Nueve Inconclusas Historias de Amor | Tercera Evocación: La Búsqueda

in #spanish7 years ago (edited)
Respetados compañeros de viaje en la comunidad de Steemit:
Con este relato, doy continuidad a la serie que he denominado “Nueve Inconclusas Historias de Amor”, en la que, a través de evocaciones, escritas en primera persona, rescato, en el tiempo, mis vivencias, las de personas muy cercanas a mí y otras historias que presencié o me fueron contadas, con el propósito de formular y defender mi tesis que las verdaderas historias de amor, nunca mueren, aún en el caso que no se desarrollen linealmente, como cabría esperar, en el mundo real.

Fuente: Pixabay imagen cedida por geralt

La Búsqueda


Siempre voy a recordar una conversación que tuve, recién graduado, acerca del origen griego de la palabra, Hombre, Antrophos.

Un compañero de trabajo, sabio y buen amigo me ilustraba, explicando, en aquel entonces, que Anthropos significa:

Aquel que mira hacia arriba.

Y yo, en mi necesidad individual, presuroso agregué, de inmediato:

Para buscar a Dios.

Y esa tarde de 1994, pude entender mucho de lo que había vivido antes, en mi infancia, adolescencia y en mi recién estrenada, para aquel entonces, adultez.

Estoy convencido, que todos vivimos esa búsqueda, de mejores condiciones de vida y especialmente, de alguien que nos acepte, y aceptemos, en paz, con alegría y, en la mayoría de los casos, sintiendo Amor, que nos inspire, nos haga crecer y que nos complemente, haciéndonos mejores seres humanos.

Y así pasó, pasa y espero siga pasando en mi vida, hasta que me toque partir al encuentro de esa energía amorosa que nos hizo posible la existencia desde el principio de los tiempos.

Y entre tantos episodios que agradezco haber vivido, es definitivo y especial aquel que comenzó en octubre de 1983 en la primera clase de Solfeo.


¿Eras la única niña?

No.

¿La más bonita?

No puedo responder, pues soy parte interesada y comprometida en esta historia.

¿La más aventajada de todos quienes comenzábamos a estudiar música en ese momento?

Tus calificaciones excelentes, hablaban por si solas desde el primer momento y, por ello, todos, los seres de luz que compartimos las aulas contigo, te hicimos parte de nosotros, habíamos encontrado alguien que nos guiara y yo, alguien a quien amar.

Y yo, me fui acercando, lo más rápidamente que pude para apreciar cada movimiento, cada figura, cada tiempo en cada compás que recitabas, para confirmar, gracias a lo que concentrabas e irradiabas, que la Música, sería nuestro camino de expresión directa o indirecta para decir todo lo que nos correspondía decir en esta vida.

Y ya a tu lado, me empeñé en encontrar maneras que te hicieran percibir, en algún momento, que yo quería ser parte de tu melodía vital, y francamente, tengo que admitir que fui muy torpe e inoportuno, muchas veces.

Después llegó tu fotografía impresa en decenas de miles de ejemplares del principal diario local y la pregunta de mi mamá referida a si recortaba tu imagen para guardarla a la que respondí con una pregunta que parecía más bien un postulado científico.

¿Para qué voy a guardar un pedazo de papel periódico si siempre voy a tenerla a mi lado para verla y sentirla, directamente?

Y el tiempo pasó vertiginoso. Con cientos de anécdotas de un conjunto de almas que se enlazó alrededor de una pasión, una necesidad y un deseo. Un día de Enero, no llegaste a clases, y la ausencia se prolongó por semanas, hasta que asumimos que habías tenido que partir.

Un día, nos encontramos, en un pasillo de la Universidad, nos miramos, quisimos conversar, pero no era nuestro momento.

Yo continúe por unos años más hasta que la Vida y la coincidencia de horarios me obligó a decidir en 1988 entre continuar los estudios de ingeniería o los de música y, también, me retiré del Conservatorio.

¿Fue lo mejor? El tiempo muy sabiamente responderá la pregunta a su debido momento.

Fue necesario que pasarán siete largos años para que nos encontráramos de nuevo ya a punto de graduarnos en las carreras universitarias, convencionales, que elegimos.

Un poco más maduros tomamos consciencia del significado del tiempo habíamos compartido y nos dimos la oportunidad de recrear la alianza que, desde entonces, con la intermitencia propia de nuestros propios radares, nos permite continuar la procura de ese objetivo que hemos buscado desde el principio y que, cada uno a su manera, ha podido percibir, sentir y redimensionar, en cada giro del Carrusel de Amor que iniciamos hace ya cuatro décadas.


Si es vuestro deseo pueden leer o volver a leer las dos primeras entregas de esta serie, pueden acceder a los siguientes enlaces:
Hilvanando Estrellas
En la Alborada
Muchas gracias por vuestra amable lectura y consideración.

Carrusel de Amor, letra y música de @mjcarvajalp, tal y como se publicó en Soundcloud en octubre de 2013.

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