Entre Gustos y Colores / Capítulo VI

in #nsfw6 years ago (edited)


Nadia llegó el lunes bien temprano a la oficina con la intensión de recoger sus cosas, redactar una carta de renuncia y despedirse, todo esto antes de que Sebastián apareciera. Llevaba todo el fin de semana escondiéndose de él, no le había contestado ni las llamadas ni los mensajes de texto. 

Después que salió de la habitación del hotel en Margarita la noche del sábado, recogió su maleta, pidió un taxi hasta el puerto y se regresó a Caracas. Se sentía dolida y avergonzada por lo que había ocurrido. 

Estaba imprimiendo la carta cuando escuchó unas voces que venían desde los ascensores, miró la hora y vio que apenas eran las 7:00 de la mañana, a esa hora no llegaba nadie a las oficinas por lo que se asomó a ver qué ocurría. 

Audrey Oller, la vicepresidenta de Diario Venezuela hacia su entrada triunfal como estaba acostumbrada a llegar a todas partes, con tres guardaespaldas que se apresuraban a abrirle las puertas mientras ella llevaba un hermoso bolso Gucci colgado de su mano izquierda y con la derecha hablaba por su Smartphone, o más bien peleaba con quien sea que estaba al otro lado de la línea. 

Era una mujer elegante y hermosa, de cuerpo curvilíneo, piel bronceada, ojos café y cabello castaño oscuro el cual llevaba suelto y alaciado. Iba vestida con un elegante traje ejecutivo Armani de falda a media pierna y chaqueta ajustada a la cintura con precisión en color beige oscuro, unos hermosos tacones Louboutin a juego. Nadia inmediatamente la admiró por su belleza y elegancia. 

-Sí, ¡Ya lo sé!... ¡No! ¡No quiero esos bocetos! ¡Ya te dije que no sirve!... ¿Quién es la experta tu o yo?... Ajá... Ajá... -Entrando en la oficina de Sebastián se sentó en su silla y se recostó mientras continuaba con su conversación telefónica- Hagamos algo cariño, cuando tengas todo listo me llamas, ¿ok? Adiós.

Nadia sabía que ella había estudiado Negocios en la Universidad de Murcia en España y que era toda una experta en la materia, había hablado muchas veces con ella por teléfono y correos electrónicos pero esa era la primera vez que se verían personalmente. 

-¡Señorita Oller! ¡Que sorpresa verla aquí! Soy Nadia Álvarez, no nos conocemos personalmente pero hemos conversado mucho por teléfono y… 

-No término la frase ya que Audrey la interrumpió mientras se levantaba del asiento y caminaba hacia ella 

-Sé muy bien quien eres por Dios ¡Dejemos las formalidades querida!- Inmediatamente la abrazó con mucho cariño, Nadia que ya estaba sensible por tener que irse de la empresa y al ser tratada de esa forma tan dulce por alguien como Audrey no pudo evitar las lágrimas 

-¡Oh! ¿Qué está pasando aquí cariño? ¿Por qué lloras? 

-No es nada señorita Oller es que... 

-Oh no, no, no, nada de "señorita Audrey" llámame Audrey -dijo con una sonrisa 

-¡Gracias Audrey! Es que hoy es mi último día aquí y pues estoy sensible 

-¿Cómo que tu ultimo día? ¿Por qué? No recuerdo haber autorizado tu salida cariño 

-He renunciado 

-¿Qué? Pero, ¿Por qué? 

-Es que tuve un problema y...-No pudo continuar porque las lágrimas se hicieron imposible de ocultar -¡Oh cariño!-La abrazó con fuerza-¡Cuéntame que ocurre! 

-El señor Aguirre… 

-¡Oh voy a matar a Sebastián! Perdónalo es que luego que término con la furcia esa de Alicia no es el mismo 

-Son cosas que pasan y no es culpa de él, al contrario, ¡Es mi culpa! Yo no debí... 

-Shhh ¡Tranquila cariño! Ahora, ¿Dónde está tu renuncia?-dijo en tono dulce, Nadia le tendió el papel que había redactado, inmediatamente Audrey lo rompió en pedacitos 

-Tú te quedas aquí, ¿Entendido? ¡Y de Sebastián me ocupo yo! Ahora ve lávate esa hermosa carita y ven que tengo planes para las dos ¿Vale? 

-Pero Audrey yo… 

-Shhh ya te dije que yo resuelvo todo, ahora ve y ocúpate de lo que te acabó de decir como buena niña. 

Nadia sonrió y se retiró al baño sin decir nada más. Más tarde Audrey y Nadia se fueron de compras, todo fue un plan de Audrey y la pasaron muy bien, almorzaron en la terraza de un hermoso centro comercial y Nadia se sentía como en una nube, en su vida se había imaginado ir a lugares así. Estaba feliz de tener una nueva amiga. Hablaron de muchas cosas y Audrey le contó sobre sus viajes y sobre su vida. 

Luego Audrey insistió en llevar a Nadia a su casa, le dijo al chofer que las llevara. Cuando estuvieron frente al edificio donde vivía Nadia, Audrey le dijo que se tomara una semana libre, le dio una tarjeta de un lujoso Spa donde ya le había hecho reservación. Se abrazaron y se despidieron. 

Al día siguiente Sebastián llegó a la empresa y entró en la oficina de Nadia esperando verla allí pero su sorpresa fue tal cuando se dio cuenta que no era ella quien estaba allí sino Audrey. Ellos se conocían de la infancia y eran grandes amigos, pero Audrey sabía que él era un testarudo y cuando había ocurrido lo de Alicia le recordó que nunca le había gustado esa mujer para él. 

