Aunque es más conocido por sus novelas y sobre todo por su poesía, el escritor uruguayo Mario Bendetti fue también un consagrado cuentista. Para el año de 1.950 obtuvo en su país el Premio del Ministerio de Instrucción Pública por su primera compilación de cuentos, Esta mañana a la que, en ediciones posteriores, se incorporarían tres relatos adicionales, pasando a llamarse Esta mañana y otros cuentos. Ya había escrito y publicado poemas, pero su carrera literaria comenzó prácticamente con la publicación de este libro y la obtención del premio.

Nueve cuentos componen la versión definitiva del libro. Los primeros dos relatan asesinatos, aunque son cometidos por razones muy distintas. En Esta mañana, el relato que abre y da nombre al libro, Jorge asesina a Gálvez por celos, por haber pasado dos noches con Celeste; mientras que en Como un ladrón, una historia con cuestionamientos religiosos, el protagonista deriva entre asesinar, o no, a su líder espiritual. El título alude a la parábola bíblica, la cual él no sabe si tomarla literal o en sentido figurado; es decir ¿Dios vendrá como un ladrón, sigiloso por la noche? ¿o vendrá camuflado como un ladrón? no es una duda fácil de esclarecer para el hombre que confiesa que vivía más cómodo antes de creer en Dios.
Luego, Benedetti abandona los crímenes para entrar en las relaciones disfuncionales (el tema más repetido en el libro). En Hoy y la alegría un hombre mayor, sintiéndose "alegre de veras, es decir, casi triste", habla con un amor del pasado al que se reencuentra, pero del que descubrimos que:

"En realidad usted fue siempre una imagen. La imagen que yo creé a partir de un conjunto de anhelos, de deseos incumplidos, de pequeños fracasos […] la que yo inventé a fin de que mi ideal no permaneciera eternamente abstracto"

Idilio muestra los monólogos internos de una pareja, con años de casados, que son asaltados al salir del cine. Llevan una relación tranquila, que ha perdido fuego, pero a su manera se quieren, sólo que no lo demuestran mucho, debido al desgaste de la relación a causa del tiempo. Ese desgaste también está presente en la historia de Roberto y María Luisa, en Como siempre, cuya relación se deteriora tras la muerte de su hijo. Roberto habla de un amor venido en tontería, una tontería convertida en frialdad y una frialdad que puede acabar convertida en odio.
En La vereda alta, uno de los más breves, un niño huérfano, criado por la abuela, reflexiona sobre la curiosidad que le causa la muerte e intenta suicidarse. La infidelidad de Aurora es contada en No tenía lunares, donde Rafael descubre la relación entre su esposa y Francisco, ante lo cual, pistola en mano, los lleva a casa de su suegra (ex suegra, ahora) para asegurarse de que Francisco responda por su nueva mujer y por Carlitos, el hijo del matrimonio.

La promiscua joven Isabel Ríos se acuesta con varios hombres en José nomás y acude a una cita a ciegas con un hombre que no la iba a tocar, pero con quien se acuesta de todas formas. Después de hacerlo, ella se arrepiente por haber perdido la oportunidad de haber encontrado a alguien diferente. El cuento es el único que presenta un extenso diálogo, figura literaria explotada posteriormente por Benedetti, más que por otros autores (como Gabriel García Márquez, por ejemplo). El libro cierra con una intervención en contra de la sinceridad; en La lluvia y los hongos, un hombre, ante la insistencia de su nueva pareja de que cuente su última relación, le confiesa cómo, por su culpa, su pareja anterior acabó suicidándose. Al inicio del relato, el hombre advierte: "La sinceridad siempre nos llevará a odiarnos un poco".

En cuanto a temas y contenido, no se trata de relatos muy esperanzadores, aunque sí muy reflexivos. La idea de la muerte ronda algunos de ellos, a través de la figura de asesinatos y suicidios (cometidos o no), pero el tema más recurrente es el de las relaciones que no funcionan, las venidas a menos, con infidelidades, violencia verbal y física y un tedio general que convierte el amor de antes en el fastidio del presente. Hay una semejanza curiosa entre Esta mañana y No tenía lunares. En el primero se trata de celos y en el segundo de infidelidad, pero ambos protagonistas responden violentamente ante la situación, aunque es cierto que en el segundo relato, el arma de fuego funciona como "una garantía" y no llega a dispararse; además, los nombres de las protagonistas guardan una relación evidente: Celeste y Aurora. ¿Quizás ambos cuentos hayan nacido de una misma semilla?

Aunque los relatos de Esta mañana y otros cuentos no están a la altura de sus mejores trabajos en este género, ya poseen una de las características principales del estilo de Mario Benedetti: la psicología de los personajes. En los relatos predomina el narrador protagonista que nos permite conocer las motivaciones, temores, ansiedades, ideas, pensamientos de los personajes; pero también, algunos de aquellos que son narrados en tercera persona, llevan pequeños incisos en los cuales podemos escuchar lo que los personajes están pensando. Este elemento además de la construcción de frases como "El trayecto de mi identidad supone que he cambiado, pero la regularidad del cambio demuestra que soy el mismo" que encierran toda una filosofía en apenas un par de líneas, escritas con palabras sencillas, son los rasgos que Benedetti irá perfeccionando a través de los años en su práctica narrativa. Esta mañana y otros cuentos es una buena manera de iniciarse con el Benedetti narrativo, pero quizás aquellos que ya conozcan otros relatos posteriores, encuentren carencias en este libro. En todo caso, Mario Benedetti es uno de los autores que deberían conocer todos los lectores, especialmente los de habla hispana. Poemas, ensayos, cuentos, novelas, artículos, lo escribió todo. Usted decide por dónde quiere comenzar.