Entre Gustos y Colores / Capítulo IV

in #nsfw6 years ago (edited)

A la mañana siguiente Sebastián se despertó muy temprano para hacer un poco de ejercicio en su gimnasio privado, el cual había acondicionado en una pequeña estancia muy cerca del área de la piscina. Corrió un buen rato en la cinta, luego hizo unas pesas y abdominales, ya estaba listo para darse una ducha cuando escuchó la voz de Alicia, se acercó y vio que hablaba por teléfono con alguien y que estaba muy molesta, sabía que no debía escuchar pero, ella era su prometida, pronto seria su esposa y si tenía algún problema él podría ayudarla. 

-¡Te dije que no! ¡Quédate donde estás! Ya tengo todo arreglado… Silencio -No… Silencio -Cielito ese pez ya picó, anoche hicimos el amor y no sabes cómo temblaba el muy idiota. ¡Esta locamente enamorado de mí! Pronto tendré ese anillo en mi dedo y su dinero en mis manos, ¡Nos daremos la gran vida! 

¿Así que de eso iba todo? Ella intentaba timarlo, engañarlo y sacarle dinero, por lo que percibía quizás hablaba con su amante, se sintió traicionado. Se fue hacia la casa y entró en la sala de estar como un  tornado, estaba hirviendo de la rabia y se encontró con que su nana, Ramona lo veía con expresión de dolor. 

-Mi niño, ¿Qué ocurre? 

-Nana perdóname pero estoy molesto y no quiero hablar con nadie.

-¿Solo un poco? Me parece que te falta poco para destrozar todo a tu paso.

-Ella cree que me va a tomar por un idiota y se va a burlar de mí, ¡Pero que sepa que la voy a desenmascarar! ¡Y encontraré las pruebas! 

-Las tengo-dijo Ramona entregándole un sobre amarillo.

-¿Qué es esto? 

-Las pruebas que buscas.

-Y ¿Qué sabes tú de lo que estoy hablando? 

-Hijo, te vi nacer, te di de comer y te curé tus fiebres, solo me falto llevarte en el vientre pero eso no quita que te conozca y sepa lo que está pasando. 

-Nana, ¿Qué es esto? ¿Qué hay en este sobre? 

-Ábrelo y léelo tú mismo.

Él lo abrió y se sentó en el enorme sofá modular de fino cuero blanco que coronaba la estancia y sus manos empezaron a temblar cada que pasaba las hojas y leía hasta que llegó a las fotos en blanco y negro que mostraban a Alicia tomada de la mano y en otras hasta besándose con Alejandro Sánchez, su primo. Se levantó muy despacio. Estaba muy serio y enojado. Miró a su nana y su voz apenas fue un susurro audible.

-Nana, ¿De dónde salió esto? 

-Hace meses contraté un investigador privado, sentía que esa mujer no era la apropiada para ti, sentía que algo ocultaba y allí tienes.

-¿Por qué me haces esto?-Preguntó molesto.

-Lo hago por el profundo amor de madre que te tengo, aunque no te traje a este mundo conozco todo de ti y te quiero como tal, Dios no me permitió tener hijos y es por ello que me regaló la dicha de cuidar de ti. Cuando tus padres te concibieron me contrataron para cuidar de tu madre, y así lo hice, cuando llegaste a casa eras tan pequeño y tu madre me confió tu cuidado. Lo demás ya lo sabes.

-¿Y desde cuándo sabes esto? 

-Desde hoy, pero no te miento, ya lo sospechaba Sebastián se sentó de nuevo y se llevó las manos a la cabeza, Ramona lo abrazó inmediatamente y lo acunó en sus brazos. Así se quedaron hasta que Alicia entró a la sala. 

-¿Qué ocurre? ¿Sebastián? ¿Pasa algo cariño?-Preguntó con fingida preocupación. Sebastián se soltó de Ramona y se puso de pie, se acercó a Alicia y la rabia se podía percibir por cada uno de sus poros. 

-No cariño, no pasa nada. Podemos hablar... ¿En privado? 

