El autoliderazgo es una condición humana que responde al descubrimiento de nosotros mismos. Es el fortalecimiento de cualidades, así como la aceptación y transformación de debilidades, explorando para ello las profundidades de nuestro yo interior.

En la sociedad existe un estereotipo que consiste en hacer ver que un ''líder'' responde al terreno de unos pocos, de unos cuantos ''elegidos''. Sin embargo, el liderazgo dentro de circunstancias adversas en nuestras vidas es un hecho en el marco de lo cotidiano. Desde el primer instante en que comienza nuestro día nos topamos con dificultades que si bien han de variar en magnitud, sobreponernos a ellas se ha tornado en algo totalmente usual. Entonces, no se nace siendo líder, el liderazgo en un rol que se aprende a partir de una toma de decisiones fundamentada en la determinación.

Y esa determinación pasa por una fidelidad con relación a nuestros instintos, capacidades y actitudes. La influencia negativa es el principal enemigo del autoliderazgo, por lo que esta debe ser identificada y neutralizada a la brevedad. El autoliderazgo se fundamenta sobre la base de nuestras creencias, principios y valores, y es por ello que no debe permitirse que alguien intente atentar en contra de dichos factores, los cuales a su vez componen nuestra integridad como individuos.