muy arriesgado.

Índice de anteriores relatos

La coraza indestructible:

Parte I, parte II.

Laia y el lago de la vida:

Parte I, parte II.

Hacia el horizonte:

Parte I, parte II, parte III, parte IV, parte V, parte VI, parte VII.

Partes anteriores de este relato

Sueño inalcanzable I - Sueño inalcanzable II - Sueño inalcanzabe III

Sueño inalcanzable IV - Sueño inalcanzable V - Sueño inalcanzable VI

()

()

()

()

Parte VII


Fuente

En el interior de la nave, iluminado por bombillas de luz azulada, lo primero que vi fueron las melenas de los tripulantes, seguidas de sus rostros duros y las bocas de los cañones de las armas con que pensaban defenderse, las cuales sostenían en ristre. Mis impulsos fueron rápidos. Los aparatos estallaron en las manos de sus usuarios, tirándolos al piso. Gritaron de dolor; algunos trozos de metal vinieron hacia nosotros, pero los desvié directamente contra el suelo. Los sujetos cayeron en el rellano, al pie de las escaleras que ascendían al nivel superior de la nave. Hice que la ametralladora viniese desde su ubicación al frente de la nave y flotara a mi lado antes de acercarme a ellos.

Eran dos muchachos vestidos con un raro uniforme gris de cuero conformado por una chaqueta de mangas largas ajustada y abotonada hasta el cuello, más unos pantalones con muchos bolsillos. Ambos estaban adoloridos, se movían hacia los lados sobre sus espaldas, aun quejándose por el impacto. Me agaché en medio de ellos y les dije:

—No se muevan. Sólo queremos la nave, ustedes se pueden ir.

Fernán se acercó y, rodeándome, se paró frente a mí mientras decía:

—Debemos matarlos, no hay que dejar testigos.

Los jóvenes dejaron de moverse, guardaron silencio. Los escudriñé a cada uno por un momento. Debían ser de menor edad que yo, pero no parecían extranjeros; sus expresiones de miedo los delataba.

—No creo que sean de aquel planeta —repliqué—. Retengámoslos un rato, luego los dejamos ir en cuanto nos marchemos.

—Hace un momento mataste a unos hombres sin juzgar si eran o no de aquí.

—Tuve que, estábamos en peligro. Hermano, recuerda que aunque nuestro padre no esté no podemos olvidar lo que nos enseñó.

En ese momento me di cuenta de que mi control de la telequinesis aumentaba de una manera increíble. No debía prestar demasiada atención al arma que flotaba a un lado de mi hombro, y me daba la impresión de que las otras que aún estaban frente a la nave, seguían bajo mi influencia. De hecho, para probar si era cierto, me concentré en traerlas a mi lado. Entonces, en efecto, pocos segundos luego de pensarlo, aparecieron, como si tuviesen vida propia.

—Toma una de las armas; vigílalos —agregué antes que Fernán pudiese decir algo—. Yo voy por el piloto, que aún está allí dentro.


Fuente

Mi intuición me lo decía. Aunque hubiese dos chicos tirados a mis lados, debía haber otro, uno que sirviese de líder para comandar aquella tarea de recolección. Me puse de pie e hice que el fusil de los cazadores, que aún cargaba Elton, volara hasta las manos de Fernán, quien lo mantuvo apuntando alternativamente a cada uno de los aturdidos chicos. Me aproximé a las escaleras, mi hermano se apartó para que pasara con mis objetos flotantes. Lentamente fui ascendiendo. Lo primero que vi fue la parte de atrás de un par de sillas forradas de cuero, ante el vidrio del parabrisas. Me detuve, me di la vuelta, mirando hacia arriba.


Fuente

El nivel superior se extendía hacia la parte de atrás, por encima de mí, y eso era lo que deseaba verificar; se podía decir que había tres niveles, puesto que la parte de atrás estaba más elevada, por encima de los asientos delanteros. Sospechaba que el tipo a quien buscaba se escondía ahí. Sin embargo, desde donde me encontraba no veía más que el techo. La incertidumbre me ganaba, trataba de escuchar pero no captaba nada. Lo pensé por un instante. Se me ocurrió que tal vez podría mover algo que jamás había visto (aunque por lo menos podía hacerme una idea de cómo lucía). Imaginé una especie de pared invisible de detección que barría el espacio desde la parte más profunda de allí arriba hacia los asientos del piloto y copiloto, los cuales ahora estaban a mis espaldas. No ocurrió nada. Debo haberlo hecho mal, pensé. Entonces lo volví a intentar. Y funcionó. Alguien emitió un grito; lo vi volar sobre mí hasta golpear contra la espalda de los asientos. Lo seguí con la mirada durante el trayecto, girándome para no perderlo de vista.

