Mitología Griega Vol. 18 - Heracles y los Doce Trabajos

   ¡Saludos, guerreros de Ares y cazadoras de Artemisa!

   ¿Cuánto tiempo ha pasado? No lo sé. Los dioses me encaminaron en nuevas misiones a lo largo de Grecia, ¡pero he regresado! y con la bendición de los olímpicos conmigo. No los aburriré con detalles sin importancia, iremos directo a la razón por la que siempre nos reunimos: ¡Más historias griegas!

   Esta historia puede que sea larga, ¡no digan que no fueron advertidos!

   El héroe del que se hablará hoy fue bisnieto de Perseo¹, un hijo resultado de la unión de Zeus y Alcmena, cuyo esposo fue Anfitrión, rey de Micenas. Su nombre de nacimiento fue Alceo, pero en su edad adulta se le bautizaría con otro nombre, convirtiéndose a su vez en el héroe más popular de la mitología griega.

   Lo conocemos como ¡Heracles!

^{Columnas de Heracles, en el estrecho de Gibaltar}

   Han de saber que debido a la infidelidad de su esposo Zeus, la diosa Hera le guardó un profundo rencor al héroe. Provocó el parto prematuro de su primo Euristeo, para que este fuera coronado como gobernante de Micenas.

   Este semidios creció con buena salud, otorgado de una increíble fuerza, coraje y orgullo, atributos que lo convirtieron en un joven indisciplinado y rebelde, cuyos arranques de ira (combinados con su fuerza) preocuparon a su padre adoptivo. Fue enviado al campo, donde un hombre llamado Téutaro se encargó de educarlo, quien también le enseñó el arte del arco y la flecha.

   Durante este tiempo conoció a su primera esposa, la princesa Megara, con quien tuvo algunos hijos. Pero, recuerden el odio que Hera sentía hacia él, esta manipuló su mente, instándolo a la locura. El resultado, fue la muerte de su esposa y sus hijos. Al retomar la consciencia, Heracles contempló con horror lo que había hecho. Para recibir perdón por sus acciones consultó al Oráculo de Delfos, quien le indicó que la única forma de ser absuelto sería completando una serie de trabajos encomendados por Eurifeo, ¡ambos hombres se odiaban a muerte!

   Sin embargo, nuestro héroe estaba dispuesto a lograr dichos trabajos.

   El primero, y uno de los más peligrosos, matar al León de Nemea, hijo de Tifón y Equida². La criatura habitaba en Nemea, ¡aterrorizando las tierras con su ferocidad y sed de sangre! Nadie había podido matarlo, ¡ya que su piel era tan dura como el acero! Heracles le disparó flechas, lo apuñaló, lo golpeó, ¡pero nada parecía dañarlo! Finalmente ideó una estrategia, encerró a la criatura en su propia cueva y la acorraló, para así estrangularla. Luego, despellejó al animal con sus propias garras.

   El héroe completó así su primer trabajo.

   Vestido con las pieles del león como armadura, emprendió un viaje al lago de Lerna, lugar donde había una entrada al inframundo. Su segundo trabajo consistía en matar al guardián de la puerta: La Hidra de Lerna, un terrible monstruo con cuerpo de reptil ¡dotado con nueve cabezas de serpientes que escupían veneno! Como si esto no fuera suficiente, al cortarle una cabeza dos más tomaban su lugar, ¡un enemigo desagradable y peligroso!

   Nuestro héroe pidió la ayuda de su sobrino, Yolao. Juntos se enfrentaron al monstruo, Heracles lo provocó disparando flechas, cada vez que la Hidra atacaba el semidios cortaba una de sus cabezas. Al darse cuenta de que sólo estaba empeorando la situación, su sobrino pensó en una solución. Mientras Heracles cortaba las cabezas, Yolao se apresuraba para quemar los muñones con una antorcha. Y así, la Hidra murió decapitada. Heracles bañó la punta de sus flechas en la venenosa sangre de la criatura. El héroe completó su segundo trabajo.

