Cuéntame qué os pasó (Novela) V

in #spanish6 years ago

Capítulo 7

El día de su boda nevó copiosamente y Maruja apenas terminaba de decidirse sobre qué estaba más blanco, su vestido de novia o el suelo cubierto de nieve, que daba a las calles el aspecto entrañable de una típica postal de navidad. La basílica de Nuestra Señora de Atocha la pareció, sencillamente, sublime: con sus ojivas, sus arcos, sus inconmensurables bóvedas, así como también por los cuadros y las figuras cuyas alegorías constituían todo un poema a los aspectos más místicos y espirituales del ser humano. Al menos, así se lo pareció cuando caminaba erguida hacia el altar cogida del brazo de su padre, mientras la gente –agolpada en los bancos, a ambos lados del pasillo-, la observaba y cuchicheaba en voz baja.
Ramiro esperaba impaciente en el altar, serio y circunspecto, como se supone que debe de estar un novio en un día tan señalado. Impecablemente vestido y con la cabeza alta, daba la impresión de un grande de España que estuviera a punto de dar el paso trascendental de su vida, después de hacer sido introducido en sociedad. Maruja se estremeció. Y a través de los poros electrizados de su piel, sintió que por su cuerpo fluía un torbellino de emociones que se resumía en un único e indivisible sentimiento: amor.
El discurso del sacerdote, posiblemente más extenso de lo habitual, se le antojó semejante, en número, calidad y gratuidad, a los consejos de Perico Chicote.
Hombre de cierta edad, las arrugas de su frente semejaban surcos recién labrados por debajo de la nieve que coronaba la montaña de su escaso cabello. Tal vez Ramiro miraba hacia abajo por el efecto sedante de su voz, monótona y triste, sin apenas timbre, que empañaba lo que ella consideraba un éxtasis de alegría semejante, comparativamente hablando, al que experimentó el día de su primera comunión, luciendo también el vestidito blanco y los zapatitos de charol, brillantes como una estrella.
Cuando llegó a la parte trascendental del ritual, aquella en la que el sacerdote autoriza besar a la novia, Maruja recordó el beso más largo y apasionado de la historia del cine: aquél que se dieron Cary Grant e Ingrid Bergman en la película Encadenados, del genial director norteamericano Alfred Hitchcock. Por desgracia, Ramiro no era muy aficionado al cine, a juzgar por la inesperada fugacidad con que la ofreció los labios. Pero aquél detalle apenas tenía importancia, una vez encajado el anillo en su dedo anular.
Siendo marido y mujer, lo que Dios había unido no tenía por qué separarlo el hombre.
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Parte I: https://steemit.com/spanish/@juancar347/cuentame-que-os-paso-novela-i
Parte II: https://steemit.com/spanish/@juancar347/cuentame-que-os-paso-novela-ii
Parte III: https://steemit.com/spanish/@juancar347/cuentame-que-os-paso-novela-iii
Parte IV: https://steemit.com/spanish/@juancar347/cuentame-que-os-paso-novela-iv

Sort:  

Qué tremendo. Es lo que me ha venido a la cabeza, al leer el paseíllo hasta el altar. Igual soy yo, que no me entero, pero siempre tuve un rechazo visceral a esa ceremonia, desde que sé lo que es pensar. Se pasaba de la tutela del padre a la del marido en un rito que me recuerda al de los sacrificios de las vírgenes para asegurar el favor de los dioses a la tribu. Hay quien dice que hoy en día le hemos perdido el respeto al matrimonio. Ojalá.

La cuestión, creo que puede ser, en parte, ese condicionamiento al que se ha venido sometiendo a la mujer a lo largo de los siglos. Joseph Campbell trata este problema desde la perspectiva del mito personal. Y es muy diferente el mito personal de un hombre al mito personal de una mujer. El mito personal de la mujer, residía básicamente, en esto: en afrontar la aventura personal para la que supuestamente había sido educada. Sí es cierto, y en esto coincido con Smeralda, en que todo tiene su rito, independientemente de que nos guste o creamos en ello, como también pienso que hoy en día, salvo esferas muy determinadas, el matrimonio no deja de ser un simple trámite, por el que dos personas se comprometen a vivir en comandita hasta el día del juicio final porque han firmado un papel y porque un estamento obsoleto e intransigente continúa aplicando una misoginia más típica de siglos de oscurantismo. También opino, que los condicionamientos, en este sentido, revisten unas grandes diferencias entre la mujer latinoamericana y la mujer europea. Pero la cuestión de fondo, es que hay un porcentaje increíble de parejas que realmente comienzan a conocerse después de estar casadas (o mejor dicho, a desconocerse) y en el caso de la mujer, se encuentran con obstáculos que a priori, al menos hasta tiempos relativamente modernos, parecen insalvables.

Asi es, aunque tengo mis diferencias con la iglesia, me quedo con lo mejor de ella. Todo depende de la perspectiva que veamos las cosas, de dónde venimos y hacia donde queremos ir, es curioso el planteamiento de susiunderground, por mi parte vengo de una familia unida, un matrimonio tradicional donde se respetan las opiniones del hombre y la mujer. Mi padre, jamás ha faltado el respeto a sus hijas y hoy ya mayor recoge los frutos de unas mujeres que lo aman y admiran. Quizás por ello, veo diferente el ritual del matrimonio y los roles de la pareja en el hogar.

No en todos los hogares ha existido esa situación y ese respeto. Yo no tengo queja tampoco del mío, pero puedo entender el punto de vista de otras personas, y siempre me parecerá muy respetable. No creo que estar a favor o en contra de la Iglesia debiera de ser un condicionante para que hombres y mujeres se tengan el respeto que se merecen simplemente por ser seres humanos. Tampoco estoy a favor de las enormes diferencias, a todos los niveles, que existen (cualquiera diría que por derecho de 'pernada', como ocurría en la Edad Feudal) entre unos y otros. Si no la mejor, pero sí la más justa, es la educación que nos enseña a mirarnos como lo que realmente somos: como personas. Y mientras no aprendamos esto, creo que no saldremos nunca del bucle de la ceguera.

Siempre con palabras tan acertadas, estoy de acuerdo mi estimado Juancar.

Es simplemente una opinión. Como digo, todas las opiniones son respetables.

Para mi, es muy simbólico caminar al altar de la mano de nuestro padre, para dar comienzo a una nueva etapa, la emoción se torna en el amor. Pronto leo los otros capítulos para saber como ha sido la historia para que Maruja tomara la decisión de casarse. (Porque con esas etiquetas, jejeje tengo que saber más)

La historia es de maltrato. Este capítulo forma parte de los recuerdos de Maruja, en esa época de la relación, en la que todo es hermoso, en la que todo es dicha y en la que parece que el amor es infinito, inmenso. Pero como ocurre después en muchos casos, después de casados es cuando en realidad se empieza a conocer bien a la persona supuestamente amada y nos damos cuenta de que incluso el ser más perfecto de nuestros sueños puede esconder en realidad un auténtico monstruo.

hay si no te había visto mazizorro , un pinpollo jeje

No hagas caso. Ese era yo de pequeño. Ahora que he crecido, estoy decrépito como un bacalao, ja,ja

desalado o salado jeje no te pedrees tu solo, somos altos guapos rubios y con ojos azules y forrados

Vamos, lo que se dice todo un chollo, ja, ja

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