Cuéntame qué os pasó (Novela) X

in #spanish7 years ago

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Se la comían los nervios, mientras devoraba impaciente la punta de las uñas, esperando siquiera una llamada de Ramiro. Las doce y cuarto de la noche. La cena hacía rato que descansaba, fría, sobre el plato y Maruja, preocupada, hizo intención de descolgar el aparato de teléfono y llamar a los servicios de urgencia de los hospitales de Madrid, temiéndose lo peor. Había visto al dueño del bar de la esquina echar el cierre y despedirse del último cliente, que se marchó en taxi, seguramente herido de muerte, como había escuchado decir a los hombres cuando deseaban dar a entender que se les había ido la mano a la hora de alternar.
Con la lamparilla del comedor encendida, intentó concentrarse en la lectura de un libro de Bécquer que, por alguna razón desconocida, Ramiro no había considerado digno de ir a parar al cubo de la basura.
Aún recordaba de memoria algunas de las poesías y si tuviera la oportunidad de hablar al respecto, estaba completamente segura de que podría contar –con toda clase de pelos y señales-, la mayoría de las leyendas. Era la parte que más la gustaba de la asignatura de Literatura y todavía mantenía en su mente una visión fresca del entrañable señor Montes, su profesor.
Al contrario que su padre, Montes había combatido en la Guerra Civil en el bando republicano, siendo herido en la cruenta batalla del Ebro, que tantas víctimas se contara por ambos bandos. De ahí que su oído derecho perdiera toda percepción auditiva, destrozado el tímpano irremisiblemente a consecuencia de la caída de un obús que estalló tan cerca de la trinchera donde se parapetaba, que podía considerarse un auténtico milagro que no hubiera acabado con su vida y desparramado los pedazos de su cuerpo varios metros a la redonda.
De cualquier forma, el señor Montes era un hombre verdaderamente asombroso. De mediana estatura y aspecto de ratón asustado, sus ojos, sin embargo, se convertían en auténticas brasas candentes cuando recitaba con natural pasión los versos más sobresalientes de Gustavo Adolfo. Un efecto similar, cuando no mayor, conseguía en el momento en el que comenzaba a narrar las leyendas logrando, con su grandilocuencia de gestos y expresiones, que toda la clase lo escuchara con inusitado interés.
Resultaba curiosa, por otra parte, la frescura con que recordaba la frase que afloraba a sus labios cada vez que alguien realizaba algún comentario y que pronunciaba segundos después de llevarse un dedo hacia el aparato auditivo que sobresalía del lóbulo de su oreja derecha:

  • Señoritas, porque aunque ustedes no se lo crean, con éste aparato soy capaz de oír hasta la hierba que brota del suelo.
    Naturalmente, todas reían frente a la exageración de tal comentario. Incluso había alguna, más atrevida y menos educada que las demás, que lo insultaba sin conmiseración, a sabiendas de que su desvergüenza quedaría para siempre impune.
    Maruja nunca había comprendido tal tipo de actitudes. Posiblemente porque en su naturaleza nunca había existido sitio para el rencor. Tal vez motivada por tales pensamientos, respiró aliviada cuando escuchó la llave entrar torpemente en la cerradura de la puerta. Pero todas sus sanas intenciones se vinieron abajo al ver el aspecto tan desastroso de Ramiro, que entró en el comedor tambaleándose y apestando a vino, luciendo reveladoras manchas de carmín sobre el blanco sudado del cuello de su camisa. Aquello era demasiado para lo que un alma noble podía llegar a soportar y se lo recriminó, con las manos cruzadas sobre el pecho, a semejanza de una madre exigiendo una explicación a su hijo por una travesura cometida. Ese fue su segundo gran error.
    La reacción de Ramiro, violenta, como no cabía esperar otra cosa, no se hizo esperar. La primera sensación que tuvo Maruja, fue la de sentir los dedos de Ramiro cerrándose como garfios sobre su cabello, mientras la arrastraba salvajemente por el suelo del pasillo en dirección al dormitorio.
    Apenas una fracción de segundo más tarde, se vio catapultada sobre la cama, como si de un inerme saco de patatas se tratara. Lo siguiente que mal hería su memoria, fue el rostro desencajado de Ramiro, cuya boca apestaba como el aliento corrupto de una una fiera que acabara de devorar a su víctima.
  • ¡Vamos, puta!. ¡Te voy a echar el polvo de tu vida!, -dijo a continuación, hipando como un cerdo, mientras sus manos desgarraban la bata y el peso de su cuerpo caía sobre ella, aplastándola sin ningún género de consideración.
    Hubo un pequeño forcejeo en el que ella, por naturaleza más débil, terminó perdiendo, quedando exhausta y sin oportunidad alguna de defensa. La lámpara de la mesita cayó al suelo, produciendo un ruido estrepitoso cuando la bombilla estalló en mil pedazos, que se extendieron por el suelo de la habitación en todas direcciones. A continuación, un pequeño fogonazo, la cómplice oscuridad y los jadeos libidinosos de Ramiro. El calor en su bajo vientre, unido a la pestilencia de su aliento, hizo que Maruja sintiera náuseas y estuviese a punto de vomitar hasta las heces. El tiempo, entonces, se le hizo eterno, igual de angustioso que la visión de las gotas de suero penetrando con desesperante lentitud en las venas del brazo de su madre poco antes de fallecer en la aséptica cama del hospital, sin otra compañía que las visiones que pudiera tener en el coma, las cuales se había llevado con ella a la tumba.
    Por otra parte, sus genitales ardían, mancillados por los esfuerzos desesperados de Ramiro que, sin duda influenciado por el alcohol, apenas conseguía mantenerse en erección para consumar un acoplamiento no compartido. Cuando se apartó a un lado, quedándose dormido y roncando como un auténtico verraco, Maruja dobló las piernas lentamente, adoptando una posición fetal –como solía hacer muy a menudo cuando era niña-, llorando a continuación con infinita amargura. Por un resquicio de las cortinas de la ventana, penetraba casualmente un diminuto rayo de luz. Y por primera vez en mucho tiempo, Maruja sintió vergüenza de ser mujer. Y también, después del ultraje, comprendió que posiblemente Dios había sido misericordioso al no haberles concedido hijos que acrecentaran el sufrimiento.
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Parte I: https://steemit.com/spanish/@juancar347/cuentame-que-os-paso-novela-i
Parte II: https://steemit.com/spanish/@juancar347/cuentame-que-os-paso-novela-ii
Parte III: https://steemit.com/spanish/@juancar347/cuentame-que-os-paso-novela-iii
Parte IV: https://steemit.com/spanish/@juancar347/cuentame-que-os-paso-novela-iv
Parte V: https://steemit.com/spanish/@juancar347/cuentame-que-os-paso-novela-v
Parte VI: https://steemit.com/spanish/@juancar347/cuentame-que-os-paso-novela-vi
Parte VII: https://steemit.com/spanish/@juancar347/cuentame-que-os-paso-novela-vii
Parte VIII: https://steemit.com/spanish/@juancar347/cuentame-que-os-paso-novela-viii
Parte IX: https://steemit.com/spanish/@juancar347/cuentame-que-os-paso-novela-ix

