El descubrimiento (Cuento) Septima parte

Su abuelo era un desconocido ya que la única vez que lo vio tenía solo un año y lógicamente no lo recordaba, de tal modo que nunca supo en que trabajó y siendo su padre el único hijo y él a su vez el único nieto, solo esos baúles heredados de su padre eran su conexión con él.
Como entrando en el túnel del tiempo, tras pedir ausentarse en la corporación con la que trabajaba por quince días, pasó más de doce horas al día revisando minuciosamente todos los papeles que descansaban allí.
Descubrió viejas fotos familiares y el parecido de su padre con su progenitor y también el suyo con ambos. En muchas de ellas se encontraban en una casa de campo y en un rio pescando, por lo que supuso que era la casa familiar y dado que ya aparecía su mamá allí supuso que era la residencia de su abuelo.
Por varios días se olvidó de lo que buscaba y se internó en una nostalgia desconocida, era tal vez la primera vez que dedicaba algo a su pasado y familia, ya que su trabajo lo había absorbido tanto que su matrimonio solo duró dos años y de la misma poseía un hijo que ya es adolescente y a quien ha visto menos de las veces que debiera, ya que viven en otro país.
A veces las pasiones desbordan la capacidad del ser humano a sentir realmente y se pierde entre el laberinto de la curiosidad que va alimentando la ciencia.
Somos tan complejos que dudar de Dios, es como un agujero negro que todavía no tiene explicación pero que algunos aseguran que no existe, a pesar de ver todos los días los efectos del mismo en el universo.

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