Mitología Griega Vol. 15 - Las Castigadoras

  ¡Saludos, guerreros de Ares y cazadoras de Artemisa! 

  La noche de hoy es fresca, el cielo estrellado nos muestra las más hermosas constelaciones creadas por los dioses. Las antorchas nos acobijan en este bello templo dedicado a Poseidón. Vengan, siéntense. Ver el cielo nocturno me hace recordar la historia de tres entidades muy poderosas y temidas.  

  ¡Saquen el pan, no podré contarles si mí estómago pide comida! 

  Lo cierto es que su origen no es del todo seguro. Se dice que fueron hijas de la oscura Nix, la misma personificación de la noche, mientras otras historias cuentan que nacieron de las gotas esparcidas por el miembro castrado de Urano cuando Cronos lo mutiló¹. 

  Fueron conocidas como las Erinias, tres hermanas que recibieron los nombres de: ¡La implacable Alecto!, castigadora de los delitos morales, ¡la celosa Megera!, aquella que castigaba los delitos de infidelidad y, finalmente estaba ¡la vengadora Tisígone!, quien perseguía a todo aquel que cometía un delito de sangre. 

  Estas horribles hermanas fueron deidades primitivas, muy anteriores a los dioses Olímpicos, eran personificaciones de la venganza, su misión en este mundo consistía en perseguir y atormentar a los mortales culpables de ciertos crímenes. 

Megera, Aleco y Tisígone

  Y si me lo preguntan, no creo que tuvieran que esforzarse mucho, ¡su aspecto era suficiente para atormentar a cualquiera! Estas criaturas tenían rostros horribles, acompañados por decenas de serpientes que se enroscaban en su cabeza, de sus espaldas salían grandes alas de murciélagos y, para castigar a las pobres almas que caían en sus huesudas manos, llevaban siempre látigos y antorchas. 

  Los mortales temían inmensamente a su furia y castigo, sólo alguien muy estúpido las provocaría. Solían pasar su tiempo en el Tártaro y en el inframundo, torturando las almas de los condenados, sólo subían para dar justicia a los crímenes de los mortales. 

  Incluso los dioses sentían cierto desagrado por ellas, a pesar de que su descendencia divina era pura, tanto los Olímpicos como otros dioses sentían un respetuoso temor hacia ellas. ¡Incluso podían sobreponerse a la autoridad del poderoso Zeus!, debido a su poder y edad.  

  Pero, parece que eran capaces de sentir…cuenta una historia que una de ellas, Tisífone, se llegó a enamorar del rey Citerón, gobernante de Platea. La Erinia fue rechazada varias veces por el rey, debido a su horrible aspecto. Esta finalmente se cansó de recibir tanto desprecio, así que de un arranque de ira se arrancó una de las serpientes de su cabeza y se la lanzó a Citerón, la venenosa criatura lo mordió en el pecho, matándolo casi al instante… Diría que no podría culparlo, estas criaturas nacieron para tener horribles intensiones, además de sentir placer torturando a los mortales.  

  Los dioses no intervenían en las acciones de las Erinias. Sin embargo, una vez se vieron en la necesidad de hacerlo. Pues, hubo un hombre llamado Orestes, a quienes estas tres hermanas persiguieron por asesinar a su madre Clitemnestra, ya que esta había matado a su padre, Agamenón. A las hermanas sólo les interesó el acto de Orestes, más no el motivo que pudo llevar a este. 

Orestes perseguido por las Erinias

  Por un tiempo el pobre mortal sufrió la furia de estas deidades. Hasta que Apolo intervino, ya que había sido él quien incitó al joven a vengar la muerte de su padre, así que el dios de Sol pidió la absolución de Orestes. ¡Esto fue un escándalo! Ningún olímpico había interferido antes con la labor de estas tres. 

  Entonces, una importante diosa interviene, ¡Atenea apareció para ayudar a equilibrar la balanza! Convenció a las Erinias para que aceptaran el veredicto que fuera dictado por el tribunal de Atenas. Orestes sería absuelto sólo si traía de Táuride una estatua consagrada por Artemisa, diosa de la caza y hermana de Apolo². 

  Orestes al final fue liberado de las Erinias. 

  ¡Así que ya saben, guerreros y cazadoras! Cuiden que estás tres hermanas no vean sus delitos…si es que piensan cometer alguno, no querrán que su furia caiga sobre ustedes. 

  ¡Ahora, disfrutemos el resto de la noche! ¡Más historias les traeré en unos días! 

Datos curiosos: Puede que conozcan a las Erinias por otro nombre, el cual sería las Furias, este se les fue asignados por los romanos, pero originalmente, en la mitología griega, eran las Erinias. No tienen ninguna relación con Nemesis, diosa de la venganza, ya que esta se encargaba más de traer justicia a las ofensas cometidas contra los dioses o, hacia aquellos que cometieran algún acto que la molestara.

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Fuentes que reforzaron esta historia: Teogonía - Hesiodo Las vengadoras de los dioses Las Furias en la mitología

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Volúmenes anteriores:

1. El Cielo y la Tierra	11. El Destino de Edipo
2. La Edad Dorada	12. Dédalo, el Inventor
3. ¡La Titanomaquia!	13. Teseo
4. El Amigo de los Mortales	14. El Maestro de los Héroes
5. La Nueva Generación
6. El Padre de los Monstruos
7. Narciso y Eco
8. ¡Las Amazonas!
9. Belerofonte, el Orgulloso
10. Inspiración. ¡Las Musas!

Una historia traída a ustedes por: Cada imagen tiene link a su fuente y fueron editadas por la app PicsArt.