Entre Gustos y Colores / Capítulo VII

in #nsfw6 years ago


Nadia disfrutó de unos merecidos días libres, luego de lo ocurrido el fin de semana en Margarita, estaba que se moría de la tristeza y la depresión, pero gracias al Spa que le había regalado Audrey y a los cariños de sus amigas ya estaba mucho mejor y dispuesta a regresar al trabajo. Todos los días recibía llamadas o mensajes de Audrey quien la quería y trataba como una amiga de toda la vida, Joselyng tampoco se quedó atrás ya que la acompañó en todo momento. 

Llegó muy temprano a la empresa, saludó a todos sus compañeros y entró en su oficina, ya la extrañaba, se sorprendió al ver todo organizado, recordaba haber dejado unos papeles en el escritorio y algunos documentos por redactar, pero nada de eso estaba donde lo había dejado. Se asustó pensando que quizás el personal de limpieza lo había desechado, salió disparada para preguntar. 

Encontró al señor Tomás quien era el encargado de mantenimiento limpiando las ventanas de cristal de la oficina de Sebastián y le pregunto qué había sucedido. 

-Señor Tomás ¡Muy buenos días! –saludó con cordialidad como siempre hacia, él se dio la vuelta y le devolvió el saludo 

-¡Muy bien señorita! ¿En qué le puedo ayudar? 

-Vera, el lunes de la semana pasada dejé unos papeles en mi oficina pero ya no están, pensé que quizás los habían organizado y guardado en alguna parte 

-Ah sí, por supuesto que sé de esos papeles, el señor Aguirre nos dijo que no tocáramos nada, así que contrató una pasante que se hizo cargo de todo, en cualquier momento llegará, ha hecho un gran trabajo, su oficina está en orden, no es que usted la tenga desordenada pero, si me permite, una ayuda extra no está de más. Usted la necesitaba con urgencia. 

-Sí,-sonrió un poco incómoda-Tiene razón, gracias señor Tomás, continúe con su trabajo, permiso. 

Se retiró a su oficina, ¿Una pasante? ¿Para ella? ¿Será que pensaba sustituirla? Ella sabía que él no había quedado contento con lo ocurrido pero llegar a despedirla era ir demasiado lejos. Pensando en todo esto no se dio cuenta que alguien se había parado en la puerta y la observaba en silencio hasta que miró y su corazón se detuvo de repente al ver a Sebastián. Se puso de pie y el silencio los cobijó, ninguno de los dos pronunció palabra alguna, solo se miraban. 

-Hola Nadia -Sebastián rompió el silencio 

-¿Cómo esta señor Aguirre?-Ella lo trató con mucha cortesía como si entre ellos no hubiera ocurrido nada. 

-¿Ahora volvemos al trato de “señor”? 

-Es como debo dirigirme a usted 

-¿Es así como piensas ahora? –Soltó una risa-Está bien, juguemos este juego-Se sentó en la silla frente a ella y se reclinó. Nadia estaba asustada y solo lo miraba. 

-No sé a qué se refiere señor, si es por lo ocurrido el fin de semana en Margarita quiero que sepa que me disculpo por mi atrevimiento yo no debí tomarme atribuciones que no me correspondían. 

-Fui yo quien te besó Nadia.

-Y yo no hice nada al respecto para detenerlo, al contrario lo alenté a que continuara. 

-Podemos pasar todo el día aquí recitando disculpas y no llegaríamos a nada. Creo que lo que debemos hacer es hablar esto como adultos que somos y no ocultarnos. Lo que está hecho, hecho está. 

-Puede estar tranquilo que no voy a pedirle nada a cambio ni lo voy a perseguir 

-Deja de tratarme de "usted".

Ella soltó el aire lentamente, cerró los ojos por unos momentos y se llenó de valor para hablar 

-Sebastián, quiero que olvidemos lo que sucedió en Margarita, fue un momento de debilidad de ambos 

-Si eso es lo que tú quieres… -Nadia perdió la paciencia y golpeó la mesa con el puño mientras se ponía de pie.

-Lo que yo quiera o deje de querer no es asunto tuyo, está claro que todo fue un error, lo que ambos debemos hacer es olvidarlo y concentrarnos en el trabajo, a partir de hoy entre los dos solo existe una relación puramente profesional ¿Está claro? 

Él se quedó sin palabras, ella vomitó todo el odio que sentía por lo ocurrido y él estaba de acuerdo con ella con lo de mantener las distancias así que poniéndose de pie le tendió la mano 

-Está claro.

