Reflexiones desgarradoras XXXI.

XXXI

La muerte, el peor de los temores de cualquier humano, aquello que nos hace convertirnos en adoradores de dioses para no temerla, para no padecerla. Nos persigue, nos acecha en cada esquina, tratamos de evitarla, pero siempre nos alcanza.

Te alcanza, no hay solución, no hay redención, reza todo lo que puedas pero serás otro más del montón, serás sólo otro saco de sangre y huesos destinado a fertilizar la Tierra. La alimentarás con tus entrañas envejecidas y tu consciencia desaparecerá con tu último suspiro.

Fuente

Suspiro cada vez que recuerdo la suavidad de tu piel, tus enormes y penetrantes ojos, la gracilidad de tus movimientos y ese potente olor a perra del infierno que desprendes, ese olor que siempre me incita a follarte sin control, con pasión.

Pasión, nos falta mucha pasión en todo lo que hacemos, la hemos cambiado por la inercia, nos dejamos llevar por nuestro ambiente, nos convertimos en uno más de todo ese montón que tenemos alrededor y dejamos de hacer lo que verdaderamente nos enamora, nos apasiona.

Me apasionas, si lees hasta aquí, me apasionas. Esto no es más que un demente delirio de un inconformista e idealista Ser en extinción. Y tú… ahí sigues, leyendo mis desvaríos, tratando de entender mi perturbada mente…

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