En Venezuela todas las semanas son duras. Como nos contaba la amiga @charjaim realizando un enumerado orden de tragedias que le suceden al venezolano, la que más me impresiono fue la del niño que reunió su dinero en la mañana y cuando fue más tarde a comprar el pan ya no le alcanzaba, eso me partió el alma.

Lo veo en mi trabajo viene un cliente a comprar un repuesto iniciando la semana y a la siguiente semana, ya varía de precio, no es mucho que puedo hacer para ayudarlos, darles descuentos es lo poco que puedo hacer.

Pero tengo que contarles que comenzando la semana una familia de mi urbanización sufrió un terrible accidente, su casa sufrió un incendio y perdieron todo, se quedaron con la ropa que tenían puesta, eso es una tragedia.
De los mismos nervios de ver su casa ardiendo, los adultos solo agradecían que todos salieran a tiempo de la casa. Reían y lloraban al mismo tiempo. Ante la tragedia que sufrió esta familia, los vecinos se movilizaron a prestar ayuda, recoger ropa, dinero, alimentos y cualquier cosa que pudiera necesitar estos vecinos.

Dentro de esta tragedia los más jóvenes de la casa, adolescentes al fin, solo pensaban en que no tendrían que asistir a clases por un buen tiempo.

En los grupos de wasap de nuestra zona, se pasó un mensaje indicando la casa en que se podrían dejar las colaboraciones, en uno de los mensajes indicaban, no dejar ninguna colaboración en casa de la vecina Lilian, es una mala vecina.

Dentro de la tragedia que estaba pasando estos vecinos, surgían estas notas extrañas, como a cualquiera le podría pasar una situación así, levantarse un día a las seis de la mañana y en unas cuantas horas perder todo lo que estaba dentro de tu hogar, descubrir vecinos buenos y vecinos malos.

Esto es toda una tragicomedia verdadera, solo made in Venezuela.