Primeramente, quisiera agradecer a los participantes del #Reto12Votos y a los miembros del @Club12, quienes me incluyeron en las recompensas de la semana pasada, junto a @charjaim a quien quiero felicitar por su excelente post.

Dicho esto, para la semana 58 el @Club12 nos invita a participar con un tema hecho a mi medida: Obras Literarias. En él se nos pide que:

A partir de este título les exhortamos para detenerse y recordar sobre esa obra mágica y maravillosa que en algún momento te robó el sueño, analízala y danos tu aporte sobre ella. Elabora una buena reseña, pon en práctica tus habilidades en este nuevo reto. Te esperamos como siempre en esta nueva semana. Participa y disfruta escribiendo para este reto.

La invitación me dejó la mente en blanco, no por falta de ideas sino precisamente por lo contrario: ¡son tantos los libros que me han marcado! Por ello, les haré partícipes del paseo mental que me condujo, de entre tantos libros, a la obra de la cual hablaré más adelante. Aunque había leído algunos libros antes, la lectura comenzó a convertirse en un hábito para mí a partir de 2011. Con una veintena de libros leídos en esos primeros dos años, los thrillers históricos fueron la norma: Steve Berry, Javier Sierra, Julia Navarro, Matthew Pearl y por supuesto, Dan Brown, cuyo libro El símbolo perdido fue uno de los primeros ladrillos en la edificación de mi biblioteca. Sin embargo, esto lo sé ahora, había muy poca Literatura en estos libros de género y dado que acá hablamos de Obras Literarias, vale la pena decir también que aún no había aprendido a apreciar la Literatura propiamente en aquellos años.

En 2013 la cantidad de libros leídos aumentó una barbaridad, superando el centenar. Ese año descubrí, entre Mary Higgins Clark, Michael Crichton y algunos clásicos, las plumas de grandes autores como Hermann Hesse, Edgar Allan Poe y Mario Vargas Llosa. Pero hablando con sinceridad, aunque disfruté Narraciones extraordinarias y Travesuras de la niña mala más que muchos de los libros leídos hasta entonces, mi yo lector no era consciente del nuevo mundo al que estaba entrando. Si, poco a poco, en mi biblioteca fueron disminuyendo los libros de género y fue aumentando la Literatura, se debe en gran medida a los primeros contactos conscientes que tuve con ella, ¿qué autor y qué obra marcó el primer punto de inflexión en mis gustos literarios? Y digo primer porque en años recientes he descubierto y redescubierto obras y autores que han incrementado mi amor por las letras, dándole una nueva dimensión a mi apreciación literaria, pero quizás no habría llegado a ellos si un libro, este libro, no me hubiera alejado de Katzenbach y Fitzek y me hubiera llevado a Kundera, a Cortázar y a Baricco, entre otros, ¿cuál fue ese primer libro que me sacudió y me dijo "esto es leer de verdad"? Las intermitencias de la muerte de José Saramago.

"En un país cuyo nombre no será mencionado, se produce algo nunca visto desde el principio del mundo: la muerte decide suspender su trabajo letal, la gente deja de morir. La euforia colectiva se desata, pero muy pronto dará paso a la desesperación y al caos. Sobran los motivos. Si es cierto que las personas ya no mueren, eso no significa que el tiempo se haya detenido. El destino de los humanos será una vejez eterna. [...] Arrancando una vez más de una proposición contraria a la evidencia de los hechos corrientes, José Saramago desarrolla una narrativa de gran fecundidad literaria, social y filosófica que sitúa en el centro la perplejidad del hombre ante la impostergable finitud de la existencia. Parábola de la corta distancia que separa lo efímero de lo eterno, Las intermitencias de la muerte bien podría terminar tal como empieza: «Al día siguiente no murió nadie.»"

Esa es parte de la sinopsis que aparece en la contraportada del libro en la edición de Alfaguara (la de la imagen), ¿no es como para querer leerlo inmediatamente? Hasta entonces, solía comprar y leer los libros cuyas sinopsis llamaran mi atención. La portada no me importaba mucho, pero sí el hecho de que fuese una edición agradable a la vista y sobre todo que la sinopsis resultara interesante. Pero a partir de la lectura de esta novela, mi horizonte se expandió y vi que un libro era mucho más que una historia: era una experiencia. Las intermitencias de la muerte comienza con una frase contundente: "Al día siguiente no murió nadie". El inicio de la novela es la fantasía de la humanidad: la inmortalidad. Esa premisa de por sí atractiva, se magnifica con el tratamiento que da Saramago al tema porque toma un absurdo (la suspensión de la muerte) y lo dota de realidad, le imprime una fuerza y una veracidad que nos hace pensar: "es imposible que la muerte se detenga, pero esto es justo lo que pasaría". A cada página, una frase o una escena me provocaba un verdadero placer lector, un goce estético que hasta entonces no conocía (sólo supe el nombre un tiempo después) y una reacción física que se verbalizaba en un venezolanísimo: "¡Qué arre**o!".

Y luego, a la dimensión filosófica y social de la novela y al contenido de sus frases, hay que agregar la forma. Para los que no han leído a Saramago, les doy un dato: él no utiliza signos de puntuación. Apenas el punto y la coma para separar frases y párrafos, pero las comillas, los signos de interrogación y exclamación, el punto y coma, los guiones, tan útiles para seguir un diálogo, no aparecen en sus novelas. ¿Cómo hace entonces para que el lector entienda y haga las inflexiones y las pausas pertinentes? Para mí es un misterio. Si hay que estar muy metido en el libro para conseguirlo, entonces yo me absorbí por completo en él, porque nunca, ni siquiera en mi primer Saramago, tuve problemas para leer los signos de puntuación invisibles, que de alguna manera se hacen presentes.

Al detenerse la muerte, ¿qué ocurriría con los hospitales? ¿con las funerarias? ¿qué consecuencias traería este hecho para los ancianos, los enfermos terminales, los suicidas, los asesinos? ¿por qué se ha detenido la muerte? ¿quién o qué es la muerte? Todo esto y más, lo cuenta Saramago en su apasionante novela, con un estilo propio y una visión única, diferente a cualquier otra cosa que pueda leerse. Si bien agradezco al @Club12 por haberme llevado a ese rincón de la memoria en la que conservo esta novela con el #Reto12Votos de esta semana, debo hacerles también un reproche (en broma) porque, como si no fuesen ya suficientes mis lecturas pendientes, ahora tendré que agregar la relectura de esta novela, probablemente reordenando la lista de espera y saltando por encima de otros títulos, pero es que ¡tengo tantas de volver a leerla!

El #Reto12Votos creado por @pavelnunez y perpetuado por @avellana está diseñado para que todas las personas ganen. Se trata de leer, comentar y votar por otros participantes del reto que harán lo mismo. De esa interacción nace, no sólo el beneficio del voto, sino el fortalecimiento de una comunidad que crece día a día, promoviendo el valor de la lectura y la escritura de contenido de calidad, sobre diversos temas de interés. Conoce las reglas del #Reto12Votos en este enlace y participa. No te quedes por fuera.