-Ehh... si claro amor Sebastián no tenía expresión alguna y Alicia percibió que algo ocurría mucho antes de que el tomara su mano y la apretara con fuerza para luego arrastrarla escaleras arriba hasta su dormitorio donde cerró la puerta y la pegó contra ésta. -Dejémonos de estupideces Alicia, dime, ¿Desde cuándo te acuestas con mi primo? 

-No sé de qué hablas... 

-¡Ah! Bueno, te refrescaré la memoria-Y le lanzó el sobre, las fotos y los papeles cayeron al suelo, ella abrió los ojos mucho antes de verlo a él, estaba asustada.

-Puedo explicarlo, yo... 

-Por supuesto que vas a explicarlo ¡Maldita sea!-Vociferó Sebastián.

-¡No me hables de esa manera! 

-¡Te hablo como me dé la gana zorra! 

-¡Respétame! 

-¿Que te respete dices? Y ¿Quién me respeta a mí? ¡Cuando te escuché decir que ya me tienes quise matarte! ¿Quieres mi dinero Alicia? ¿Eso quieres? Bueno, ¡Dame solo un segundo cariño y tus deseos se harán realidad!-Salió y cerró la puerta, Alicia estaba aterrada, tomó su celular y marcó un número, ya iba a hablar cuando la puerta se volvió a abrir y Sebastián entró como un poseso y le quitó el celular de la mano para luego estrellarlo contra la pared. 

-¿Hablabas con él? ¿Con mi primo? ¡Oh lo siento! ¡Creo que tu celular ya no servirá más! ¡Pero te daré dinero para que te largues y te compres cuanto quieras!-dicho esto le lanzó un fajo de billetes. Alicia lloraba y calló de rodillas al suelo.

-¡Perdóname Sebas! Sebastián se arrodilló frente a ella y dijo apretando los dientes y con un tono que daba a entender que estaba intentando contenerse para no soltar al demonio que se lo estaba comiendo por dentro.

-No me llames sebas, para ti ya no existo, ¿Te queda claro? 

-¡Por favor! No me dejes en la calle no tengo donde ir.

-Vete de mi casa, cuando regrese espero que tu asquerosa presencia no esté aquí, ¿Entendido?-dijo en un susurro.

-Sebastián yo... 

-¿ENTENDIDO?-Le gritó a la cara y ella se estremeció. Sebastián salió de la habitación tirando la puerta, al llegar a la sala de estar, respiraba con dificultad y le dolía la cabeza, daba vueltas como un animal enjaulado, Ramona se acercó a él. 

-¡Hijo cálmate! Ya le pedí a Franco que prepare el carro y que ayude a Alicia con su equipaje. 

-¡No la quiero ver! Me iré a dar un baño y no la quiero ver más aquí, saca las sabanas de mi habitación y quémalas. ¿Entendido? 

-Si hijo Sebastián se fue hasta el baño de la otra ala de la mansión y se dio una ducha, golpeaba la pared con rabia, Alicia había destrozado su alma, lo había utilizado, ahora solo quería desahogarse y sabía dónde conseguiría hacerlo. Encendió su BMW y condujo hasta un bar donde comenzó a beber y a medida que pasaban las horas, los tragos iban en aumento hasta el punto en que ya no podía ni sostenerse en la barra, así que se sentó en una mesa donde continuó bebiendo hasta la inconciencia. Ya nada le importaba. 

Pasadas las tres de la mañana estaba tan ebrio que el encargado del bar tuvo que sacarle su celular del bolsillo y revisar entre los números a ver quién podía responder por este hombre, lo conocía, por supuesto, Sebastián había ido varias veces a tomar una copa pero nunca hasta este estado, vio el número de Alicia Martínez pero sabía que no era la persona indicada debido a que había escuchado las miles de cosas que Sebastián había dicho de ella durante la noche mientras bebía más y más, nada buenas por cierto, llamó a su casa pero nadie contestó, así que fue probando y probando hasta que vio un número, decía “Nadia Álvarez-Asistente personal” bueno, las asistentes personales son como la mano derecha ¿no? Ella era la indicada, marcó la tecla de llamada y después de tanto repicar por fin alguien habló.