Sort:  

Increíblemente narrado, late el pecho casi desde el principio hasta el final. No sé qué más decir, cuánta miseria bajo las alfombras de las casas. Gracias por contarlo.

Pufff, he sido demasiado explícito, creo yo, y lo he expresado de una forma brutal. Tan brutal, que a veces lo pienso, y me siento como si fuera yo esa bestia o cuando menos, que alguien llegue a pensarlo. Menos mal que ya está terminando.

Al contrario, has sabido transmitirlo porque te has puesto en la piel de ella, no de él, y una situación semejante no se puede contar poniendo paños calientes para no molestar. Que moleste, que moleste tanto, que nadie disculpe de una u otra forma la humillación, el abuso, la violencia, contra nadie. ¿Es el final de la novela, entonces?

Todavía queda un último capítulo. El desenlace, que supongo que también traerá algo de mostaza al asunto. Y tal y como está el control en la Red...no sé yo si no terminaré acusado de incitación a...en fin, en unos días se verá.

O sea, que tiene 13 capítulos. Te lo preguntaba porque esperaba otro final, creo que el que tú has decidido, bueno, no sé de qué manera será ni quién pondrá la palabra fin, pero algo así no puede acabar bien. Por eso es tan importante que no consideremos esos hechos como una cuestión privada, nos atañen a todos, son como la piedra que tiras al lago y va formando círculos cada vez más grandes. Quien refleja la realidad no es culpable de esa realidad, estaría bueno que se metieran contigo. Si eso, me lo dices y les mando un yuyu :))

Wao, este capítulo estuvo estremecedor, la historia y la narración increíbles.

Demasiado estremecedor, diría yo. Esperemos que con el desenlace no me metan en prisión...

Jejeje no creo.
Realmente me da curiosidad saber si Maruja logró hacer algo. Espero ese final.

Maruja hizo algo. El final llegará en breve.

Buenas tardes @juancar347
Qué crudeza narra su relato que, por desgracia, se me hace tan común; aun así doy gracias (a no sé quién) por no estar lo suficientemente acostumbrado a verlo u oírlo en la vida real como para no sentir vívida repulsa.
Saludos.

Buenos días. Creo que todo drama debe de tener su toque de realismo, por muy crudo que nos resulte. Sobre todo, si hablamos de un drama tan desgarrador como este. Yo tampoco lo he vivido en primera persona, pero de hecho, si hemos de ser objetivos, no se puede decir que no lo vivamos todos los días; basta sólo ver las noticias o leer diariamente los periódicos. En ocasiones, las entrevistas en televisión a mujeres maltratadas son tan desgarradoras, o incluso más, que lo que aquí se ha narrado. No es lo mismo escribir de oídas, podría decirse, que escuchar unos testimonios similares de labios de mujeres que han pasado por ese infierno. Yo no sé si esta pequeña obra, llena de fallos y carencias, en el fondo, aportará un pequeño granito de arena para concienciar, pero al menos me cabe el orgullo de haber intentado exponer un grave problema que, lejos de ir a menos, parece mentira que se vaya acrecentando en pleno siglo XXI, donde a todos se nos llena la boca con expresiones, como derecho, libertad, progresismo...Como dije en su momento, la escribí hace muchos años y no la he cambiado ni una sílaba ni una coma. Buena o mala, me siento tan orgulloso de ella como de cualquier otro de mis escritos y aunque recuerdo que en su momento la envié a varios concursos, en los que obviamente no obtuvo ninguna mención, al menos me cabe la satisfacción de ver que aquí en Steemit, ha provocado algunas sensaciones y sus capítulos han servido para interesantes debates. Muchas gracias y un afectuoso saludo.

waoooo que parte de la historia tan terrible iba leyendo y mi corazón se me aceleraba ,felicidades

Las historias terribles nunca dejan indiferentes. Gracias por tu comentario, Mavel.

Resteem again @juancar347😄😄😄

Dear steemer,
nice post and me followed u :L plz follow me back

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