#Reto12Votos Semana 21 – Las Suegras
Esta semana los amigos del #Reto12votos nos ponen en un aprieto, hablar sobre las suegras. En mi caso he tenido la oportunidad de conocer dos, una del primer matrimonio y otra de mi unión actual.
Mi primera suegra, la Sra. Cruz, hoy descansando en la paz del Señor, fue una persona muy amable, siempre estuvo pendiente de mis hijos, les brindó amor y cuidados las veces que lo necesitaron; eso se lo agradeceré toda la vida.
Con ella tuve una relación bastante fría, en ese tiempo mi temperamento ermitaño estaba al 100 % y no encontré la disposición para establecer una relación más cálida. También contribuía la distancia, por aquella época ya yo me había radicado en Maracay y mi primera suegra vivía en Caracas, por lo tanto las posibilidades de compartir eran limitadas.
Con mi suegra actual las relaciones han estado casi siempre en cero. Ninguno de los dos ha encontrado el ánimo para buscar un acercamiento. Hace muchos años establecimos bastante contacto, pero con la llegada de la revolución eso cambió. Ella y yo tenemos posiciones distintas sobre el tema y eso ha contribuido radicalmente a terminar de enfriar una relación que siempre estuvo marcada por la debilidad.
Debo reconocer que mi carácter, mi forma de ser, mis inquietudes y mi valoración de la realidad han sido un factor determinante a la hora de establecer los límites de las posibles relaciones con mis dos suegras, asumo plenamente mi responsabilidad en el asunto, aunque debo decir en mi descargo que ellas también tienen lo suyo.
Una situación distinta la viví en mi adolescencia. Tendría unos dieciséis años cuando me enamoré perdidamente de una muchacha ─cada vez que el amor de una mujer ha tocado las puertas de mi corazón lo ha hecho con fuerza arrebatadora─. En ese entonces la mamá de esa muchacha prácticamente me adoptó como su hijo.
Mi relación con esa señora fue realmente envidiable, comía en su casa, ella me pedía opinión para todos los asuntos. Recuerdo que hasta unas camisas me hizo en ese tiempo. Estaban de moda unas camisas tipo hindú, sin cuello, mangas campana y arabescos y la señora Ernestina, que era una gran costurera, me hacía mis camisas a la medida, ella no escatimaba esfuerzos por complacerme, creo que en verdad me quería y yo la quería a ella.
Como a los ocho meses de conocerla la señora Ernestina enfermó, de pronto se fue poniendo amarilla. Un buen día la internaron en el Hospital Militar de Caracas, nadie daba cuenta de cuál era la enfermedad que padecía.
Yo la iba a visitar cada vez que mis estudios me lo permitían, con mis escasos recursos siempre buscaba llevarle algo. Ella presentía que su mal era grave y no perdía la oportunidad de encargarme que en su ausencia no dejara de velar por Yoli, su hija, mi novia. Me decía que no la fuese a dejar sola, que la cuidara, que la hiciera terminar los estudios, en fin…
Siempre me impresionó que la señora Ernestina pensará que un muchacho como yo podía hacerse cargo de su hija, a mí eso me parecía una responsabilidad que superaba ampliamente mis posibilidades, pero ella lo planteaba con una naturalidad pasmosa.
Como a los cuatro meses de estar internada en el hospital la señora Ernestina falleció. Para mí su partida fue un duro golpe, lo sentí como si fuese mi propia madre. Su familia decidió mudarse hacia los Teques y mi relación con Yoli no pudo llegar a buen puerto.
Durante muchos años viví atormentado por haberle fallado a la señora Ernestina, por no haber podido cumplir el encargo que ella me había hecho de velar por Yoli. Me tocó la dura tarea de superar eso para poder seguir adelante.
Mucho me hubiese gustado poder vivir con las mamás de mis esposas la experiencia que conocí de joven con la que nunca llegó a ser mi suegra, pero la vida es caprichosa en sus modos de acercarnos o alejarnos. A todos les deseo que tengan con sus suegras una buena relación, es lo más saludable para el bienestar de la familia.
Gracias por su tiempo.
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Es hermoso que hayas tenido una buena experiencia "con suegra" en algún momento. Las suegras, cuñados y demás familiares forman parte de esa familia que elegimos y es una ventaja cuando las relaciones fluyen. Saludos.
Hola Irvinc: me conmovió tu relación con Ernestina. Lastima que la vida, en sus vueltas, no contribuyó.
Verdaderamente una buena relación con la suegra facilita mucho. Lo malo son las que “opinan” y evidentemente nunca uno acierta... 😀
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Sí, la vida es caprichosa, parece que no estaba en mi camino tener una buena relación con otra suegra. Muchas gracias por la visita y por el comentario. Te debo una disculpa por no responder cada vez que haces una visita a alguna publicación mía, pero a veces los recursos no me dan. Abrazos grandes.
No te preocupes, a mi me pasa igual. Un abrazo 🤗
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"La vida es caprichosa" sí que lo es, muchas veces imaginamos una cosa y al final resulta otra. Si es complicado establecer la relación con la persona que uno dice amar, imagínate como es de difícl con estos seres que están obligatoriamente allí, a veces interfiriendo, opinando, cuestionando y al final aceptando.
Que vueltas da la vida, son esas personas que conocemos en nuestro camino que pareciera que las conocemos de toda la vida y creemos que va a ser para siempre nuestra amistad y viene el destino y zuas no los corta, nos da cambios inesperados.
Quién sabe si era el destino que fuera tu suegra, pero todo cambio, es un buen aprendizaje para los que te leemos, aprovechen lo que tienen no saben cuánto puede durar. @irvinc
De verdad que la vida es caprichosa. A pesar de todo seguimos buscando la mejor manera de suavizar las relaciones. En mi caso he sido flexible, entendí que nunca fui aceptada y lo mejor fue alejarme de por vida. Para mi fue mejor la distancia, ni me lastima, ni la lastimo. Finalmente seguimos manteniendo un vínculo.
Si tienes la actual suegra viva, no pierdas la oportunidad a veces las suegra apoyan y quieren mucho a los yernos , como en mi caso.
Entonces pensamos ¿cómo pueden no querer a una persona tan maravillosa? pero así es la vida, personas que se las traen con o sin escoba. Y no lo digo por @Sacra97 y su baile maravilloso 😉
Un abrazo @irvinc
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@irvinc puedes decir que has vivido la experiencia de los dos tipos de suegra. Quédate para siempre con la que pudo haber sido y no fue. Tu testimonio refleja un profundo cariño que creo persiste en el tiempo. Un abrazo.
Es bueno saber que ha superado lo de la Sra. Ernestina. Ella vive en el recuerdo que usted tiene de los buenos momentos, las camisas tipo hindú y la calidez causante de que se haya llegado a sentir como si fuese su hijo.
Me gusta cómo narra historias, su capacidad de reflexión y la templanza demostrada al escribir. Hace usted un buen trabajo. Saludos.
Las relaciones con las suegras, son una verdadera lotería, me alegra mucho que hayas tenido un motivo para un bonito recuerdo de una suegra, en este caso, de la juventud. Me encantó tu post, como siempre, de los mejores, bien redactado, ameno y bien ilustrado, gracias por compartir tus vivencias, mi querido amigo. Te abrazo de vuelta!.