Se trataba de un hombre de unos treinta años, según podía calcular, vestido con el mismo uniforme que los muchachos, de piel rojiza, cabello negro, con un bigote abundante que parecía cuidar mucho. Era algo raro ver a alguien bien peinado. Mientras terminaba de subir los escalones, hice notar mis capacidades dándole un empujón contra el piso, de manera que quedase boca arriba. Su rostro estaba lleno de temor.

—¿Usted también pertenece a este lado? —le pregunté en cuanto estuve pisando el penúltimo escalón, muy cerca de él.

—Si… si se refiere a… No entiendo qué quiso decir —respondió el hombre, balbuceando.

—Sabes de lo que hablo, quiero que me digas si eres de este planeta.

—Pues claro.

—No vengo a matarlo; sólo queremos la nave —expliqué al darme cuenta de que el tipo estaba temblando. Era obvio que jamás había presenciado algo como lo que yo estaba haciendo.

—N… no la tendrán. La batería está desconectada…

—Hay algo que no entiendo. ¿Por qué ustedes están ayudando a la destrucción de nuestra tierra? Están apoyando a los otros.

El piloto vaciló. Entonces, entre pequeños espasmos, fue calmándose. Su frente estaba perlada de sudor.

—Ellos jamás han mandado a alguien a sabotear el sistema de acá —dijo.

—Explícame, soy todo oídos.

—Admito que guardo relación con los de su raza, pero es por un familiar lejano. No sé cómo funcione; todos quienes somos descendientes mestizos fuimos obligados a participar, obligados a destruir todo. No puedo decir más.

—Pero quiero que me digas.

—Es que no sé nada. Para serte franco, nos autodestruimos…, no sé si fue planeado por ellos, pero aquí estamos, devorándonos hasta la desintegración.

—Acabas de decir que fueron obligados.

—Fuimos obligados por el instinto. Lo llamamos el “fuego incontrolable”. Así somos, así nacimos; pero claro, eso no quiere decir que tengamos toda la culpa de lo que pasa aquí.

Por primera vez el hombre se veía confiado. Una ligera sonrisa irónica se dibujaba en su boca. Me irritó tanto descaro; automáticamente las armas que me acompañaban reaccionaron acercándose unos centímetros a la cabeza de mi interlocutor.

—¿Qué eres? —preguntó, regresando a su estado de miedo.

—Alguien a quien no le gusta la injusticia, alguien que quiere ser libre.

El piloto frunció el ceño. La calma volvió a él, su rostro se iluminó, como si una idea que pasara por su mente le hiciera entender un problema complicado.

—Así que es así —dijo despectivo—. Eres otro más. Ustedes son como una plaga; creen que por seguir alguna regla moral tienen derecho a sobrevivir. Nunca llegan a pensar que al universo le importa un pimiento lo que hagan o lo que sientan; igual son vulnerables, igual perecerán junto con el resto de su calaña.

No respondí de inmediato. De hecho, decidí que debía pasar de ello, fingir que realmente no me importaba. Al tiempo que un pensamiento infausto empezaba a invadir mi mente, noté que todavía estaba ejerciendo presión sobre la nave; durante todo ese rato había sido así. Luego de retirar la influencia, sentí una debilidad que se extendía por mi nuca, resultado de la fatiga. Volteé a mirar a Fernán, quien seguía vigilando a los chicos uniformados.

—¡Hermano! —dije—. ¡Dile a Amelio que venga acá!

—¡Captado! —respondió él.

Aún quedaban esperanzas; teníamos el elemento sorpresa. Volví a mirar al hombre en el piso, tratando de intimidarlo, pero parecía que ya no le importaba ni el hecho de que lo estuviera amenazando con armas flotantes. Entonces, mientras seguía creciendo en mí aquella rara sensación provocada por el pensamiento que intentaba dominarme, rodeé al sujeto y me di la vuelta. Allí abajo vi a Amelio subiendo los peldaños. Cuando estaba apenas a la mitad del recorrido, le pasé un revólver.

—Vigila a este. Voy a encender la máquina —dije.


Fuente

El piloto se rio, pero no le presté atención. Algunas cosas empezaron a dejar de funcionar dentro de mi cabeza; quizá, si me ponía a hablar, balbucearía una que otra palabra. Volví a girarme, salté por encima de los asientos del piloto y copiloto. A continuación observé los controles, bastante avanzados, con pantallas más que cualquier otra cosa; eran táctiles, se haría sencillo operar con ellas. No había luces, todo estaba apagado; al lado del volante se encontraba incrustada una llave muy peculiar, más grande que la de un automóvil y muy parecida a una memoria USB. No perdí tiempo, la giré en la dirección que indicaba el tablero. Posteriormente, las pantallas brillaron, los motores vibraron y sentí cómo se elevaba un poco la nave.

