Los caprichos del destino
La llamé Taxi porque siempre me la encontraba en la parada. Nos mirábamos furtivamente, a veces, me sonreía y, con el paso del tiempo, terminé enamorándome en silencio de ella.
Un día dejé de verla sin saber porqué.
Después de unos meses la encontré en la sala de espera de mi bufete. Me miró y volvió a sonreírme como lo hacía antaño.
Cuando la recibí, me preguntó:
—¿Nos conocemos? Es que tengo la sensación de que nos hemos visto antes.
Le sonreí y le dije que sí.
—Nos encontrábamos todas las mañanas en la parada de taxis que está frente Mercado del Puerto.
—Ahhh —me dijo sonriendo—. Ahora sí que me acuerdo. Ya ha pasado mucho tiempo.
—Sí, mucho. ¿Cuál es la razón de tu visita?
—Me quiero divorciar.
Entonces pensé que el destino era muy caprichoso y sonreí.
También en: http://www.elpatiodeloscangrejos.com/2014/04/la-llame-taxi.html
Fuente de la imagen: Propia
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Que lindo me gusto mucho esta pequeña historia. Como dicen lo que es para ti, ni aunque que te quites. y lo que no es para ti, ni que te pongas. Supongo que era el momento perfecto para que al fin cruzaran palabras.
El amor no lugar,@keky-ochoa, ocurre cuando ocurre, eso es lo maravilloso.
@moises-moran bueno eso eso es cierto, para el amor cualquier lugar es bueno.
Sin duda, @keky-ochoa, el amor no conoce de fronteras ni banderas.
Lo bueno, si breve, dos veces bueno. Me gustó esta narración, :)
Gracias, @sayury, seguiremos creando.