Desde que tengo uso de razón he luchado por conseguir mis cosas: con trabajo intenso y con honradez. Creo que fue una enseñanza de mi hogar: mi madre trabajaba a la par que mi padre, incluso más que él, pues mientras él descansaba, ella se ocupaba de hacer las labores del hogar y de atender a los diez hijos que tuvo.

Nunca escuché a mamá quejarse por el trabajo de ser bodeguera, ama de casa y madre. Al contrario, parecía un ruiseñor cantando desde las cinco de la mañana hasta las nueve de la noche. Nunca la vi hacer una siesta.

Mamá era feminista. Decía que no había nada mejor que ganarse uno mismo su dinero. Eso de depender de otros no es bueno, porque nos vuelve holgazanes.

Cuando era niña, mamá me mandó a vender algunas legumbres para la calle. Yo tenía diez años, y sentía pena de promocionar los productos que tenía a la venta; una vecina que me quería mucho, cuando me vio con la bandeja, me preguntó:

-¿Qué vendes?

Yo le respondí:

-Ají y papa.

-¿Y por qué no gritas: "Vendo ají y papa"?

-Bueno, porque me da pena -le contesté.

Entonces ella me respondió:

-Nadie debe sentir pena por trabajar; por robar sí. Haz el intento de gritar lo que vendes. Hazlo con orgullo y seguridad. Así la gente te verá como una vendedora feliz.

Nunca olvidé esas palabras de la señora Isabel. Y siempre las he tenido presentes: Debemos trabajar haciendo lo que nos gusta hacer; solo así el trabajo no será trabajo, sino una motivación para levantarnos todos los días con ganas de hacer lo que hacemos.

Ingresé a Steemit hace seis años. Me invitó a unirme a la plataforma dos amigos escritores @adncabrera y @rjguerra. Ellos lograron conformar un grupo de personas que teníamos en común el "amor al arte". Había fotógrafos, escritores, músicos, pintores, actores... Casi todos estudiantes y profesores universitarios. Así logramos conformar el @Equipocardumen. Para ese entonces no existían lo logros. El Equipocardumen tenía dos revistas al mes: una dedicada al arte, y otra que se ocupaba de temas educativos y de investigación; yo era la editora de esta última.

El trabajo que hacíamos era de calidad, y, aunque en muchas ocasiones no recibíamos las visitas de ningún curador, como @cervantes, @sanchopanza, @curie, entre otros, nuestro compromiso era mostrar lo mejor de nosotros mismos.

Ya para ese entonces, la situación política y social de Venezuela era caótica. Casi no había alimentos en el país ni medicamentos; los servicios de luz eléctrica e internet eran y aún son de pésima calidad. Muchos jóvenes de nuestro grupo comenzaron a emigrar; otros abandonaron, pues necesitaban invertir su tiempo en algo que les garantizara la comida a su familia. En mi caso, me quedé sin internet, debido a que se robaron los cables por el sector donde yo vivía y no había esperanzas de reponerlo. Eso hizo que mi marido @acostacazorla y yo nos inventáramos un plan para sobrevivir, sin tener que irnos del país.

Fue así como yo pedí un traslado de trabajo para la Universidad de mi pueblo natal; y mi marido se fue a la capital de Venezuela, Caracas, a trabajar como entrenador deportivo, que es su profesión. Estando en mi nueva casa; y en mi nueva vida; una amiga del Equipo Cardumen me llamó para invitarme a regresar a Steemit, porque la criptomoneda estaba a buen precio. Entré casi como nueva. No entendía nada. Y hasta sentía miedo de estar en la plataforma, pues, aunque parezca mentira, esta red social es intimidante, o, para mí lo es.

En ese tiempo de mi retorno a Steemit surguió la división que motivaría el lenzamiento de Hive. Al principio, se podía publicar en esta nueva plataforma con las claves de Steemit, y así lo hacíamos mi marido y yo, pero luego la gente de Hive exigió crear nuevas cuentas; mi marido pudo hacer su cambio sin problemas, pero yo no corrí con la misma suerte; ya que cuando me iban a enviar la clave se fue la luz eléctrica y el internet en mi pueblo y no pude completar el proceso.

Yo, que por naturaleza, nunca he renegado de lo que me sucede en la vida. Así que me dije: "Quizás no te conviene estar en Hive, sino en Steemit, y desde esa fecha estoy acá sin interrupción alguna". De eso hace cuatro años.

Luego de mi retorno a la plataforma mi amiga @marcybetancourt, quien también formaba parte del @equipocardumen, me invitó a trabajar con ella en una comunidad que había abierto que se llama #venezolanossteem. Tanto Marcy como yo creemos y le apostamos todo a la creatividad. Somos el "patito feo" de la plataforma. Creo que hemos hecho las cosas bien, y nos ha tocado atravesar por situaciones amargas. Por ejemplo, debido a los problemas de conexión de internet que son comunes en Venezuela, no pudimos postular a la comunidad para los votos booming, y por tanto quedamos la comunidad no gozó de ese beneficio por seis meses. En ese momento teníamos dos opciones: cerrar la comunidad o seguir sin ofrecerle nada a nuestros usuarios. Después de analizar las cosas, decidimos dejar "la casa abierta". Nos acompañaron 50 usuarios en ese tiempo, quienes nunca dejaron de publicar con nosotros. Eso nos obligó a casi vaciar la cuenta de @venezolanos, para retribuirles con algo de dinero.

Luego de esos seis largos meses, abrieron el plazo para que las comunidades se postularan para recibir los votos booming. Nos seleccionaron para obtener solo dos votos por día. Es decir, no se valoró el esfuerzo que hicimos de no cerrar la comunidad, ni se detuvieron a evaluar el trabajo que hacíamos y aún hacemos en pro de creación de contenido de calidad. Bueno, lo que yo creo que es calidad. Quizás mis ideas sean erradas al respecto.

De todos los SEC que se han realizado, solo nos han dado la oportunidad de organizar uno, a pesar de que nos hemos postulado muchas veces. Tenemos un equipo de moderadoras de alta factura: mujeres que leen y comentan con propiedad y con respeto hacia el escritor y hacia el escrito: @blessedlife, @genomil, @evagavilan, @marcybetancourt y @mayberling.

El viernes hicimos una reunión para evaluar si valía la pena seguir con la casa de Venezolanossteem abierta, pues no hemos encontrado las "llaves para abrir la puerta que nos permita recibir unas recompensas decentes que compensen el esfuerzo que hacemos las moderadoras y los usuarios que nos acompañan en la comunidad"; y la respuestafue: No vamos a cerrar, pues no lo hicimos cuando no teníamos los votos booming; ahora menos. No sé hasta cuándo nos dure el optimismo. Pero de que creemos en la plataforma, creemos.

Adoro escribir y si me pagan por eso, soy feliz. Así que haré como cuando era niña y vendía legumbres: Gritaré a los "cuatro vientos" lo que soy y lo que vendo, si me compran me alegraré mucho; y si no lo hacen, no importa, saldré al otro día a vender de nuevo, porque todo lo que tengo me ha costado sacrificio y trabajo.

No en vano, me gustaría escuchar unos tips para que la comunidad de Venezolanossteem pueda recibir más apoyo, y también algunas estrategias para crecer más rápido. Se supone que acá nadie debe ser mezquino con el conocimiento ¿o me equivoco?

Para cerrar, me guataría invitar a @dove11, @genomil y @evagavilan. Aquí la información