Después de haber publicado La Literatura Nazi en América y su novela Estrella distante, Roberto Bolaño comenzaba a sonar en algunos círculos literarios como una voz que debía ser leída. A partir de entonces y gracias al contrato que firmó con Editorial Anagrama, Bolaño pudo publicar al menos un libro por año hasta que falleció en 2003, adquiriendo la difusión y el apoyo que merecía un escritor de su talla. Y el libro que permitió su consagración y que le valió reconocimiento internacional fue precisamente Los detectives salvajes, novela que ganó en el año 1998 el premio Herralde y al año siguiente el premio Rómulo Gallegos.

En palabras del autor, la novela "intenta reflejar una cierta derrota generacional y también la felicidad de una generación" y constituye una aventura literaria, repleta de personajes, frases, escenas memorables, con una estructura particular que cristaliza todo lo que había escrito Bolaño hasta ese momento, como si todos los libros anteriores lo hubieran preparado para escribir este. Se trata de una obra tan completa y con tantos elementos que, ante la imposibilidad de abarcar todos sus matices en un único post (tendría que ser extenso en demasía), he decidido dividir el análisis en varios. Los detectives salvajes está dividida en tres partes, la primera de las cuales se titula Mexicanos perdidos en México. Contada a forma de diario (al igual que en su relato Diario de bar, y su novela El tercer Reich), el inicio de la aventura trascurre durante los últimos dos meses de 1975 y es relatada por el poeta Juan García Madero, un mexicano de 17 años que estudia Derecho pero se inscribe en un taller de poesía (como en Estrella distante) al cual asisten otros siete integrantes, entre ellos las hermanas Font (que aunque no son mellizas, recuerdan a las poetas hermanas de La literatura nazi en América y de la propia Estrella distante) y los protagonistas de la historia: Ulises Lima y Arturo Belano.

Estos últimos le dicen a García Madero que van a cambiar, a revolucionar la poesía mexicana y el adolescente pasa todo el día siguiente escribiendo poemas. En gran medida, esta primera parte es una novela de iniciación, en la que Juan está preocupado,no sólo por su desarrollo como poeta, sino aún más por su educación sexual, teórica y práctica (“No puedo pasarme la vida haciéndome pajas”) y comienza a descubrir la vida en las reuniones en casa de María Font o Catalina O’Hara, el el café La encrucijada verazcruzana y en compañía de una amplia galería de personajes: Rafael Barrios, Jacinto Requena, Felipe Müller, Angélica Font, Pancho y Monctezuma Rodríguez, Bárbara Patterson, Silvia Moreno, Piel Divina, Laura Jáuregui (ex compañera de Belano), Sofía Gálvez (el amor perdido de Ulises), Quim Font, Lupe y por supuesto, Ulises Lima y Arturo Belano.

Lima y Belano son presencias ausentes. Cuando no están, los demás hablan de ellos, cuentan historias, anécdotas, son personajes mitificados por el imaginario colectivo de aquellos que los acompañan o que de alguna forma los admiran. Aparecen y desaparecen, van y vienen, realizan búsquedas misteriosas, tiene proyectos utópicos (revistas literarias, antologías poéticas, viajes a Europa), y venden yerba para financiar esos proyectos. Son además los líderes de un movimiento poético, llamado el realismo visceral o realvisceralismo, el cual nadie tiene muy claro en qué consiste, a veces ni ellos mismos. A lo largo del libro ya tendremos tiempo de saber quiénes son estos singulares personajes y quién fue Cesárea Tinajero, personaje literario perseguido por ellos, pero en la primera parte la novela se centra más en García Madero y sus aventuras, literarias y sexuales.

Hacia el final, Lupe, prostituta y amiga de María y García Madero, huye de Alberto (su padrote) y se oculta en hoteles, ayudada por la familia Font y por Juan. En vísperas de año nuevo, el camaro amarillo de Alberto espera en las afueras de la casa de los Font a donde han traído a Lupe para protegerla y cuando no saben cómo eludir al perseguidor, en medio de la tensión de la noche, aparecen Ulises y Arturo y se encargan de la situación: huirán con Lupe en el automóvil de Quim y se escaparán de Alberto. Pero, las cosas no salen exactamente según lo planeado y en el momento crucial, un impulsivo García Madero golpea a Alberto, salta al coche y huye con Lupe, Lima y Belano, hacia el norte del DF. “Supe que siempre había querido marcharme”, piensa Juan, ya a bordo del Impala de Quim.

Algunos títulos indispensables de Roberto Bolaño

Además de las referencias ya mencionadas, hay otras conexiones de forma y de fondo entre esta y otras novelas de Bolaño. “Por las noches me despierto gritando” dice García Madero, quien tiene pesadillas que de alguna manera anticipan el inminente desastre y que van reflejando una tensión in crescendo, tal como le ocurre a Udo en El tercer Reich. Además, otras obras retomarán personajes de la novela (como Amuleto) o contarán episodios perdidos de la vida de Arturo Belano (como en Llamadas telefónicas y Putas asesinas), pero antes de hablar de todos esos libros debemos conversar sobre las otras partes de éste: ¿lograrán escapar? ¿quiénes son Ulises Lima y Arturo Belano? ¿quién es Cesárea Tinajero, poeta perdida cuyo fantasma es perseguido por este singular dúo? Para todo ello, manténganse atentos a los próximos posts sobre una de las novelas capitales de la Literatura universal.