Tiempo y Espacio, Hastío

amart29 (68)in #steempress • 5 years ago

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Hastío

―Estoy arto de esta maldita vida, todos los días tener que salir en medio de la noche a tomar este sucio transporte, para viajar en el hielo por casi una hora, para llegar esa oscura y mal oliente mina― dijo Ernesto, mientras se acomodaba en uno de los asientos del trasporte de empleados de la mina.

―¿Otra vez tendremos que empezar día con tus quejas Ernesto? ―pregunto Miguel, quien venia tras él y se acomodaba en el asiento a su lado.

―No te aburre tener que hacer esto, día tras día, la paga es buena, pero el trabajo es deprimente ―continuó Ernesto.

―No se de que te quejas tienes uno de los mejores puestos, al menos no tienes que estar todo el día reparando robots averiados, tu sólo te sientas en la sala de controles a ver pasar el tiempo ―interrumpió Herbert, quien estaba sentado en el asiento frente a ellos.

―Crees que lo que hago es fácil, estoy en esa cochina sala con otros tres operadores monitoreando el funcionamiento de doscientas máquinas que operan simultáneamente, el control de los dispositivos no es completamente automatizado, si algo falla debemos responder de inmediato, sino la mina se detendrá y eso sería un desastre ―respondió Ernesto, aparentemente ofendido por el comentario.

―Si seguro ―dijo Herbert, sin prestar mayor atención.

―Maldición, yo matándome en este estúpido trabajo, arto de todo esto y además la gente no reconoce tu esfuerzo ―concluyó Ernesto.

―Bah ―espeto Miguel.

El resto del viaje Ernesto se mantuvo casi en completo silencio, con una expresión de molestia en su rostro, emitiendo sólo algunos pocos quejidos y suspiros de inconformidad, cada cierto tiempo.

Tras el control de ingreso y pasar por un vaso de café por la máquina generadora, se dirigió al cuarto de control, abrió la puerta y pudo ver a Maurice, Ronald y Roberto, los otros tres operadores que se encontraban aun ahí desde la noche, Maurice con los pies sobre la consola, se acomodó la frazada que lo cubría casi hasta la Nariz.

―Hola Ernesto ¿cómo empezó tu día? ―pregunto Maurice, al tiempo que, los otros dos operadores levantaban sus manos en gesto de saludo, casi sin perder la atención del tablero de ajedrez, en el que jugaban una de las tantas partidas de la noche.

―Como siempre, una mierda, los idiotas de esta mina creen que venimos aquí solo a rascarnos las espaldas entre nosotros ―dijo, colocando su café sobre su estación de trabajo y dándole un vistazo al reporte de operaciones de las máquina ―La maldita 54 esta nuevamente descompuesta, voy a enviar al idiota de Herbert a que la repare.

Pulsó algunos comandos en el panel que se proyecto desde el tablero y luego se sentó, tomó su vaso, dio un sorbo y con un ágil movimiento de sus pies se quitó las botas, para luego apoyar sus pies sobre el tablero, como lo hacia Maurice. Se estiró para colocar el vaso en el suelo a su lado y se arrellano en el asiento.

―Me despiertan cuando termine su turno o si se presenta algo― dijo y cubrió sus ojos con el pliegue de su gorro, al mismo tiempo que sus compañeros levantaban casi simultáneamente sus dedos pulgares en señal de aprobación.

Texto de @amart29 Barcelona, Venezuela, Junio de 2019