Colombia Parte 22 - ¡Nuestro camino al desierto de Guajira y el primer atardecer desde la moto! (Fotos + videos)
Después de regresar a Santa Marta del Parque Nacional Tayrona, decidimos continuar hacia el departamento de Guajira, para visitar el gran desierto allí.
Kathi tenía que regresar a Alemania, pero yo segui con Peter y otros muchachos de Portugal, Inglaterra y Francia, que conocimos en nuestro camino.
Así que desde Santa Marta nos fuimos a la capital de la Guajira: Riohacha, pasamos una noche allí y nos preparamos para el viaje.
La Guajira (en Wayuunaiki: Wajiira) es uno de los 32 departamentos de Colombia. Su capital es Riohacha. Se encuentra en el extremo noreste del país, en la región del Caribe, enfrentando el Mar Caribe (Océano Atlántico) al norte y al este, al sureste tiene su frontera con Venezuela, al sur con el estado de Cesar y al oeste con Magdalena.
En este departamento de Colombia los indígenas Wayúu están muy presentes. Para ingresar al desierto de la Guajira uno tiene que llegar primero a Uribia, que cuenta como la capital de los indígenas en Colombia.
En Uribia hay que tomar un camión al desierto. La ciudad está bastante llena de gente y sucia ... hubiera sido mejor de llevar algo de comer al entrar al desierto.
Una vez que estaba lleno el camion a nuestra siguiente parada "Cabo de la Vela", salió desde la plaza principal. Como ya eramos un grupo de 6 era mejor para nosotros porque no teniamos que esperar horas hasta que se llenó el camion.
Nos divertimos mucho en nuestro camino. El camión estaba completamente lleno con nosotros y alimentos y otros tipos de cosas en el techo, que entregamos en diferentes tiendas y casas en nuestro camino.
Con cada metro nos acercamos más al desierto, lo que significaba que la carretera cambiaba y que hacía más y más calor. Algunas partes fueron realmente difíciles de cruzar para nuestro camión.
Y a veces tuvimos que bajar y ayudarlo a cruzar la calle: los colombianos están tan relajados ... nadie tenía miedo de no poder continuar en algún momento, jaja.
Después de unas 3 horas finalmente llegamos a Cabo de la Vela. En el camino, ya me hice amiga de María, que también viajó allí. Resultó que ella tenía un pequeño albergue (hamacas en la playa y un quiosco), donde podíamos dormir, así que nos fuimos directamente a su casa.
El pueblo todavía es muy pobre y no hay hoteles, proveedores de excursiones, tiendas o camas cómodas y duchas.
El turismo es realmente nuevo aquí ya que el lugar fue utilizado durante muchos años para contrabandear cocaína a las islas caribeñas, centroamérica y venezuela.
La mayoría de las personas en el pueblo son indígenas y viven aisladas del resto del mundo. María y su esposo nos dieron una hamaca justo en la playa.
Podría poner la mia junto a ellos.
También tenían una pequeña cocina, por lo que podíamos elegir entre un pescado, pollo y langosta, que acababan de atrapar. Compartimos todo entre nosotros acompañado con una chela venezulana: Polar!
María y su esposo llamaron a un tipo para hablar con nosotros sobre las opciones de turismo. ¡Queríamos ver todo! Así que decidimos empezar con los sitios cerca de Cabo de la Vela: La Bahía Arco Iris, las dunas y el faro. El próximo día ya queríamos seguir a Puntas Gallinas por la mañana. María aseguró que no nos cobraran mal.
Para poder ver todo Cabo de la Vela, tuvimos que ir en motocicleta con algunos de los muchachos de la ciudad.
Comenzamos una pequeña carrera entre nosotros, andando en un convoy hasta nuestra primera parada: La Bahía Arco Iris.
Ya había gente esperando para vendernos más cerveza Polar y pulseras. Esto fue muy conveniente, porque así podríamos tomar otra cerveza en cada parada ;)
La bahía del arco iris se llama así, porque las olas chocan bastante fuerte contra las rocas y el chapoteo del agua mezclado con el sol en este desierto causa imágenes de pequeños arco iris a lo largo de la costa.
Desde aquí continuamos con las motos para ver las dunas gigantes y andar en la arena.
Después de eso ya era tarde y el atardecer estaba a punto de comenzar, ¡así que tuvimos que apresurarnos para llegar al faro a tiempo!
¡Aquí conseguimos otras cervezas y disfrutamos de la vista desde la cima de una roca! Gil, el portugués subió al pequeño faro.
¡Este fue un día perfecto! - Aún más perfecto, con un pequeño fuego en la playa después, escuchando a Peers tocando la guitarra, antes de irnos a dormir ese día!
Como siempre espero que les haya gustado mi post y les agradezco por cada Upvote, Resteem & Commentario ya que asi estan apoyando mis viajes!!
Un abrazo,
Liz
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Colombia, tierra hermosa de gente alegre y trabajadora.
Maravilloso, me encantaron todas las fotos, no pierdo la esperanza de practicar una aventura similar. Gracias por publicarlas, le ponen un buen impulso a mis metas.