GRACIAS POR SU DONACIÓN (Capítulo 1)

De su bolsillo sacó un extraño objeto que jamás había visto, no entendía de donde había podido salir, era de pequeño tamaño y parecía una especie de dedal metálico. Se quedó por unos minutos en mitad de la calle, mirando hacia todos los ángulos de visión posibles, preguntándose de donde había podido salir aquella “cosa” con aspecto futurista.

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Pensó que no había podido ser un simple accidente, eso estaba casi descartado, ya que era difícil que algo así cayera justo dentro de su bolsillo, además siempre estaba rayado con éstos, ya que eran demasiado pequeños y a menudo se le caían las cosas que llevaba consigo, pero curiosamente esta vez era al revés, algo se metía dentro, por un segundo le llegó a parecer gracioso y se le escaparon unas carcajadas en plena calle que hicieron que todo el mundo que por su lado pasaba se quedara observándolo como si de un perturbado se tratara.

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Simón decidió continuar su camino hacia su casa, llevarse esa “cosa rara” consigo e intentar descifrar de qué se trataba con más calma. Llegó de forma apresurada, ya que siempre iba con prisas a todas partes, se despojó de sus ropas y se puso cómodo, ya para entonces le había puesto un nombre definitivo al objeto, y es que, tenía siempre la tendencia de bautizar a todas las personas y objetos con absurdos nombres que siempre se inventaba.

• Te voy a llamar PEPA “Paranoia del Espacio Profundo Apocalíptico”, ¡KUAKUAKUA!!!!!!!!!!!

Conforme se lo inventaba volvía a reírse pero esta vez de sí mismo y pensaba que cómo era posible ese despliegue ocasional de locura que a veces le daba, aunque era algo que no le preocupaba.
Simón miraba a PEPA y la acariciaba, tenía algo que lo atraía hacia ella de una forma sutil, él la tocaba suavemente intentando descubrir de qué se trataba aquello, en ese mismo momento sonó su teléfono, pero ni siquiera levantó su mirada de PEPA, lo tenía cautivado, absorto, profunda y extrañamente seducido.
Una hora más tarde continuaba la exploración sobre Pepa, en un momento determinado, Simón pasó uno de sus dedos por un punto, diríase mágico. Un gran despliegue de luz pudo verse a su alrededor, toda la habitación se inundó de vivos colores y PEPA se elevó, el pequeño dispositivo desprendía todo un colorido arsenal de luces que hacían que molestara los ojos de Simón hasta el punto de tenérselos que tapar con sus grandes manos.

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PEPA comenzó a mutar de forma repentina, el pequeño objeto fue aumentando de tamaño hasta convertirse en un humanoide, más concretamente en una hermosa joven de ojos rasgados, Simón contempló todo el espectáculo y solo pudo articular una palabra…

• ¡Brutal!!!!!!!!!