Historias de la puta cárcel. Capítulo catorce

“Historias de la puta cárcel” pretende ser un relato de ficción con diferentes historias breves e interconectadas entre sí, que reflejan la vida de variopintos personajes en un Centro Penitenciario de España y las circunstancias delictivas que les ha llevado a su ingreso en prisión.   

Gran parte de los personajes, lugares, situaciones y casos son reales, aunque maquillados con algunos elementos inventados y añadidos para dar mayor consistencia y uniformidad a los diferentes relatos, así como para mantener de la mejor manera posible la privacidad de las personas implicadas.   

Capítulo catorce 

Acababa de llegar el otoño y el tiempo empezaba a refrescar; la actividad por parte de los internos de mantenimiento era bastante intensa, debido a que se estaba mejorando la estructura de algunos tejados bastante deteriorados por el paso de los años. Era necesario repararlos antes de la llegada de la temporada de lluvias para evitar algunas goteras aparecidas el año anterior. 

También se estaba colocando un nuevo sistema de fontanería para conseguir un mejor abastecimiento de agua caliente en las duchas de las celdas.  Otro de los mitos que existe en el mundo penitenciario es el de las duchas comunes, algo a lo que nos hemos acostumbrado viendo las películas americanas de temática carcelaria; esas duchas donde coinciden los internos y donde siempre hay una pastilla de jabón de por medio. 

En España eso no ocurre y por supuesto no hay pastillas de jabón para la higiene diaria; la totalidad de las celdas de todos los Centros en España tienen su baño con su zona de ducha en cada celda.  Existe la excepción de algún Centro muy antiguo donde se puede encontrar algún caso de zona común como añadido al individual,  lo que en el argot penitenciario se llaman “tigres”, y que está  compuesta por una  zona de baño y de varias duchas,  pero separadas por muros o mamparas. Prácticamente nadie las usa ya que  prefieren esperar a estar tranquilamente en su celda para el aseo diario. 

Este mito de los baños comunes se une al de los famosos abusos sexuales o violaciones que también se han convertido en leyendas a partir de las películas americanas; en España es prácticamente nulo el número de casos de este tipo que puedan darse, debido al sistema imperante de comunicaciones vis a vis o de permisos de salida que permiten a los internos satisfacer sus necesidades más íntimas. 

                                                               Fuente

Matías se encontraba en su salsa en este maremágnum de obras y más obras; trabajando prácticamente todos los días de la semana a jornada completa, podía tener su mente ocupada y descansar profundamente por la noche sin que sus fantasmas internos le acosasen. Aunque de manera tibia, Matías había recuperado parte del contacto y de la relación con su hermana, quien de vez en cuando le escribía y acudía a visitarle. 

La permanencia en prisión de forma prolongada puede tener tres efectos claramente diferenciados: por un lado existen presos que acaban prisionizados, personas que asimilan esa condición y acaban siendo irrecuperables para la sociedad; no conciben otra vida que no sea entre las paredes del Centro y en caso de salir en libertad acaban delinquiendo de nuevo para ingresar otra vez; la prisión es su vida y es donde se encuentran más a gusto. 

Otro grupo tienen una respuesta de rechazo; son los clásicos internos que nunca quieren participar en ninguna actividad ni en ningún trabajo; tienen una actitud rebelde y se pasan la vida quejándose de lo injusto de la vida y la sociedad en la que les ha tocado vivir.  

Por último tenemos a aquellos internos que con el tiempo van asimilando su situación; acaban comprendiendo que deben hacer algo para cambiar  y poco a poco emprenden acciones con el fin de desprenderse de su antigua vida; algunos lo consiguen y otros no, pero no por su intento en sí mismo, sino por las circunstancias en las que se van a encontrar una vez que estén en la calle, incapaces de salir del entorno nocivo en el que se tienen que desenvolver,   que les obliga muchas veces a retornar a la misma situación delictiva que les devolverá tarde o temprano a prisión. 

                                                               Fuente

Freddy había comprendido que si quería rehacer su vida y tener una vida en común junto a su esposa, tenía que cambiar, y por ello estaba decidido a conseguirlo. Y aunque Matías inicialmente se negaba a reconocer su delito y su implicación en los hechos, poco a poco se estaba dando cuenta que necesitaba dar un paso adelante si quería tener un rayo de esperanza en su futuro. En sus últimas reuniones con miembros del equipo técnico comenzaba tímidamente a reconocer algunos hechos; aunque su orgullo le hacía contradecirse continuamente, ya se atisbaba un intento de abrirse y soltar todo lo que llevaba dentro.  

Sin embargo, alguien apareció de nuevo en el Centro para enturbiar la existencia de Matías.

Continuará.   

En los siguientes enlaces puedes leer los capítulos anteriores: 

Capítulo uno, Capítulo dos, Capítulo tres, Capítulo cuatro, Capítulo cinco, Capítulo seis, Capítulo siete, Capítulo ocho, Capítulo nueve, Capítulo diez, Capítulo once, Capítulo doce, Capítulo trece