Antes que nada, lo primero que debemos hacer es cerciorarnos que la caja que hemos escogido este en óptimas condiciones antes de colocar la primera carta.

Rasgaduras, dobleces, y golpes, deben ser reparados, remendados o “restaurados”, de lo contrario el resultado, por más cuidadosos que seamos, será desprolijo.

Es allí cuando la cartulina y la hoja de papel común entran en escena: De la cartulina, sacaremos unas 4 tiras de unos 4 centímetros de ancho; de las hojas de papel, produciremos una tiritas de papel de 2cm de ancho por 4cm de largo como medida mínima.

Ubicaremos las tiras de cartulina en el borde de cada solapa de la caja, esto la hará más resistente y evitará un resultado endeble que equivaldría a una corta vida útil de nuestra bonita caja geek.

Las pequeñas tiras de papel, cumplen la función de reforzar las esquinas que creamos puedan ceder por el peso al estar cargada la caja. Colocarlas en las esquinas inferiores es una forma de darle un refuerzo extra a la caja (sobre todo cuando el pegamento esté completamente seco).

Todo lo que comienza con buen pie, termina con buen pie, es por eso que aquí (y como siempre) la organización no es una opción, es una necesidad.

Así que organizaremos nuestras cartas disponibles según su tipo (o color), y solo cuando sepamos cual es la cantidad que contamos de cada tipo, sabremos en qué orden las colocaremos en la caja (por ejemplo, si hay más cartas Mágicas -color verde- que el resto de los tipos que disponemos, sabemos que este color será el que con más frecuencia se usará en la secuencia).

La secuencia que yo escogí en este caso fue: Carta de Monstruo (Dorada), Carta Trampa (Fucsia), Carta de Monstruo (Anaranjado), Carta Mágica (Verde), Carta de Monstruo (Morado); pero este paso es totalmente a gusto y elección personal.

¡La tentación es grande!, por supuesto que sí, pero aún falta un paso importante, detalle contundente antes de tomar el pegamento y pegar la primera carta:

Tomaremos el marcador grueso negro, y pintaremos todas las esquinas y bordes de la caja hasta cubrir muy bien el color que tiene de fondo.

Este paso es muy importante porque el color irregular de fondo que queda en las esquinas de la caja, que no cubren las cartas sean por dobleces o esquinas, se notan mucho si no se mimetizan, rompen el patrón precioso que se logra cuando se ubican todas las cartas.

Se puede utilizar el dedo, pero si se tiene a mano un pincel redondo grande mucho mejor para el momento de aplicar el pegamento en el dorso de cada carta.

Nos debemos asegurar que el pegamento cubra enteramente la carta hasta sus esquinas y piquitos, y solo colocar 1 a 1 ejerciendo presión con los dedos hasta que haya semi-secado, no antes.

Si la carta se despega o “abomba” después de ubicar varias en la fila, temo que el trabajo está perdido y no puede ser reparado, porque al tratar de quitar la carta que quedó “mal pegada” pueden arrancarse sus vecinas en el proceso.

Es por esa razón, importantísimo trabajar 1 a 1 y ejercer suave pero firme presión a medida que las colocamos. Utilizar un pañuelo suave para “sobar” la superficie cuando una fila esté terminada es recomendable.

El resultado es absolutamente loveable, dependiendo las cartas-copia que utilices, satinadas o mate, visualmente y en persona se nota que no se trata de un papel de envoltura de regalo o papel con un patrón impreso, lo que lo hace mágico.

Cuando saco estas cajas de casa, la gente siempre tiene que ver con ellas, preguntan en donde las compré o dónde pueden conseguirlas.

Lo que más me gusta de ellas, además que son un envase muy especial para objetos y materiales súper especiales para mí, es que siempre son imán de anécdotas bonitas de la infancia, o comentarios simpaticones de padres que creían que la serie era de índole satánica y que por eso nunca le permitieron a sus hijos tener siquiera copias baratas de cartas de “Yu-Gi-Oh!”…

…bueno, mi mamá también creía que algo macabro tenía la serie (detalle en el que no se equivoca cuando lees el primer manga/serie de “YGO!”, donde Yami no se parece ni de cerca al de esta primera versión).

• Una opción más sencilla que esta, es ubicar un modelo de caja que no requiera el corte de algunas cartas para su casi parcial o total recubrimiento, es decir, que la medida de sus caras este próxima a la medida justa de un número de fila o columna de cartas, sin importar si ese número es par o impar. Aunque lo ideal es que si no se cuenta con una, se completen los espacios con recortes finos.

• Si se quiere evitar el maltrato de las esquinas por los dobleces de tapas integradas a la caja, una opción es utilizar cajas con tapa aparte, similar a las cajas de zapato.

¡La respuesta es SÍ!, con los años, pude comprar cartas originales, y adquirir también un mazo completo de un chico muy diestro que se dedicaba a ensamblar mazos temáticos para su venta cuando estudiaba en la universidad.

Tengo un Mazo Gema/Cristal precioso, lo amo, aunque no está actualizado, siento que fue una estupenda inversión en su tiempo, tomando en cuenta que algunas cartas están valoradas entre 30 y 40 verdes hoy, tengo varias holográficas.