Bajo un Cielo de Ramas y Hojas

in #spanish5 years ago (edited)

Un saludo a todos, el siguiente relato fue inspirado por el arte digital de @xpilar, los invito a que visiten su blog. La imagen que motivó este relato es la siguiente.



Fuente


Bajo un Cielo de Ramas y Hojas

El accidentado paisaje de la selva de Susanoo se desplegaba frente a sus ojos, volaba a baja altura en un aerodeslizador personal, una suerte de ala de diez metros de envergadura, que se retorcía, extendía y plegaba, según las condiciones del viento, todo guiado automáticamente por un algoritmo de IA, que era instruido por la interfaz neural del piloto que viajaba de pie, sobre una plataforma situada justo en medio de ambas alas, sujeto por unos arneses de seguridad.

Verónica descendió y voló rasante sobre las copas de los árboles de más de setenta metros de altura de la densa selva. En sus copas, cientos de nidos de oropéndolas, colgaban como extraños pendientes, adornando sus ramas. En medio de la cuesta de una colina pudo ver suspendidos de una gigantesca ceiba varios fragmentos de las destrozadas alas de otro deslizador como el suyo.

―Creo que lo encontré, por favor envíen un equipo de recuperación ― dijo en su comunicador, a la vez que por la interfaz de sus antiparras transmitía las coordenadas de su hallazgo―. Voy a tratar de descender sobre la colina, me parece que hay un claro en el que puedo bajar.

Después de decir esto, voló hasta la cima de la pequeña loma y entre los árboles había un espacio casi perfectamente circular, donde los árboles habían sido talados, tal vez algunas decenas de años antes. Las alas del aerodeslizador se plegaron y descendió ayudado por dos jets propulsores situados bajo la plataforma del piloto y se posó sobre dos patines que sobresalían bajo la misma plataforma.

Verónica se liberó del arnés y se bajó de la plataforma. Descendió por la colina ayudándose con una lanza de plasma para segar el follaje que le dificultaba el paso, al pie de la colina pudo ver los restos del deslizador, a sus pies la pálida silueta de un robot se encontraba tendida sobre la capa vegetal que cubría el húmedo suelo.

Se acercó al inmóvil autómata y lo sacudió ligeramente.

―ANIBAL, despierta ―dijo sacudiéndolo, sin recibir ninguna repuesta ―. Bien, creo que no hay manera ―dijo para si misma en voz alta.

Se puso de pie y miró hacia arriba, una sensación de sobrecogimiento la hizo estremecerse. Sobre su cabeza, casi todo el cielo estaba oculto por el follaje de los árboles, sólo algunos haces de luz se proyectaban verticalmente, como largos y estrechos pilares, que bajaba del cielo de ramas y hojas hasta el suelo.

Las gigantescas ceibas y caobas, cuya altura se elevaba más de lo habitual, ayudadas por la menor gravedad del planeta, se mecían levemente por la briza que sobre ellas soplaba, generando un espectral sonido, abajo, al nivel del suelo reinaba un agobiante calor que en ninguna otra parte del planeta podía percibirse.

Podía escuchar la inquietante letanía del canto de las oropéndolas sobre su cabeza, y los chillidos de algunos primates que debían ocultarse en los árboles.

―Maldición esto asusta ―dijo para sí ―. Maldición, ¿por qué estoy hablando sola?

Se sentó al lado del robot caído y vio nuevamente hacia arriba, pudo ver algunas partes del deslizador colgando en las ramas.

―Viejo que caída tuviste, debió ser un gran golpe ―dijo, hablándole inútilmente al inactivo robot ―. Cuando vengan los de rescate extraerán tu memoria y nos contaras que pasó, tranquilo que vas a estar bien, tal vez te den un nuevo reconocimiento, por ahuyentar a eso cazadores.

Pocos minutos más tarde en el mismo claro donde había descendido Verónica, un transportador del departamento de parques, se detenía y un trío de robots de rescate, descendían la cuesta con una unidad deslizadora, a través del sendero que había dejado Verónica a su paso, para recuperar a ANIBAL, quien había caído después de haber hecho huir a cinco cazadores que recolectaban nidos de oropéndolas, para los mercados negros donde sus huevos eran vendidos como una rareza culinaria.

Texto original de @amart29 Barcelona, Venezuela, Septiembre 2019

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Sólo me queda agradecer a @xpilar por permitirme usar su arte digital en mi publicación y por motivarla. Muchas Gracias @xpilar

Gracias a todos por visitar mi publicación, espero sus comentario y agradezco su apoyo, hasta la próxima



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