—¡Imposible! —exclamó el piloto a mis espaldas.


Fuente

Seguí sin decir nada. Estaba cansado. Dejé caer las armas, me desplomé en el asiento del copiloto. Sólo había sido una frase, pero había activado aquello que más me molestaba. Una horrible sensación, la cual podía comparar a estar en un espacio oscuro, vacío, sin nada a lo que aferrarse, a la deriva. Algo que comencé a experimentar con regularidad desde aquel momento, la última vez que la vi…

Zara fue una muchacha más de entre las muchas que tuvieron que esconderse, ya sin familiares a los que acudir. La recordaba tal cual era. Cabello negro, ojos claros, piel morena; desde el momento en que la vi siempre vistió ropa masculina y usó una enorme gorra para ocultar los mechones más largos de su melena. Su postura, su manera de moverse, imitaban las de un hombre. Me acompañó en un viaje que tuve que hacer en aquel momento en que me separé de mi familia tras una larga persecución. Debía rodear toda una ciudad sin ser visto para poder reencontrarme con papá, mamá y mis hermanos.

Ellos nunca llegaron a conocerla, porque antes de poder alcanzarlos, la vi morir en manos de un grupo de viajeros agresivos. Ya casi había olvidado los momentos en los cuales hablamos. Incluso no recordaba cómo sonaba su voz; todo fue opacado por el incidente. Pude ver una parte de la maldad humana. Luego de ello sentí como si toda mi vida hubiera sido una tonta mentira, un engaño hecho para ocultar lo frágiles que éramos. Fue algo que me hizo perder la noción de la realidad, pero a la vez me preparó para lo que siguió. Mis padres fallecieron, yo lo acepté, no porque fuera fuerte, sino porque estaba frustrado, estaba casi convencido de que nos hallábamos solos en un mundo que pasaría de nosotros como si nada.

Gritos, dolor, sangre, armas filosas, injurias. Los recuerdos no eran coherentes, sólo cosas al azar que iban sumiéndome en una espiral vertiginosa, una nube que bloqueaba mi entendimiento. En algún lugar, un hombre me hablaba mientras sujetaba el volante de una nave desconocida. Él tenía un nombre, pero no lo recordaba. Mi cuerpo actuaba por sí solo, seguía la conversación con total naturalidad, pero no entendía nada. ¿Qué pasaba? Parecía que planeábamos algo, ellos y yo. Porque había otros dos, quienes estaban a mis espaldas, en la parte superior. Y aunque intentaba regresar a la normalidad, poco a poco me iba hundiendo más, hasta que mi cuerpo también se vino conmigo y dejó de hablar.

Continuará...

Sort:  

@cmtzco has voted on behalf of @minnowpond. If you would like to recieve upvotes from minnowponds team on all your posts, simply FOLLOW @minnowpond.

To receive an upvote send 0.25 SBD to @minnowpond with your posts url as the memo
To receive an reSteem send 0.75 SBD to @minnowpond with your posts url as the memo
To receive an upvote and a reSteem send 1.00SBD to @minnowpond with your posts url as the memo

Congratulations @matutesantiago93! You have completed some achievement on Steemit and have been rewarded with new badge(s) :

Award for the total payout received

Click on any badge to view your own Board of Honor on SteemitBoard.
For more information about SteemitBoard, click here

If you no longer want to receive notifications, reply to this comment with the word STOP

By upvoting this notification, you can help all Steemit users. Learn how here!

Congratulations @matutesantiago93! You have completed some achievement on Steemit and have been rewarded with new badge(s) :

Award for the number of upvotes

Click on any badge to view your own Board of Honor on SteemitBoard.
For more information about SteemitBoard, click here

If you no longer want to receive notifications, reply to this comment with the word STOP

By upvoting this notification, you can help all Steemit users. Learn how here!

Wow amigo eres un muy buen escritor, felicitaciones. espero la siguiente parte. Ya te estoy siguiendo, recuerda seguirme en @victorlondonomartinez y votar y dar Reply en mi post conmemorativo a John Lennon de los Beatles. Saludos.
https://steemit.com/spanish/@victorlondono/celebramos-el-cumpleanos-no-77-a-john-lennon-del-grupo-de-rock-the-beatles

Gracias =) Está en proceso la siguiente
Votado y comentado, tu post. Y también te sigo

Excelente amigo, tienes mucho talento en la escritura

Coin Marketplace

STEEM 0.16
TRX 0.16
JST 0.030
BTC 58416.09
ETH 2514.67
USDT 1.00
SBD 2.34