   Ahora tenía que arreglárselas para capturar a la cierva de Cerinea, un hermoso animal con pezuñas de bronce y una ornamenta de oro, consagrada por Artemisa, diosa de la caza. Heracles la persiguió durante un año sin tener éxito, ¡esta era increíblemente veloz! Finalmente logró atraparla mientras tomaba agua. Saltó sobre ella y la inmovilizó, llevándola así con Euristeo. Luego la cierva fue liberada.

   El cuarto trabajo no era sencillo, pero consistía de fuerza bruta, una de sus cualidades. Debía capturar al Jabalí de Erimanto, ¡una criatura come-hombres capaz de causar terremotos! Heracles lo persiguió por horas, hasta que lo acorraló en una zona nevada de las montañas, saltó sobre su lomo para dominarlo y lo llevó a Micenas sobre sus hombros, ¡vivo!

   Su siguiente tarea consistía en limpiar los establos de Augías, rey de Élide, en un día. Este rebaño era el más numeroso que había existido ¡y jamás había sido limpiado! Nuestro héroe no podía valerse sólo de la fuerza, pero él no estaba dispuesto a ser humillado por un trabajo tan denigrante. Guiado por su astucia se propuso a desviar el cauce de los ríos Alfeo y Peneo, cercanos a la zona, a través de una canal que él mismo cavó. El agua limpió los establos, y ante todas las probabilidades, Heracles completó su quinto trabajo.

   Luego se le encomendó matar a los pájaros del Estínfalo, una parvada con picos, alas y garras de bronce. Estas aves eran ¡devoradoras de carne y su excremento resultaba venenoso al tacto!, ponían en peligro el ganado y los cultivos de la región. Heracles mató a varios con sus flechas, pero estos eran demasiados. Apareció entonces Atenea, diosa de la sabiduría y le entregó un cascabel. El semidios se situó en la colina más elevada y tocó el cascabel, pronto la parvada fue ahuyentada y así, logró cumplir con otra tarea.

   Su siguiente misión consistía en atrapar al toro de Creta un animal salvaje y violento ¡que echaba fuego por sus narices! El héroe pidió el permiso del rey Minos, quien aceptó sin peros, ya que el animal causaba estragos en la isla. Logró subirse al lomo del toro y ¡conducirlo hasta Micenas a través del mar Egeo! Al presentar al animal ante Euristeo, otro trabajo fue cumplido.

   Para su octavo trabajo debía robar las yeguas del gigante Diomedes, cuatro animales carnívoros que eran alimentados con la carne de los huéspedes de su dueño. Con ayuda de algunos voluntarios logró robar las yeguas lo que llevó a una lucha con Diomedes y un grupo de ladrones. Los ladrones fueron derrotados y el héroe arrojó a Diomedes a las yeguas. De alguna forma, el hecho de haberse comido a su dueño las volvió animales dóciles, algo de verdad extraño. Estas fueron llevadas a Micenas.

   El siguiente trabajo lo llevó al reino de las Amazonas³, tenía que robar el cinturón de la reina Hipólita. Para esta tarea el héroe armó una artimaña, secuestró a la hermana de la reina, Melanipa, exigiendo el cinturón como rescate. La amazona no tuvo otra opción que entregarle el cinturón. Luego, en un enfrentamiento que se llevó a cabo por culpa de Teseo⁴, Hipólita resultó muerta a manos de Heracles.

   Este se convirtió en uno de los trabajos más duros, pero lo cumplió con éxito.

   Luego se le encomendó robar el ganado de Gerión, hijo de Crisaor y Calírroe, un ser conformado por tres cuerpos. Como era de esperarse Gerión se enfrentó al héroe, pero no era contrincante para él, por lo que terminó muerto. Ya con el ganado se encaminó hacia Micenas, su viaje fue largo y llenó de infortunios, se enfrentó a gigantes, gobernantes ¡y a la mismísima Equidna! Tan codiciado era ese ganado, pero logró llegar a Micenas y completar su décimo trabajo.

   Tomar las manzanas del jardín de las Hespérides se consideraba una tarea imposible, y ese era su siguiente trabajo. En los árboles de este jardín crecían bellas manzanas de oro.

