GRACIAS POR SU DONACIÓN (Capítulo 24: Persis).
En el interior de su cueva no había nada, ni apenas nadie y menos otros seres de su misma especie. Todo era oscuridad y monotonía, llevaba toda su vida viajando por el espacio en esa pequeña roca hacia un destino incierto y azaroso a merced de las atracciones de los cuerpos celestes.
Siempre viajando, siempre en constante movimiento, de sistema solar en sistema solar, su hogar se desplazaba a grandes velocidades y desde que se desprendió de su antiguo planeta se desplazaba por la galaxia sin rumbo.
Cierto día, después de cientos de años de constante viaje, Oumuamua entró en el sistema solar a gran velocidad, ese día todo cambió para la vida de Persis.
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Oumuamua era un extraño asteroide alargado, el cual no pasó desapercibido para los habitantes de la Tierra, ni tampoco para Muon, éste envió allí un D.R.F.S. (Dispositivos de realización de fantasías sexuales) ya que el ser que lo habitaba en el interior de la roca era un ejemplar único para la extracción de su esperma, no se podía dejar pasar esa oportunidad.
Persis vivía ajeno a todos esos acontecimientos, sus días iban pasando y todo era monotonía, hasta que por fin ocurrió un suceso destacable en su vida. A través de su enorme cueva entró un brillante objeto y se posó justo a su lado, Persis lo miró con extrañeza y pensó que sería algo comestible, así que decidió comérselo, al igual que todos los restos de polvo estelares que entraban ocasionalmente.
Desde el mismo momento que se lo comió se percató de que aquello no era como otras cosas que se había ingerido anteriormente, aquello le hacía sentir bien, más vivo, más enérgico y más cachondo de lo habitual.
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Al cabo del rato, todo su enorme cuerpo se iluminó desde su interior, a través de todos sus orificios comenzaron a salir diminutas luces que se fueron juntando delante de él hasta formar una especie de ser de luz que levitaba y cambiaba de intensidad.
Persis lo sentía cerca, lo sentía caliente y receptivo, ambos se acercaron, se unieron y el ser de luz se fundió en el cuerpo de Persis hasta formar un único ser que brillaba y se iba calentando cada vez más. Conforme sus cuerpos se fusionaban, cada vez con más intensidad, a su alrededor se fue formando una especie de costra dura que hizo que se quedaran encerrados en su interior.
Días más tarde, después de haber practicado sexo sin parar, la costra se fue fracturando y de su interior comenzó a salir una gran cantidad de esperma procedente de Persis y en medio de todo aquel esperma estaba él, totalmente exhausto.
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En el interior de la cueva se produjo un fuerte flash, cuando la luz desapareció todo el esperma había desaparecido y una pequeña luz salió disparada hacia el espacio a gran velocidad, mientras eso pasaba se escuchó:
- Persis, gracias por su donación, hemos intentado satisfacer todas sus fantasías sexuales, su colaboración será de mucha utilidad para el futuro de nuestro planeta, esperamos que haya disfrutado plenamente.
Oumuamua continuaba su viaje, pasó cerca de la Tierra y continuó su camino, de nuevo hacia el exterior del sistema solar, en busca de otros sistemas solares por los que viajar, con un rumbo incierto. Persis se sentía mejor que nunca, con más energía y con la esperanza de que su enorme medio de transporte lo llevara algún día a un lugar en el que poder tener descendencia.
Para leer más:
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capitulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
