GRACIAS POR SU DONACIÓN (Capítulo 3: Daniel)

Daniel era un hombre de apariencia descuidada, sus hábitos de vida nunca habían sido nada beneficios y se alimentaba de forma poco saludable, por lo que tenía sobrepeso. Siempre había sido un ser muy retraído que se socializaba con muy pocas personas de su entorno. Estas circunstancias junto a sus múltiples complejos habían hecho que su vida sexual fuera escasa o prácticamente nula.

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Una de sus grandes manías era recoger de la calle todo lo que a su paso iba encontrando, hasta el punto de que el piso que aún, a su edad, compartía con su madre, estaba siempre llena de múltiples e inservibles objetos.
Un día de camino a casa, encontró un extraño objeto metálico junto a una papelera, lo cogió, lo observó con detenimiento y decidió que formaría parte de su absurda colección de cosas que haría suyas y que posteriormente olvidaría su procedencia.
Durante todo el camino estuvo tocando el extraño objeto metálico sin parar, no conseguía dejar de hacerlo, llegó a su casa y se metió en la ducha con él, pero lo más raro es que no se sentía nada extrañado al hacerlo, al contrario, se sentía muy cómodo e incluso excitado. Mientras se duchaba comenzó a masturbarse pensando en sus fantasía más íntimas, aquellas que incluso le avergonzaban, aquellas que no contaba a nadie por temor a lo que los demás pudieran pensar de él, pero al mismo tiempo, aquellas que más le excitaban y que lo hacían estar reprimido de cara a los demás.
En pleno apogeo masturbatorio, Daniel se vio sobresaltado por unos repentinos flases que se introdujeron en sus ojos y le impidieron la visión durante unos segundos, una vez la recuperó pudo ver delante de sí un fornido y desnudo hombre de etnia negra que lo miraba de forma sensual, solo con su mirada se podían adivinar cuáles eran sus verdaderas intenciones hacia él.

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Daniel casi no tuvo tiempo de reaccionar, se quedó mirándolo embelesado y se dejó poseer por un hombre por primera vez en su vida, el formidable espécimen “humano” lo cogió del brazo, lo puso de espaldas a él y lo penetró repetidas veces contra la pared, pasado un rato se giró y se dejó penetrar por Daniel, todo lo sucedido fue muy erótico y placentero, el orgasmo no tardó en llegar y con él la eyaculación de Daniel. En ese momento éste perdió sus fuerzas y cayó al suelo.
Mientras esto sucedía el fornido hombre de color desapareció entre destellos y de nuevo se transformó en su forma primaria, salió volando por la ventana al tiempo que se escuchó un mensaje de desconocida procedencia:

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• Ciudadano de la Tierra, gracias por su donación, hemos intentado satisfacer todas sus fantasías sexuales, su colaboración será de mucha utilidad para el futuro de nuestro planeta, esperamos que haya disfrutado plenamente.
  Daniel apenas podía moverse, la fuerza del orgasmo unido a su mala forma física hicieron que se quedara allí tirado en el suelo de la ducha durante una media hora, una vez salió de ella todo le parecía un dulce sueño, tan auténtico y placentero que decidió que iba siendo hora de ordenar su vida, cambiar su forma de vivirla y dejar todas sus represiones atrás en el tiempo.

Para leer más:

Capítulo 1
Capítulo 2