Edgar Allan Poe es conocido como uno de los maestros universales del relato corto, a través de los cuales exploró diferentes géneros, pero es recordado especialmente por sus cuentos de terror. Se le considera además el creador del relato detectivesco, precursor de la novela policíaca, y contribuyó con los inicios de la ciencia ficción, camino que luego seguiría Julio Verne. De allí, que muchas de sus frases más citadas estén precisamente relacionadas con el terror, la locura, la enfermedad o algunos aspectos literarios propios de los géneros que trabajó. Sin embargo, hoy quiero compartir (y reflexionar sobre) una frase de Poe que resulta bastante más alegre que lo que nos tiene acostumbrados y constituye una especie de tetrálogo para la felicidad:

"Las cuatro condiciones para la felicidad: el amor de una mujer, la vida al aire libre, la ausencia de toda ambición y la creación de una belleza nueva".

Para el autor de El cuervo, la felicidad comienza con el amor de una mujer (se entiende que se refiere a la pareja, sin restringir el género). Aunque tuvo una vida bastante traumática en lo que respecta a la persona amada, Poe deja claro en la frase la importancia que para él tiene el amor, colocándolo de primero en la lista. Se desprende de acá que el amor es la base de la felicidad. Quizás muchos podemos pensar que una persona plenamente realizada, sin pareja, puede ser feliz; pero a mi parecer, no puede serlo si no ama a alguien. El amor es la energía vital que mueve el mundo ¿cómo podría alguien ser feliz sin amor? sin embargo, aunque primordial, no es suficiente para Poe, quien agrega otras tres cosas.

La vida al aire libre también está relacionada con el alma romántica del escritor. Estar en contacto con la naturaleza, los animales, el cielo, el mar, las puestas de sol, los arco iris, la lluvia, la nieve, los médanos, es decir, todos los paisajes y espacios que no están bajo techo, es vital para el ser humano porque le recuerda que forma parte de un todo, de un ecosistema más grande, del cual es apenas una pieza. Además, el maravillarse con ciertos paisajes o fenómenos naturales, induce al hombre a reflexionar, a estar agradecido, a sentirse de buen humor. ¿No han llegado a experimentar un estado de alegre sosiego al contemplar un paisaje, o caminar por un bosque? Para algunos, el mar, con sus olas y su arena, es un lugar del que obtienen una energía renovadora; para otros, puede ser un clima montañoso, algún lugar nevado, o bajo la sombra de un árbol que pierde sus hojas por el otoño. El punto es que salir de las cuatro paredes de la oficina, de la casa, las responsabilidades, las noticias, todo ese ruido, para estar en contacto con la naturaleza, los pájaros, los árboles, devuelve al ser humano parte de su esencia: lo hace sentirse libre.

La frase incluye un tercer elemento con tendencia budista. Para los seguidores de buda, el sufrimiento es causado por el apego y éste a su vez es originado por el deseo; al eliminar el deseo, se elimina el apego y con él, el motivo de la infelicidad. Así que eso de la ausencia de toda ambición, aunque puede interpretarse como el haber conseguido todo lo soñado, también puede tener que ver con el hecho de alcanzar un estado en el que la ambición (de cosas materiales) no exista. Si se elimina la ambición, ese continuo desear cosas para llenar vacíos internos inmateriales, se elimina el sufrimiento causado por la no obtención de las mismas, con lo que se comienza a apreciar y disfrutar aquello que sí se tiene.

Finalmente, con la creación de una belleza nueva yo interpreto que el ser humano logra sentirse plenamente realizado al imitar a la deidad en su faceta creadora. Dios creó al hombre (para algunos), entonces, al crear algo, el hombre alcanza, al menos en cuanto a capacidad creadora, al ser que le dio vida. Ahora bien, esta creación puede ser, desde la más sublime, la reproducción, tener un hijo, traer vida al mundo, hasta la más material y artística. Un artista, pintor, escultor, escritor, que hace una obra, algo nuevo que no existía antes de él, siente una gran satisfacción al culminar su obra ¿por qué? porque la obra lo trasciende y con ello logra dejar su huella. Representa su aporte al mundo, la herencia dejada para la posteridad.

Ahora bien, Poe amó una mujer (más de una, en realidad), disfrutó la vida al aire libre a través de sus viajes, sus ambiciones eran principalmente literarias, no diría que monetarias y se encargó, sin duda, de la creación de una belleza nueva a través de sus cuentos, sus poemas y sus ensayos, con lo que logró dejar su huella en este mundo. Y sin embargo, no fue feliz. Lo que creo que le falta a la frase de Poe es que esas cuatro cosas pueden brindar felicidad, no al conseguirlas, sino al mantenerlas, en perfecto equilibrio además, porque disfrutar de una de ellas en demasía, puede originar el descuido y la pérdida de las otras. Así que yo reescribiría la frase así:

"Las cuatro condiciones para la felicidad: tener, mantener y valorar el amor de una mujer, disfrutar con frecuencia la vida al aire libre, controlar la ausencia de toda ambición material y dedicarse a la creación de una belleza nueva".

Claro que es todo un reto conseguirlo, pero se trata de la recompensa de la propia felicidad, y ¿quién ha visto una recompensa que se obtenga sin esfuerzo? Después de todo esto, ¿están de acuerdo con Poe? ¿agregarían algo más? ¿o acaso piensan que la felicidad es un estado de gracia que llega y que no se persigue? Los leo en los comentarios.