Ella aceptó el saludo y se dio la vuelta hasta que escuchó la puerta cerrarse. La mañana pasó lenta aunque sin sorpresas, cada uno en su oficina, solo se comunicaron por medio de la chica que había sido asignada como pasante, al mediodía Sebastián recibió una invitación a comer con sus asesores y las directivas de otros medios de comunicación, debido a que estaba por aprobarse una nueva ley de medios de comunicación y era de vital importancia que todos estuvieran de acuerdo con los nuevos parámetros que se iban a seguir, ésa fue la única ocasión en que hablaron a través de la línea interna, ya que él la llamó para comunicarle sobre el almuerzo y pedirle que lo acompañara, ella se negó aludiendo trabajo por terminar y estaba a la espera del apoderado legal del periódico para que le diera otras documentaciones y se llevara éstas que ya estaban listas para legalizarlas, es por ello que Sebastián se fue solo al almuerzo y no regresó hasta las tres de la tarde y supo que ella aún continuaba reunida con el representante legal. 

Cuando Nadia salió de la reunión decidió pasar por la oficina de Sebastián para así intercambiar información con él, contarle sobre su reunión con el apoderado legal y saber cómo salió el almuerzo, dio un ligero toque en la puerta y escuchó la ronca voz de Sebastián 

-Adelante. 

Nadia entró y cerró la puerta a su espalda, vio que Sebastián mantenía una conversación telefónica, así que se sentó en una silla frente a su escritorio y esperó. Escuchó como hablaba en un muy fluido inglés, eso la cautivó totalmente. 

-Estaba hablando con mi socio en los Estados Unidos, me está proponiendo una corresponsalía allá. 

-¡Wow eso sería genial! ¿Y ya tienes a algún periodista en mente? -Sí, ya sé a quién podemos enviar, sé que también la aprobarás, enviaremos a Natalia 

-Me parece excelente idea, ella es la más indicada. Buena elección. –Dijo sonriendo

-Sí, ya le voy a enviar un correo a Ángela para que le dé las pautas a Natalia y se prepare para viajar lo más pronto posible a Estados Unidos.-Dijo esto mientras tecleaba con rapidez en su computadora, a Nadia le encantaba ver como sus dedos tocaban las teclas, tenía manos muy cuidadas y limpias, se preguntó cómo se verían esas manos tocando su cuerpo, acariciando su piel, mientras su boca le susurraba palabras amorosas al oído… estaba tan absorta en sus pensamientos cuando se dio cuenta que Sebastián la miraba con el ceño fruncido. 

-¿Nadia? ¿Sucede algo?-Dijo en tono preocupado 

-¿Ah? ¡No! Ehmm… ¡Estoy bien! Es solo que estoy cansada, ha sido un día largo y… si, solo venía a comentarte que todo va perfecto y que nos han aprobado los créditos para la compra de los nuevos equipos 

-¡Excelente noticia! Mañana mismo llamaré para que los envíen, también te tengo noticias de la reunión que sostuve durante el almuerzo, la nueva ley de medios de comunicación será aprobada pronto y ya nos van a enviar una copia para que nos preparemos 

-¡Perfecto! Entonces me pondré a trabajar ya mismo en eso –Dicho esto se levantó y se dirigió a su oficina, Sebastián la vio salir y se pasó una mano por el cabello con gesto cansado, ¿Cómo era posible que de la noche a la mañana todo entre los dos cambiara por un error de su parte? Solo le quedaba trabajar duro para volver a ganar la confianza y amistad de Nadia. 

Sebastián continuaba pensando en cómo resolver sus problemas con Nadia cuando su celular sonó sacándolo de sus pensamientos, contestó sin mirar la pantalla 

-¿Si?-Dijo en un susurro, estaba agotado 

-¿Sebastián? –Era la voz de su madre 

-Hola madre, ¿Cómo estás? 

