El mejor amigo del hombre como terapeuta

Un poco de historia

Mi hermana mayor era médico cirujano oncólogo, con alto nivel de exigencia y conocimientos, mística, pasión y entrega. Para mí, el mejor médico que he conocido hasta los momentos. Hacía guardias de muchas horas. Su vida y familia: Eran sus pacientes. Realmente, era una persona admirable que vive en el el tiempo por tan honorable legado de vida, enseñanzas y pasión por todo lo que hizo.

En la cúspide de su carrera, es afectada por una patología limitante, que la saca de los quirófanos, y de toda actividad como médico en centros médicos, y al ser inhabilitarla de su pasión, ser cirujano, pasa a estar de reposo.

Se podrán imaginar, yo me sentía médico residente, a todos nos daba indicaciones, nos trataba como si estuviéramos en una emergencia.

¿Qué motivó a tener la presencia en mi hogar del mejor amigo del hombre como terapeuta?
Bien, mi hermana, era la personificación de la perfección y muy hábil para tener todo bajo control. Estaba muy atenta al bienestar de sus familiares. Y así comenzó la búsqueda de un cachorro canino para drenar tanta energía. Duró un año para la selección, investigó, preguntó a expertos, lo pensaba y lo re-pensaba. Es importante acotar, ella a todos los animalitos, aunque no le agradaban mucho tenerlos encima, o tenerlos cerca, los respetaba.

Y seguía, la búsqueda intensa del cachorro bebé, ella sabía que tener un terapeuta canino, le haría muy bien. El canino debía cumplir con algunas características específicas:
-Ser una mascota de buena compañía.
-Dócil e inteligente.
-Con temperamento juguetón y cariñoso.
-Importante, ser de peso muy liviano, ya que ella no podía levantar mucho peso.
-Tener el certificado pedigree.

Finalmente llegó el día, consiguió al cachorro canino. Y en compañía de mi mamá van a buscar al canino, de raza Bichón Maltes.

Y comienza la terapia canina

Así como cuando va nacer un bebé, tal cual ocurrió con Ramses, así le llamó, seleccionar el nombre fue una odisea, hasta una encuesta hizo para ello. Le compró telas de cobija para que mi mamá le hiciera cobijas, compró toallas, implementos de uso personal (champú, enjuague, corta uñas, cepillo de dientes, entre otros), compró alfombras, varios tipos de alimentos, bufandas, ropita, bañera. Y no podían faltar los juguetes, le compró pelotas, peluches, huesos y muchos más. Parecía la propia mamá primeriza. Ah! también compró sus vitaminas, como era cachorro, requería cuidados especiales.

La terapia llevada con su cachorro, consistía en entrenarlo, educarlo en todo sentido: ir al baño, no ladrar cuando llegará alguien, hora de comer, caminar en dos patas con la pelota en la boca (esto es un espectáculo verlo), buscar la pelota y traerla, entre otros.

Lo que mas me impresionaba, era cuando ella tomaba a Ramses y se lo colocaba en las piernas y lo peinaba, ya que ella no era de mucha cercanía física con los animales, y menos con los caninos.

Le tenía horario para todo. Mi mamá y yo comentábamos a sus espaldas: "Lo tiene como en entrenamiento militar".

Los días pasaron, y entre juegos y educación, mi hermana y su canino se convirtieron en grandes amigos. Lo cual, la hizo estuviera muy distraída en su hijo canino, y pudo drenar tanta energía, bajar la ansiedad y controlar el stress.

Dime ¿qué opinas de los caninos como terapeutas?

Texto e imágenes: Por @jicrochet

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