-¿Esperabas encontrar alguien más cariño?-dijo Audrey con una sonrisa 

-Si, a mi asistente... Y tú no eres Nadia 

-Es cierto, no lo soy, ella está tomando unos merecidos días libres, los autoricé yo. 

-Claro, y ¿Qué haces aquí? ¿Cuándo llegaste a Venezuela? 

-Soy la vicepresidenta de esta empresa ¿Lo recuerdas? Tengo derecho a estar aquí. 

-No me refiero a eso y lo sabes.

-Sí, lo sé.-sonrió-Llegué el fin de semana, tú estabas en la conferencia de Margarita así que me dediqué a ayudarte un poco con este desastre. 

-Gracias-Sebastián lucía cansado, casi no había podido dormir después de lo ocurrido con Nadia aquella noche, cada vez que cerraba los ojos la veía, la sentía, la recordaba temblando en sus brazos, su sabor, su olor, todo eso lo estaba frustrando. -Estaba muy feliz en New York y tuve que suspender todo. ¿Sabes por qué? 

-No, no soy adivino Audrey 

-Por esto-Le lanzó un periódico donde había una fotografía con un gran titular que decía “El codiciado empresario Sebastián Aguirre cuesta abajo por la bebida” y en la fotografía estaba él siendo llevado por el señor Andrés y Nadia al taxi la noche que bebió hasta perder la conciencia luego de lo ocurrido con Alicia. 

-Demonios estos paparazzis siempre buscando un titular.

-Sí, y son muy buenos, deberíamos tener secciones así en nuestro periódico. 

-Calla Audrey 

-¡A mí no me calles!-Estalló con furia levantándose de su silla y apuntando con un dedo a Sebastián 

-¿De qué viene todo esto? 

-Viene de que estoy muy molesta con toda esta situación, viene de que estoy cansada de verte al abandono total, de que me frustra saber que a pesar de que esa maldita puta te engañó con Alejandro tu aún sigues enamorado de ella y me molesta aún más que hayas utilizado a una mujer tan valiosa como Nadia para saciar tu sed de sexo cuando ella no se lo merece. 

-¡No quería hacerlo! ¡Puedo jurarlo! Me conoces y sabes que no soy tan cínico como para tomarla sin su consentimiento 

-Lo sé, pero también sé que estás despechado y que un hombre en tu situación y bajo los efectos del alcohol comete muchos errores. 

-Me detuve… 

-Sí, pero la lastimaste. 

-¡Demonios! Soy un imbécil -Dijo y se llevó las manos a la cabeza con gesto de frustración. Audrey volvió a su silla y se reclinó de ella. Pasaron  un rato en silencio hasta que ella habló 

-Toda la prensa del corazón habla de ti, ocupas los principales titulares y todos los programas de cotilleos te descosen, la verdad no me gusta verte así. Intenta buscar ayuda Sebastián-Él no dijo nada, en cambio se puso de pie y se dirigió a la puerta. Ella se paró y lo alcanzó antes que el saliera de la oficina. 

-Nadia iba a renunciar 

-¿Renunciar? ¡Oh Dios mío! 

-Lo impedí, por eso le dije que se tomara unos días libres, los necesita. 

Sebastián soltó el aire que había estado aguantando se alborotó el cabello con las manos en gesto de frustración y la miró

-Nos besamos… por eso está así de molesta conmigo y… demonios me lo merezco. 

-Se besaron... Y aparte de besarse... ¿Pasó algo más?-Ella ya lo sabía todo, Nadia le había contado pero ella quería escucharlo a él. 

-No, bueno, casi... Audrey, estaba ebrio, ella estaba a mi lado, yo la besé, ella me respondió y casi terminamos haciendo el amor 

-Perfecto. Y ¿Qué impidió que lo hicieran? Porque Nadia es una mujer muy hermosa. 

-Es virgen... -Virgen-repitió Audrey.- Te acostaste con Nadia y te diste cuenta que es virgen... 

-¡No lo hicimos! ¡Estábamos a punto y me detuve! ¡No pude! 

-¿Y entonces la dejaste ir? 

-Tuve arcadas por el alcohol que había bebido y ella lo confundió todo, pensó que sentía asco de ella y cuando salí del baño ella no estaba, a la mañana siguiente la busqué y en el hotel me dijeron que se había ido.

-Cariño-dijo Audrey mientras le acomodaba la chaqueta del traje y la corbata- no la lastimes, porque ahora está bajo mi protección, y ya sabes como soy, ¿Verdad? Él lo sabía y por ello tomó esa advertencia con mucha seriedad, él no quería lastimar a Nadia, solo quería pedirle perdón y que todo fuera como antes. 

-Por supuesto que lo sé, solo quiero que le hagas saber que lo siento mucho, que no quise hacerle daño y que quiero hablar con ella. Por favor.

-Se lo haré saber, ahora, vete a casa, no te ves bien y ya no quiero más titulares sensacionalistas. ¿vale?- Se despidieron con dos besos en las mejillas a la europea y Sebastián se fue a casa, pudo dormir pero volvió a soñar con esa noche en el hotel y con Nadia en sus brazos, se dio cuenta que la deseaba más de lo que había imaginado nunca.  

Sort:  

Pues quiero esa cartera Gucci. Pero más allá de eso que Nadia lo haga sufrir para que valore a una mujer así. La verdad que se emancipe monte su empresa y deje de ser asistente XD

Y le haga la competencia a Sebastian para que sea serio jajajajajaja

Y llegó el final... sin más escenas eróticas, qué lástima, jejeje.

PD. Se escribe "imbécil".

oh my God! Gracias queridisimo amigo! Tremendo pelón jajajajaja ya lo voy a corregir. Tranquis, tranquis que vienen escenitas próximamente

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