Nueve Inconclusas Historias de Amor | Quinta Evocación: Lagrimas bajo la lluvia
Lagrimas bajo la lluvia
Respetados compañeros de viaje en la comunidad de Steemit:
Con este relato, doy continuidad a la serie que he denominado “Nueve Inconclusas Historias de Amor”, en la que, a través de evocaciones, escritas en primera persona, rescato, en el tiempo, mis vivencias, las de personas muy cercanas a mí y otras historias que presencié o me fueron contadas, con el propósito de formular y defender mi tesis que las verdaderas historias de amor, nunca mueren, aún en el caso que no se desarrollen linealmente, como cabría esperar, en el mundo real.
Fuente: Pixabay
¿Llegué tarde a su vida? Realmente no lo sé.
Es posible, que sencillamente, como en aquella tarde de marzo que nos encontramos, de nuevo, por primera vez, me estabas esperando para ayudarme a crecer, a soñar y para enseñarme a amar, como se ama de verdad, en nuestro mundo.
El brillo de sus ojos color miel contrastaba con el tono pastel del conjunto rosa que cubría lo que algunos meses después, ya un poco más consciente de mi humanidad, definía tu espectacular figura en la que se mezclaban, en perfecta armonía, al menos tres razas.
Pasaron los meses, muy rápido y llegó la primera lluvia, aquella en la que de manera espontánea nos tomamos de la mano para mantener el equilibrio mientras atravesábamos una de las caudalosas corrientes de lluvia que invadían los terrenos de la casa de estudios que nos unió.
Desde aquella noche de julio me sentí acompañado por esa hermosa joven con la que además compartía orígenes, expectativas, puntos de vista y anhelos. Y a través de Ella, pude acceder a la oportunidad de conocer a muchas personas interesantes maravillosas, entre ellas, la joven de la que me escondí en una biblioteca para no afrontar mi destino. Ese episodio, espero narrarlo, después.
Un día me enteré que se había casado, pero estaba tan ocupado estabilizando lo que parecía la etapa inicial de mi vuelo que no presté mayor atención al evento hasta aquella mañana en la que por alguna circunstancia, me di cuenta que su experiencia en pareja difería bastante de un cuento de hadas y me conmoví.
Y en esa nueva etapa nuestra amistad se fue fortaleciendo pero a un ritmo menor a mi necesidad de estar con Ella y protegerla, hacerla reír y especialmente aconsejarla, ingenuamente dada mi inexperiencia, a propiciar que su recién estrenado estado civil, se consolidara como creo que había sido su sueño.
Cita Marcos en el nuevo testamento:
El Espíritu está dispuesto, pero la carne es débil.
Y Ella también me escuchaba, cantar, reir, soñar. En nuestra camaradería todo parecía consolidarse y arraigarse, precisamente en el tiempo en el que su relación de pareja parecía recuperarse, lo cual a pesar de mis consejos y acompañamiento, me fue produciendo, progresivamente, una extraña sensación que solamente puedo recordar, como tristeza y pérdida.
Cuando aquel mediodía de julio me anunció que se había reconciliado con su esposo, tras poco más de dos meses de separación, sonreí y la abracé, la acompañe a que abordará a su casa y me quedé observando mientras se alejaba y la lluvia llegó para abrigarme y evitar que notará si lo surcaba mi rostro en ese momento eran unas lagrimas inexplicables.
El tiempo pasó, fue madre por primera vez, se separó y se reconcilió nuevamente, y volvió a ser madre, se divorció y durante todas estas etapas, de manera continua o intermitente, espontánea o específicamente, hemos seguido. La amistad nos ha unido por más de 30 años, cada uno culminó sus estudios, ha criado a sus hijos, se ha hecho un adulto maduro
Sin embargo, la emoción que sentí mientras corrían las lagrimas bajo la lluvia, se ha mantenido durante todo este tiempo en mi recuerdo, por mi innata disposición a evaluar escenarios y a preguntarme, ¿qué hubiera pasado si?
Me regocijo por mantener su amistad, su cariño, que perfila casi una hermandad de cuatro décadas, y espero de alguna manera, honrar con esta historia lo que fue y lo que no fue, con mi agradecimiento por lo vivido y mi pesar por lo que no se vivió, especialmente, si en medio de tantas vivencias, Ella esperó más de mi de lo que le di.