REFLEXIONES ESPACIALES IX: Diario de abordo 20023048.

Nuestra respiración se acelera, los nervios son visibles entre nosotros, es un momento crucial para nuestra supervivencia como especie, necesitamos un hogar, necesitamos un nuevo despertar de la humanidad.

Hacemos respiraciones profundas y espaciadas, necesitamos la calma, necesitamos la lucidez que sólo la tranquilidad nos da.

Todo lo que ocurre está siendo grabado, debemos dejar constancia de todos nuestros movimientos, de nuestros primeros pasos en un mundo nuevo. Si algo falla debemos de conocer todo lo ocurrido al más mínimo detalle.
Los tres exploradores comienzan a salir de Infinity X, ilusionados, ansiosos, asustados, todo lo que hay ahí fuera es desconocido para ellos y para todos nosotros.

Todo es verde y muy frondoso, hay plantas por todas partes, parece la Tierra pero en su esplendoroso pasado, mucho antes de que los humanos acabáramos con todo lo que allí habitaba, antes de que lo matáramos todo y nos creyéramos los dueños de todo lo que podíamos divisar con nuestros vulgares ojos. El cielo es hermoso y desconcertante, tiene un extraño color rojizo, tal vez sea por la cercanía con su enana roja, su Sol.

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La atmósfera parece algo extraña, algo flota en el ambiente, algo que parece muy denso… Decidimos hacer un análisis más exhaustivo del aire, nuestros primeros informes indicaban que era respirable pero ahora pensamos que es posible que no lo sea.

Mientras tanto seguimos explorando a nuestro alrededor, las plantas son enormes y parecen sacadas de un cuento, parece como si se hincharan y cada cierto tiempo expulsan algo de su interior, parece una especie de gas.

Decidimos volver a Infitity X por seguridad, una vez analizado en aire con mayor detenimiento tomaremos una decisión sobre los siguientes pasos a seguir.

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