-¿Aló?- Al otro lado de la línea se escuchó una voz femenina y suave. -Sí, buenas noches señorita, disculpe la hora, mi nombres es Andrés, la llamo desde el Bar Sophia´s… 

-Ah, hola señor Andrés ¿En que podría ayudarle?-Preguntó Nadia muy cautelosa, debía ser una llamada equivocada ya que ella no solía ir a bares y no conocía a nadie que lo hiciera, a menos que alguna de sus amigas estuviera en problemas, lo que nunca había ocurrido. 

-Lo siento señorita discúlpeme es que aquí se encuentra el señor Sebastián Aguirre y…-No pudo terminar porque Nadia lo interrumpió-¿Qué le sucedió al señor Aguirre? ¿Está bien? 

-¡Tranquila señorita! Él está aquí conmigo, solo que no puede ni levantarse, vera usted, está muy borracho y no sabemos qué hacer con él, insiste en conducir pero en su estado es peligroso. 

-¡No lo deje salir por el amor de Dios! ¡Deme la dirección que yo lo busco! Y así fue como Nadia entró por primera vez a un bar y de madrugada, cuando ya el alcohol se podía oler en cada rincón. Y allí estaba Él, con los brazos cruzados y la cabeza reposando sobre ellos en una mesa. Se acercó, se sentó a su lado, lo observó unos minutos y lo vio tan vulnerable y triste. 

-Señor Aguirre, soy yo, Nadia, venga conmigo-y le tendió su mano, el levantó la mirada y luego de unos minutos aceptó y se apoyó en ella, que lo condujo hasta el taxi que esperaba afuera, luego le indicó al señor Andrés, quien era un hombre de unos cuarenta años y algunas canas, pintaban su cabello que le guardaran el carro al señor Aguirre, ya que con seguridad al día siguiente lo recogían, no hubo problema. Luego se metió en el taxi y dio la dirección al chofer. Mientras hacían el viaje a casa de Sebastián, Nadia lo observaba, él estaba recostado del asiento mirando por la ventana en completo silencio, ella sabía que estaba despierto pero que quizás estaba sumido en sus pensamientos, algo debía haberle pasado para que se pusiera en ese estado, lo notaba triste y eso le daba una sensación de soledad en su corazón. Nadia se preguntó por qué un hombre tan inteligente y con tanto éxito como él estaba tan solo al punto de llegar a ese estado, decidió que debía romper el silencio, sentía que tenía que ayudarle. 

-Señor Aguirre, disculpe mi indiscreción, pero ¿Por qué llegó hasta este estado? ¿Sucede algo con su familia? ¿Puedo ayudarle? El volteó hacia ella y la miró, soltando un fuerte suspiro de cansancio respondió con una voz tan ligera que apenas Nadia podía escuchar.

-Cosas que pasan, el dinero no compra la felicidad Nadia, debes aprender esto muy bien y ponerlo en práctica en tu vida. 

-Lo sé, pero usted no solo cuenta con el dinero o el prestigio que éste le ha dado, también tiene una hermosa familia y gente que lo aprecia, quizás el alcohol le ayude a borrar por un rato las penas, pero mañana despertará y esos problemas seguirán allí, debe luchar contra ellos con la misma fuerza que lucha para salir adelante en sus negocios. 

-Tienes razón, y bueno, también me quedará un terrible dolor de cabeza al despertar-dijo con una media sonrisa.

-Si-Nadia también sonrió-aparte de eso. Señor, quiero que sepa que  puede contar conmigo siempre que lo necesite. Él tomó su mano, ella se sorprendió ante este gesto y lo miró a los ojos-Gracias Nadia, valoro tu apoyo y más aún que estés aquí en este momento. 

Luego hicieron el camino en completo silencio, él volvió a mirar por la ventana sin expresión alguna en su rostro, como perdido en sus pensamientos y ella solo podía ver su perfil, no dejaba de mirarlo preocupada, quería saber más de él. ¿Sería posible que estuviera sintiendo algo por su jefe?, no quería pensarlo, ahora lo importante era llevarlo a casa. Al llegar, ayudó a Sebastián a bajarse del taxi, ya se había comunicado con la ama de llaves y ésta los esperaba, condujeron a Sebastián hasta su habitación y él se tendió en su cama, el ama de llaves se retiró muy discretamente y Nadia se quedó allí con él. Sebastián lucia tan vulnerable y triste con la mirada aun perdida, ella se sentó a su lado y acaricio su mejilla con los nudillos. 

