Mi pasión por la fotografía

Desde pequeña siempre me gusto la fotografía, siento que es una manera sutil de recordarte, revivirte y sonreír. La vida en todas sus etapas, tiene momentos duros, felices, tristes, emotivos y célebres; en mi vida he tenido momentos duros, como los que te hacen tomar una triste decisión para celebrar a largo plazo una emoción feliz de todo lo que pudiste construir y lograr.

Mi nombre es Verónica López Heredia, 27 años vividos, soy venezolana y vengo de uno de los paisajes más hermosos del mundo, me crié y crecí con la esperanza de conocer cada esquina de su cuerpo, logre capturar hermosos momentos, muchos de ellos los deje en la memoria y otros los logró recordar visualmente:

Esta foto la tomé en uno de mis mejores viajes a MOCHIMA, recuerdo que prácticamente me obligaron entrar a una cueva que tenias que sumergirte y nadar, hermoso todo hasta que salí de allí y la marea subió justo en el momento que estaba cruzando y me rompí la frente con los corales, yo solo pensaba en que estaba toda llena de sangre y eso podía llamar a los tiburones (así como en las películas), subí a la lancha, me echaron café en la herida (remedio casero de abuelos) y siguió el viaje.

Esta foto fue en el Llano, obviamente también tiene su historia, llegando nos recibieron con un caldo de paloma, sí, de paloma, yo no podía creerlo y diplomáticamente dije: -No gracias, yo estoy bien! Al rato de jugar domino nos ofrecieron una especie de pollo rebosado (en mi mente), porque realmente era PALOMAS REBOSADAS y ya no quería seguir comiendo, solo quería pan y ya. Al día siguiente hicieron pastel de Chelonoidis carbonaria (Tortuga grande) que obviamente tampoco comí, pero a pesar de la comida, me lleve muy buenos recuerdos, hermosos paisajes y la teoría de su comida típica (la practica no la pude hacer).

Este viaje también tiene su historia, les presento uno de los lugares más lindos por conocer, se llama EL LAGUNAZO, un sitio para acampar de mi hermosa Ávila. Yo no tenía idea que esa noche sería tan fría, éramos un grupo de 5 carpas, 4 pequeñas y una grande; a media noche, ninguno soportaba el frío y no podíamos hacer fogata con nada, todo estaba extremadamente mojado por la humedad y decidimos entrar todos en la carpa grande, mientras hablábamos escuchamos cosas afuera, siempre pensamos que estábamos solos, pero no, como dicen por allí "De que vuelan, vuelan" y esa noche escuchamos cosas y sentimos miedo, pero no paso a extremo; el amanecer fue hermoso, lo que más me gusto es que a la derecha se ve Caracas y a tu izquierda La Guaira, es espectacular.

No podía dejar de mostrarles esta foto que saque desde Clínica El Ávila, me da tanto sentimiento, yo veo esta foto y logro apreciar lo hermoso que es Caracas, Venezuela; no tengo palabras para expresar cuanto extraño estar en mi país, cuando extraño ver esas montañas, la comida típica, un partido Caracas-Magallanes, una empanada de cazón, una chicha del viejito de la esquina, una hallaca en navidad y un abrazo de mi madre; no es fácil empezar de cero, no fue fácil tomar esta decisión, tuve que emigrar y hoy por hoy me encuentro en otro de los países más hermosos del mundo por sus colores intensos y sus sitios mágicos por admirar.

Chile, me brindó un abrazo y me dijo: Bienvenida, disfruta cada instante que logres respirar, aprecia cada rincón que puedas observar, mantente fuerte y siempre cuando te logren sacar una sonrisa de tu rostro, agradece porque es ese preciso momento que la vida te demuestra que estas realmente viviéndola.

Quiero compartir con ustedes una de mis fotografías favoritas que he logrado tomar desde que estoy aquí.

VIÑA DEL MAR fue la ciudad que me recibió al llegar a Chile, me logre encontrar conmigo misma, me dio un hogar, un trabajo y amistades que hoy en día las valoro muchísimo, recorrí cada espacio de su cuerpo en dos ruedas, disfrute sus atardeceres y muchos los logre capturar.

VALPARAÍSO y su centro histórico, nombrado Patrimonio Mundial por la UNESCO, sus pintorescas calles empinadas de sus cerros, sus casas con las fachadas pintadas de infinidad de colores o subir al cerro Concepción y disfrutar de unas impresionantes vistas de la ciudad y el océano, es algo que no tiene precio. Sin duda, el escritor Pablo Neruda supo elegir donde instalarse con sus enamoradas.

Esta foto la tome en el puente de Ecuador, Viña De Mar. Me da un poco de nostalgia porque era navidad, yo solo quería estar con mi familia, tomando ponche crema, comiendo pan de jamón por la mañana y cenando hallaca con ensalada de gallina; bailando las gaitas típicas de todos los diciembres y dándonos los abrazos de fin de año; sin embargo agradezco todo lo que Viña me regalo en diciembre, creo que la vida te logra sacar una sonrisa con simplemente mostrarte sus lugares hermosos y esos si logras apreciarlos, yo creo que si lo hice.

Hoy me encuentro en Santiago, la vida y sus vueltas que entiendes con el pasar de los días, no olvido Viña porque es hermosa y siempre la extraño, cuando tengo la oportunidad voy y me siento en la playa a meditar, sacar fotos y sonreírle al atardecer.

Debemos recordar que somos viajeros del mundo y solo nosotros lograremos que este mundo sea el mundo que realmente queremos vivir.

P.D: Mereces lo que sueñas!