Mitología Griega Vol.1 - El Cielo y la Tierra

  ¡Saludos, guerreros de Ares y cazadoras de Artemisa! 

Fuente

  El fuego del Olimpo nos protege esta fría noche. Morfeo ha decidido no envolvernos en su manto ¡Como me alegra! Los dioses están con nosotros, quieren que este humilde espartano pueda contarles esta historia. 

  Sé que quieren escuchar sobre los dioses, ¡de los héroes y sus hazañas!, o de los horribles monstruos salidos desde las entrañas más oscuras del Tártaro. Aún no llegaremos ahí... ¡Pero no se desanimen, hermanos y hermanas! 

  La Mitología Griega bien se centra mucho en los grandes dioses, ¡pero no se trata sólo de eso! En la vida antes de los olímpicos muchas cosas pasaron. Estoy hablando del origen de todo.  

  ¡Corten la carne y sirvan el vino! 

  Los grandes cantos así lo relataban: 

  Antes de la formación de nuestra roca, incluso antes del mismo tiempo. Nada existía, sólo el espacio, un vacío gris y frío ¡Sólo el Caos habitaba en la negrura!, pero fue cuestión de tiempo para que trajera a sus hijos, Érebo y la Noche. Seguido del Caos se formó la Gran Madre, Gea. Esta dio a luz al cielo, Urano, tan grande como ella para que pudiera abrazarla y contenerla, para así dar un hogar seguro a sus otros hijos: las Montañas y las Ninfas, quienes formaron parte de la naturaleza misma, por último estaba Ponto, el mar.  

  Se dice que estos hijos fueron concebidos sin que Gea tuviera que emparejarse. 

Gea y Urano  

  Luego, junto con Urano, la Gran Madre dio a luz a doce poderosos hijos. Seis titánides: Febe, la dama con la corona de oro, Mnemósine, la imagen de la memoria, Rea, futura reina de los Titanes y madre de los dioses, Temis, la recta encarnación de la ley y el orden divino, Tetis, la amable diosa del mar y Tea, personificación de la vista. 

  Y seis titanes: Océano, el río del mundo, Ceo, dios de la inteligencia, Crío, el señor del ganado y las manadas, Hiperión, amo del fuego astral, Jápeto, primer ancestro de la raza humana y padre de Prometeo. Por último el menor de todos, Cronos, el más poderoso y terrible de los Titanes, de retorcida mente y un corazón lleno de odio hacia su padre, futuro rey de los Titanes y señor del tiempo.  

  Doce titanes, doce personificaciones. Cada uno daba forma a las fuerzas de la naturaleza.

  

Los doce Titanes 

  Sin embargo, los hijos de Urano y Gea no fueron sólo titanes. 

  De su unión también salieron los tres Cíclopes: Brontes, Estéropes y Arges, por naturaleza llevaban el poder del Trueno, el Rayo y el Relámpago, personificaciones hechas a imagen y semejanza de los dioses, lo único que los diferenciaba de ellos, era su enorme tamaño y un gran y único ojo ubicado en casi toda su cara, estos tres jugarían un papel importante en la historia de Zeus, ya que con su vigor, fuerza y violencia, forjarían el Rayo del olímpico. Temeroso por su destreza con las manos y su violencia, Urano encerró a sus propios hijos en las profundidades del Tártaro… se dice que los ruidos provenientes de los volcanes eran obra de estos gigantes, cada vez que forjaban algo para los dioses.  

Brontes, Estéropes y Arges  

  Los siguientes hijos del Cielo y la Tierra, fueron unos engendros de enorme tamaño y muy violentos ¡Sus nombres ni siquiera deben ser pronunciados!, pero yo se los revelaré en un susurro: Briareo, el infame de los maremotos y huracanes, Coto, la terrible fuerza de los volcanes y el fuego, de tercero estaba Giges, el monstruo de los terremotos y la tierra. Una terrible fuerza habitaba en sus grandes cuerpos. Estos hermanos fueron conocidos como los Hecatonquiros, gigantes de cien brazos y cincuenta cabezas.  

 

Hecatonquiro  

  Al igual que los Cíclopes, los Hecatonquiros fueron encerrados en el Tártaro por Urano.  

  Hermanos y hermanas, hasta aquí llegaré por esta vez. Ahora saben un poco más del origen de todo, ven como nosotros veíamos a las fuerzas de la naturaleza y a los desastres naturales de la Gran Madre. Próximamente les relataré sobre el ascenso de Cronos al poder… ¡la era de los Titanes empieza! 

  ¡Afilen sus lanzan y carguen sus arcos!   

Fuentes:

Teogonía - Hesiodo 

 Cíclope  

Hecatónquiros 

Mitos y Leyendas