-¿Quién podría lastimarte? Eres tan especial con todo el mundo, quizás no te das cuenta de ello pero así es.-Soltó el aire que tenía rato aguantando-No sé qué me está pasando contigo.- De pronto Sebastián fijó su mirada en ella, aunque no mostraba ninguna expresión en su cara, solo se incorporó un poco y se acercó a Nadia para rosar suavemente sus labios con una leve caricia, se miraron a los ojos y el tomó sus labios de nuevo cerrando completamente el espacio entre los dos. Ella se quedó muy quieta mientras disfrutaba de sus besos con un ligero sabor a whisky que la estaba embriagando, intentó ahondar el beso pero él se separó para luego volver a recostarse en su cama y quedarse completamente dormido. 

Sebastián se despertó con un fuerte dolor de cabeza, no recordaba cómo había llegado a casa y a su cama aunque aún tenía puesta la misma ropa, alguien se había molestado en quitarle los zapatos, debió ser Ramona, quien lo cuidaba, lo había criado como una madre mientras los padres de él estaban constantemente viajando de negocios. 

Era una mujer de mediana estatura, su cabello negro rizado, tenía una piel muy blanca y con las arrugas que le dejaban la edad y lo duro que había trabajado en la vida, aunque adoraba a su “Pequeño niño”, como ella siempre llamaba a Sebastián. Ramona tenía un carácter fuerte aunque siempre era muy tierna con él, Sebastián la amaba y respetaba por sobre todas las cosas. 

Se levantó poco a poco para aminorar las náuseas que tenía y caminó tambaleante hasta el baño donde se quitó la ropa y se dio un baño caliente, al salir se envolvió en un albornoz de seda negra y se dirigió a la cocina, donde por supuesto, ya Ramona estaba dirigiendo todo. Entró buscando una aspirina para el dolor de cabeza y ella en seguida le tendió un vaso con agua en silencio. -No recuerdo nada, no sé cómo llegué a casa, dime que no choqué el carro-Dijo Sebastián sentándose en la barra de la cocina y llevándose la cabeza a las manos con gesto de dolor. 

-No, el carro se ha quedado aparcado en el bar, esta mañana Franco lo ha traído a casa. –Esperó unos minutos y luego continuó hablando- Anoche llegaste en un taxi, no entiendo como llegaste al estado en el que estabas-le recriminó Ramona-¡Y menos por una mujer que realmente no vale la pena! Gracias al cielo que ya debe estar muy lejos de aquí. 

-Nana por favor me duele mucho la cabeza, ahora no. Tampoco quiero saber nada de ella. 

-Ah,  pues me alegro. Toma, desayuna, debes alimentarte - le colocó un plato con unas tostadas, café, un jugo de naranja y un poco de fruta. 

-No sé si podré comer nada, me siento fatal- dijo en tono quejumbroso.

-Ah y cuando termines llama a tu asistente ella fue la que te trajo anoche, una chica muy simpática por cierto- Dijo Ramona atrayendo toda la atención de Sebastián en un segundo. 

-¿Mi asistente? ¡Oh Dios mío! ¿Llamé a Nadia en plena  madrugada para que me buscara? ¡Soy un asco! 

-No, tú no la llamaste. Estabas tan borracho que el señor Andrés, el encargado del bar donde estabas la llamó y le pidió que fuera a buscarte, ella nos avisó y te trajo en un taxi. Solo espero que sea una mujer discreta y a esta hora tus empleados no estén burlándose de ti. 

-Nadia es muy discreta, ya hablaré con ella. Me voy a la cama, gracias por el desayuno. 

-Que por cierto apenas tocaste. Vete a la cama, ya te llevare un poco de zumo de naranja. 

-Gracias nana-Dijo arrastrando las palabras mientras se dirigía escaleras arriba a su habitación donde se volvió a dormir. 

