Participo nuevamente esta semana con el tema Tragicomedia. Esta idea de escribir y compartir en un reto fue concebida por @pavelnunez, pero ha sido la constancia de @avellana lo que lo ha mantenido hasta hoy día y por supuesto el interés y entrega del @club12 del cual orgullosamente formo parte. Si deseas participar debes seguir estrictamente unas condiciones que están detalladas aquí.

Nadie, nadie, nadie, absolutamente nadie, que esté fuera de mi país podría realmente comprender la dimensión de lo que aquí se vive. No sé qué propósito divino se tiene con nosotros; héroes sin tiempo, que hemos aprendido a relajar la comprensión a través de la risa fácil y el agradecimiento.

Lo insólito, se mezcla con lo humano en una amalgama extraordinaria que cada día muestra sus frutos. Vivimos una tragicomedia. Sin ánimo de escribir aquí un montón de quejas, porque sé que no es lo que se propuso club12, cuando nos invita a reflexionar sobre este tema, y porque no es algo que me agrade: intentaré mostrar algunos elementos de la vida diaria, que nos han vuelto partícipes de este tipo de obra dramática. Lo escribiré en tercera persona y si alguien se siente aludido, lo siento.

Romualda acostumbraba a sentarse con las piernas cruzadas, hasta que un niño le dijo: “mira mamá, ella también le mete cartón a los zapatos”, ahora aprieta bien fuerte los pies contra el piso, tratando de no lastimar la ampolla que se le ha hecho por el mismo motivo.

El hijo de Josefa se fue del país y cada cierto tiempo le deposita a su madre cierta cantidad de dinero. Él le pidió que invirtiera en algo, porque se le ha puesto difícil la situación donde está. Ella sabe coser y se va a una tienda y compra telas, con ellas hace unas batas de estar en casa, y las ubica muy rápidamente con algunas conocidas; unas pagaron rápido, otras se quejaron de no tener internet y de que el banco no estaba haciendo transferencias a otros bancos. Por fin Josefa reúne la inversión y lo que sería la ganancia y se va a comprar nuevas telas para continuar el negocio, con la sorpresa de que lo que tiene ahora no le alcanza ni para comprar la cuarta parte de las telas que había comprado antes. El negocio murió al nacer.

El hijo de Lucecita vio en una panadería un pan francés a 800 bolívares y corre a casa de su padrino, que cuando puede lo consiente; este le da el dinero en efectivo y el niño corre nuevamente a la panadería, pero ahora el mismo pan tiene un valor de 1000 bolívares.

Juan cobró la pensión, pero la cola en el banco es muy larga y decide pasar la tarjeta en algún negocio y comprar un kilo de harina y una cebolla, “transacción fallida” dice con mal genio la cajera, deja los productos en su sitio y se va a otro lugar a intentar la compra, cuando va a pagar dice la cajera también contaminada de mal genio y a voz populi, “fondo insuficiente”. Juan se lleva las manos al pecho, pero su corazón se ha fortalecido para las desgracias y ya sabe qué es lo que está ocurriendo. Va a su casa y le pide que revise su cuenta bancaria y ¡bingo! Tal como lo pensó en el primer negocio sí le debitaron el dinero. Más rápido que Correcaminos se va al sitio y ahí la misma displicente cajera le dice que no da constancia, que ella no tiene evidencias de que haya caído en su cuenta y que vaya al banco a hacer el reclamo. Su hija le sugiere que llame al banco y una amable contestadora telefónica le hace seguir unos pasos. Ahora debe escribir una carta con exposición de motivos y enviarla a un correo específico y esperar, esperar, esperar. A la semana siguiente cuando vuelve a revisar ya tiene su dinero, va a otro negocio y solo le alcanza para la cebolla.

Yo lo voy a dejar hasta aquí para no agobiarlos, no intenten ponerse en contacto conmigo, porque recuerden que el “suscriptor que usted ha llamado no puede ser localizado”. Para buen entendedor una imagen vale más que mil palabras:

La semana pasada les dejé un mensaje encriptado que solo @arar5 descifró, aunque @sacra97 descubrió algunas letras, gracias a las dos. El mensaje decía: “todo lo bueno que agradeces en la vida se te multiplicará”. Agradezco la fortuna de haber conocido esta red, donde compartimos y aprendemos cada semana algo nuevo con la compañía de este divertido equipo de @club12. Agradezcamos todo cada día.