-Ay hijo debes venir a ver a tu padre, está muy grave, lo han traído al hospital… su corazón…-Pero no pudo continuar, inmediatamente comenzó a llorar 

-Madre, cálmate, ya mismo salgo al aeropuerto, cálmate por favor -Terminó la llamada y fue hasta la oficina de Nadia para avisarle 

-Debo viajar ya mismo a España, quiero que me mantengas al tanto de todo, confío en ti 

-P-pero ¿Por qué?-Ella se puso de pie y se dio cuenta que Sebastián intentaba mostrarse tranquilo aunque sus ojos mostraban algo totalmente distinto 

-Mi padre… oh Dios-Sebastián estaba intentando ocultar sus lágrimas, ella no pudo evitarlo y lo abrazó con fuerza, al principio el no reaccionó pero luego la envolvió en sus brazos y se quedaron allí, el soltó un profundo sollozo y ella lo apretó mucho más. Minutos después de separaron un poco a lo que Nadia aprovechó para tomar el rostro de Sebastián entre las manos y susurrarle 

-Llora si lo necesitas- y lo volvió a abrazar, el agradeció su ternura y su entrega 

-Mi madre me ha dicho que está hospitalizado y que está delicado pero sé que mejorará, debo ir para estar con ellos, pero regresaré. 

-Tómate el tiempo que necesites.

-Gracias. 

Se abrazaron y ella le ayudó a recoger su maletín y sus cosas, lo acompañó hasta el carro y antes de que él se subiera ella volvió a abrazarlo delante de quien viera, eso no importaba, a ella se le escaparon unas lágrimas y él las seco con sus dedos en ese momento uno de los guardaespaldas se acercó y le indicó que ya debían irse, se despidieron y él tomó el asiento de atrás, uno de sus guardaespaldas entró por el otro lado y otro subió junto al chofer, Nadia se quedó mirando el carro hasta que desapareció de la vista. 

Sebastián llegó de madrugada al aeropuerto internacional de Barajas, no había llevado equipaje, solo un bolso de mano con sus cosas personales, lo acompañaban dos guardaespaldas y allí se encontró con un chofer que lo esperaba en un lujoso Audi Q7 todo terreno para llevarlo hasta el hospital donde se encontraba su padre. 

Al llegar vio a su madre quien estaba sola sentada en la sala de espera, Sebastián solo se sentó y tomó su mano, ella lo miró a los ojos y no pudo evitar llorar y abrazarse a su único hijo. María Pilar Núñez De Aguirre era una mujer menuda, de tez absolutamente blanca, ojos azules y cabello castaño claro, se mantenía en forma ya que no dejaba de ir nunca al club a hacer yoga con sus amigas. ¿Su edad? El secreto mejor guardado, Sebastián lo sabía pero viendo la elegancia de su madre no se atrevía siquiera a pensar en ello. María Pilar siempre vestía a la moda, ese día usaba un traje de chaqueta y pantalón con unos zapatos de tacón a juego. Estaba elegantemente sentada con las piernas cruzadas. 

-¡Oh Sebastián querido! Siento tanto haberte hecho venir así, pero no sabía que hacer -No te preocupes madre, no ha sido nada, ¿Cómo está mi padre? 

-Lo tienen en observación, por lo que sé tuvo un infarto, le he dicho que se tome las cosas con calma ¡Pero ya sabes cómo es! Se ha enterado de lo tuyo con Alicia y se puso mal.

Sebastián se puso de pie dándole la espalda a su madre, no quería tocar el asunto de su ex prometida, pero sabía que tendría que responder muchas preguntas, solo que ahora no era el momento ni el lugar, intentó persuadir del asunto a su madre cambiando el tema 

-¿Has comido algo? ¿Quieres que te traiga un café? 

-Cariño sabes que no tomo café, y no intentes cambiar el tema, aunque entiendo que no quieras tocarlo, ya lo hablaremos 

-Voy a hablar el doctor-Salió de la sala de espera dejando a su madre con uno de sus guardaespaldas. 

Encontró una enfermera y le preguntó en donde se encontraba su padre y ella le indicó la habitación, al entrar lo vio en una cómoda cama, algunos aparatos conectados a su cuerpo que hacían distintos sonidos y su padre dormía profundamente. Vio un doctor que tomaba algunas notas en una carpeta. Su padre era un hombre fuerte y decidido, había levantado un imperio solo, de allí la vena para los negocios de Sebastián, su piel era algo más morena que la de su madre, tenía el cabello canoso y bien cortado, le gustaba jugar el golf con sus amigos, una buena copa de vino y fumarse unos puros. Verlo allí le estaba matando, esperaba no fuera nada grave. 

-Buenos días doctor, disculpe que entre así, soy Sebastián Aguirre,  el hijo del señor Antonio Aguirre 

-Encantado-extendió su mano y ambos se saludaron 

-¿Podría decirme como está mi padre? 

-Sufrió un infarto agudo de miocardio pero se encuentra estable, ahora está dormido pero pronto podrá hablar con él. ¿Me acompaña un momento afuera? 