Nadia llegó el lunes bien temprano y se dispuso a terminar el trabajo que había dejado pendiente el jueves, ordenando carpetas, enviando correos y resolviendo pequeños problemas que a lo largo de la mañana se presentaban, iba hacia recepción a llevar ella misma unos papeles que buscaría el servicio de correos cuando llegó Sebastián Aguirre acompañado de sus escoltas quienes la saludaron con una inclinación de cabeza sin dejar su postura erguida y seria. 

-¡Buenos días señor Aguirre!-Saludó Nadia 

-¡Buenos días Nadia! Espero que hayas pasado un buen fin de semana-contestó Sebastián. 

-Sí, muchas gracias, estaba dejando estos sobres que ya vienen a buscar el servicio de correos. 

-Perfecto, ¿Puedo hablar un momento contigo en mi oficina? 

-Claro, deme un segundo y ya estoy con usted Sebastián no dijo nada más y se dirigió a los ascensores donde subió hasta presidencia, Nadia subió al momento, pasó por su oficina, tomó tu tableta y se dirigió a la reunión con su jefe. 

-Permiso señor Aguirre-Entró y cerró la puerta.

-Toma asiento-Dijo Sebastián muy serio. Nadia se dispuso a tomar notas, ya que de eso pensaba se trataría la reunión pero Sebastián la sorprendió. 

-Nadia dejémonos de rodeos, esta no es una reunión de trabajo sino personal, el viernes tuve un... percance con la bebida y tengo entendido que fuiste tú quien me llevó  a casa. 

-Señor Aguirre yo... 

-Sebastián, en este momento no soy tu jefe, quiero pedirte que lo que pasó ese día no sea comentado y que lo guardemos como un incidente que ya forma parte del pasado. 

-Por supuesto, no tiene usted... perdón, no tienes que mencionarlo, para mí, no ha pasado nada. Tienes mi palabra.

-Perfecto-Sebastián se puso de pie y dio la espalda para mirar la ciudad desde la gran pared de cristal que estaba justo detrás de su escritorio- También quiero que sepas, y te agradecería que informes de ello al personal, que está terminantemente prohibida la entrada en esta empresa tanto a mi primo Alejandro Sánchez como a la señorita Alicia Martínez. No los quiero ver por aquí. ¿Está claro? 

-Como el agua señor...Perdón, Sebastián-

Él le sonrió-Eso es todo Nadia, puedes retirarte. Se levantó de la silla y se dirigió a la puerta pero dio media vuelta y preguntó:

-Y, ¿No recuerdas nada de esa noche? 

-No, solo que bebí demasiado, estaba muy molesto por cosas que ya no vienen al caso… ¿Por qué la pregunta? 

-No, por nada-Con una leve sonrisa Nadia se retiró a su oficina rápidamente, cerró la puerta y que se sentó en su escritorio y no pudo evitar las lágrimas, se sentía frustrada, no era justo, el no recordaba aquel beso que compartieron esa noche. Ella lo guardaba en su corazón con mucho amor, había sido su primer beso. Quizás todo era culpa de la borrachera y por eso no recordaba nada. Nadia decidió que nunca le demostraría sus sentimientos, ya sabía bien que él no sentía nada por ella. Ella solo era su asistente y una amiga.  


CONTINUARÁ...

Sort:  

Bien echo que le.montaron los cachos! Quien lo manda por dejarse llevar solo por una imagen jajajaaj además Nádia no merecía que la tratara así. Jum!

Jajajajaja bueno el que busca encuentra y Sebastián va a aprender que el amor está en donde menos lo piensa @lamorrocoya

O.O! Guau... Esa Alicia es terrible. ¡Que enredo!

Alicia es una loca, pero ya veras de lo que es capaz jajajaja aun falta. Gracias por tu apoyo amiga @greciavalentina

Oye, tremendo chasco con Alicia. La propia Viuda Negra jejeje. ¿Se pondrá esto como 50 sombras de Grey?

mmmmmm bueno no puedo decirte mucho pero si es una historia muy realista ya que como ves, Nadia no es la típica chica 90-60-90 jejejeje la historia dará un giro y espero sigas leyendo @jeanfreddy!!!

Sentada esperando la siguiente parte😍....espero no tarde tanto (come cotufas mientras)...

Jajajajajaja @psycodemente pues no esperaras tanto porque prontito hay más jejejeje gracias por tu apoyo

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