   Cerca del jardín, se encontró con el titán Atlas, condenado a cargar los cielos⁵. Heracles lo convenció de recoger las manzanas por él, ya que el titán estaba de alguna forma familiarizado con las Hespérides, a cambió de librarlo de su castigo por unos momentos. Al volver con las manzanas Atlas se negó a tomar su lugar, pero Heracles era listo, fingió estar de acuerdo siempre y cuando le sostuviera el cielo un momento para acomodarse su capa. Así lo hizo, pero el titán fue engañado y Heracles completó el trabajo.

   ¡Ya sólo tenía que completar su última tarea!, pero esta sería la más difícil de todas. Debía entrar al inframundo, capturar a Cerbero, el perro de tres cabezas, y sacarlo de la tierra de los muertos.

   Primero emprendió un viaje a Eleusis, donde aprendió todo acerca de los misterios eleusinos, para así poder entrar al inframundo y salir vivo. Heracles logró escabullirse en el palacio de Hades sin que este se diera cuenta, y le disparó una flecha envenenada que lo dejó herido. Pero aun debería enfrentarse al feroz animal, tras una ardua lucha Heracles salió victorioso y arrastró a Cerbero fuera del inframundo.

   Doce trabajos realizados con éxito. No sólo enfrentó innumerables peligros a lo largo de los años, sino que se enfrentó a la ira de la misma Hera. La diosa interfirió numerosas veces para verlo fallar, pero no tuvo éxito.

   Se preguntarán si nuestro héroe, el gran Heracles, tuvo un final feliz… ¡Que me parta un rayo de Zeus si les mintiera al respecto!

   Heracles conoció a la hermosa princesa, Deyanira, a quién enamoró perdidamente. Luego de la boda se encaminaron en un viaje para visitar al hermano de la princesa. Un centauro de nombre Neso intentó raptarla. Heracles le asestó con una flecha en el corazón. Sin embargo, el ruin centauro le dijo a la princesa que si guardaba un poco de su sangre, tendría a su disposición una poción de amor, y así lo hizo.

   Durante uno de sus viajes, en un arranque de celos la princesa vertió la sangre de centauro en una túnica que sería puesta a Heracles, pero cuando esta se le fue colocada… ¡el héroe gritó de dolor! ¡Después de todo la sangre de centauro es un terrible veneno! ¡Cualquiera debería saberlo! No había nada que se pudiera hacer, Heracles lo sabía, por lo que rogó a su Yolao que lo quemará vivo, y así hizo.

   Deyanira al ver lo que había hecho se quitó la vida.

   ¡Otro gran héroe caído! Aunque no se sientan del todo mal, luego de su muerte se ganó un lugar entre los olímpicos.

   ¡Por los dioses, miren cuanto nos hemos extendido! Verdaderamente no podía esperar menos, pero mejor terminar lo más pronto posible. ¡Que los dioses traigan buena fortuna a sus vidas!

   He de retirarme, pero, ¡nos veremos pronto, guerreros y cazadoras!

Datos curiosos: Heracles es comúnmente conocido como «Hércules«», pero este fue el nombre que se le asignó en la mitología romana. De acuerdo a la mitología, el héroe tuvo más de 50 hijos. Como se puede ver tuvo numerosas amantes, y no todas fueron mujeres. El nombre por el que es tan popular, se le fue asignado luego de completar los trabajos. Y significa «gloria de Hera».

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Fuentes que reforzaron esta historia: Heracles Los Doce Trabajos de Heracles

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Volúmenes anteriores:

1. El Cielo y la Tierra	11. El Destino de Edipo
2. La Edad Dorada	12. Dédalo, el Inventor
3. ¡La Titanomaquia!	13. Teseo
4. El Amigo de los Mortales	14. El Maestro de los Héroes
5. La Nueva Generación	15. Las Castigadoras
6. El Padre de los Monstruos	16. Los Terrores del Ponto
7. Narciso y Eco	17. Perseo, hijo de Zeus
8. ¡Las Amazonas!
9. Belerofonte, el Orgulloso
10. Inspiración. ¡Las Musas!

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