-Si, por supuesto

Ambos salieron de la habitación y el doctor respiró profundo antes de hablar de nuevo-Su padre debe llevar de ahora en adelante una dieta especial, nada de carnes rojas ni grasas. Los principales riesgos que predisponen a un infarto son la arteriosclerosis u otras enfermedades coronarias, así como la edad. 

-Mi padre viaja constantemente así que no sé qué tipo de comida ingiere o si descansa bien, sé que para su edad debería estar más tranquilo pero créame que no logrará que se siente mucho tiempo. -¡Lo sé! –se sonrió- he tratado con muchos pacientes de 60 años o más que no toleran que les digan que ya no pueden llevar el mismo ritmo de vida que solían tener, pero debo decirle que aunque los exámenes que se le practicaron salieron excelentes, sé que fuma y que bebe, eso ya no podrá hacerlo, y debe tomarse la tensión con regularidad. 

-Hablaré con él y si es posible lo encerraré en la casa para que no esté inventando, y desapareceré todas las bebidas alcohólicas y los puros de casa. 

El doctor se rió-Puede tomar una que otra copa de vino en comidas o en alguna celebración pero no abusar de ello. El tabaco si debe dejarlo, sé que va a ser difícil pero puedo darle algunos folletos que puedan ayudarlo. 

-Muchísimas gracias doctor 

-No se preocupe, y trate de que descanse. Las visitas no están permitidas a esta hora pero permitiré que esté un momento con él -De nuevo muy agradecido-se despidieron y Sebastián volvió a entrar a la habitación, paso un rato viendo a su padre dormir y luego salió de la habitación en busca de su madre. Nadia se había quedado dormida ese día y para colmos olvidó su almuerzo en casa, llegaba corriendo a la oficina y se había quedado sin batería, puso el teléfono a cargar y se olvidó de él, Sebastián estaba en España resolviendo el asunto de su padre enfermo y ella debía supervisar que en la empresa todo anduviera bien, no quería darle más problemas de los que ya él tenía. Estaba archivando unos papeles cuando escuchó que sonaba su teléfono pero no podía atenderlo, llamó a su pasante pero ésta no acudía, al llegar a contestar la llamada ésta se había caído, volvió al archivo y escuchó sonar su celular, intentando salir de allí tropezó y se cayeron varias carpetas y cajas por lo que también ella terminó en el suelo, le dolía la rodilla y sabía que le saldrían algunos morados en los brazos ¿Dónde estaba Camila? Esa chica se desaparecía de repente y por lo que estaba constatando no había organizado las carpetas como le había indicado, más bien las había amontonado, cuando logró ponerse de pie y cojear hasta su celular este ya había dejado de sonar busco en “Llamadas perdidas” pero solo decía “Número desconocido”, esperó un momento a ver si sonaba de nuevo y fue cuando sonó su extensión telefónica, con un leve jadeo contestó 

-Presidencia 

-¿Nadia? ¿Ocurre algo?-La ronca y sexy voz de Sebastián la sorprendió 

-¡Sebastián! ¿Cómo estás? ¿Cómo sigue tu padre? 

-Él está bien, tuvo un infarto pero se encuentra estable, ya despertó y está tan conversador como siempre, quiere levantarse-se sonrió-dice que debe ir a jugar golf con sus amigos este fin y que no puede perdérselo por nada, apostó con su mejor amigo Paco que ganaría 

-¡Me alegra saber que ya está bien!-Se rió-Que gracioso es tu padre 

-Sí, cuando no está peleando por cualquier cosa Nadia reía de sus comentarios, a Sebastián le parecía que era una risa muy contagiosa, le gustaba 

-¿Cómo está todo por allá? 

-Está todo bien, Un poco de trabajo 

-Necesito que me informes de todo 

-Quédate tranquilo, todo va bien Se despidieron y él se quedó pensando en ella, ¿Por qué si era una mujer tan bella y agradable aún no había tenido novio? Quizás era el destino y ellos debían conocerse… Desechó esos pensamientos y decidió que, a menos que ella se lo demostrara, el no volvería a cometer el error de abordarla como lo había hecho, ella merecía un buen hombre y no alguien como él.  


CONTINUARÁ...


Te invito a leer los anteriores capítulos aquí:

Capítulo I 

Capítulo II

Capítulo III

Capítulo IV 

Capítulo V

Capítulo VI


Sort:  

Aaaaaaah y yo que pensaba que esto se había terminado, se ensancha la trama con nuevos personajes Jejejeje

Claaaaaaro! jajajajaja ahora es que viene lo bueno amigo!

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