Entre Gustos y Colores / Capítulo V

Finalmente llegó el día del cumpleaños de Nadia y las chicas organizaron todo un festejo en un club nocturno para celebrar, Joselyng estaba emocionada y se fue con Nadia a un salón de belleza para prepararse para la noche. Llegaron al club a eso de las nueve de la noche, Nadia vestía unos pantalones ajustados y una blusa holgada con unas sandalias de tacón muy cómodas, había elegido llevar el cabello suelto y liso, en cambio Joselyng fue con unos leggins oscuros unos tacones altos y una blusa color azul con brillantes, estaban preciosas. 

Inmediatamente pidieron la primera ronda de tragos y Nadia se negó rotundamente queriendo solo agua. 

-¡Nadia por Dios es tu cumpleaños! Si quieres podemos pedir unos cócteles para ti pero no pidas agua 

-¡Está bien! ¡Pero con poco alcohol! Bailaron toda la noche y a las tres de la mañana Nadia ya estaba mareada y agotada, así que se fue a sentar mientras las chicas aún continuaban en la pista de baile. En ese momento observó a un grupo de chicos muy guapos que miraban en su dirección justo en ese momento en que las chicas regresaron a la mesa para seguir bebiendo. 

-¡Por tu cumpleaños Nadia ! 

-¡Salud!-Gritaron todas 

-Chicas ¿Se han dado cuenta del grupo de hombres guapos que no nos quitan la mirada?-Dijo Nadia un poco envalentonada por los tragos 

-¡Sí! Y me encantaría salir con cualquiera de ellos-Dijo Marta 

-Ay Marta tu sales con cualquiera-Dijo Joselyng y todas se murieron de la risa 

-¡Muy graciosa!-Dijo marta de mal humor 

-Pero es verdad que son muy guapos-Dijo carolina-¿Qué tal si les hacemos señas para que nos acompañen? 

-¡Sí!-Dijo Marta y en ese momento volteó hacia el grupo de hombres y les hizo señas de que se acercaran a ellas 

-Hola mi nombre es Ángel-Dijo un hombre alto, bronceado, con grandes músculos, ojos verdes y cabello cortado a lo militar-Estos son mis amigos Robert, Frank y Diego 

-Mucho gusto-Dijeron las chicas. En seguida los chicos sacaron a bailar a Marta, Carolina y a Joselyng, así que Nadia se quedó sola en la mesa con Ángel que le sonrió pícaramente. 

-¿Y tú cómo te llamas? 

-Nadia… 

-Que nombre tan bello, como tu Nadia se sonrojó al máximo, ese hombre era tan perfecto que le parecía mentira que estuviera coqueteando con ella. Pasaron un buen rato conversando y riendo hasta que él se inclinó hacia ella y le dijo al oído. 

-¿Te gustaría pasarla bien? 

-Si-dijo en un susurro, él se puso de pie, la tomó de la mano y se la llevó por un pasillo, subieron una escalera y llegaron a un cuarto oscuro donde habían parejas besándose, tocándose y hasta otros haciendo el amor sin pudor alguno. Él la puso contra la pared y comenzó a besar y morder su cuello con lujuria, Nadia sentía que la electricidad corría por todo su cuerpo, ¿O eso era lo que llamaban deseo? Ángel quiso quitarle la blusa pero inmediatamente Nadia se resistió por lo que él se molestó. 

-¿No te gusta lo que te hago? 

-Es que… yo… 

-¿Nunca te han tocado así? 

-No… Él se apartó inmediatamente de ella y la miró muy serio antes de darle la espalda -Vete-Dijo en un susurro -¿Qué? 

-Eso, que te vayas…   

Nadia inmediatamente salió corriendo del local, tomó un taxi y se fue a casa, cuando estuvo en la seguridad de su apartamento se dejó llevar por las lágrimas. Se sentía humillada. Siguió llorando hasta que el sueño la venció y se durmió. 

A la mañana siguiente Joselyn fue a verla y ella le contó todo lo que había ocurrido pidiéndole a su amiga que no le dijera a nadie. Pasaron el día juntas y Nadia superó el mal momento vivido hacia unas horas atrás. Los meses pasaron y Nadia se dedicó por entero a su trabajo y la empresa ya estaba dando cambios favorables, el periódico se perfilaba como uno de los más vendidos y todo gracias a la experiencia de Sebastián en los negocios, esto hizo que se sintiera cómodo en su puesto y que los empleados sintieran que sus esfuerzos daban frutos, los sueldos eran mejores y tenían más beneficios. Tanto Sebastián como Nadia pasaban muchas horas trabajando, arreglando documentos y poniendo todo en orden ya que los antiguos dueños habían dejado un desastre y la empresa estaba a punto de la quiebra. Muchas veces se quedaban hasta tarde. Una noche mientras ella servía un poco de café para los dos, Sebastián la miró y le preguntó: 

-¿Cómo van tus estudios Nadia ? 

-¡Oh muy bien gracias a Dios! Ya culminé este semestre y estamos de descanso, dentro de unas semanas inicio de nuevo el otro semestre. 

-¿Y llamas a esto un descanso? Quedarte hasta tarde ayudando a tu jefe con la documentación pendiente-Dijo sonriendo, a ella le encantaba verlo así tan relajado, se había quitado la chaqueta del traje y aflojado la corbata, estaba tan guapo en mangas de camisa, ella se había quitado los altos zapatos también por petición de él, para que estuviera más cómoda. Había papeles esparcidos por todas partes y ya todos se habían ido de la oficina. Solo estaban ellos y el personal de mantenimiento. 

-No es precisamente unas vacaciones de lujo-dijo riendo-pero amo lo que hago y me gusta ayudarle señor Aguirre. 

-¿Qué habíamos hablado de que me tutearas? 

-Oh perdón –Se sonrió-Es la costumbre

-¿Sabes? Desde que te conocí aquel día quise que trabajaras conmigo, estudie varias propuestas de mis asesores pero no dejaba de pensar en ti. 

Nadia se sonrojó profundamente al punto que sintió las mejillas ardiendo, ¿El no dejaba de pensar en ella? ¿Cómo era eso posible? 

-¿Pensabas en mí?-Preguntó en un susurro.

-Sí, vi como tratabas a todo el personal y como eras atenta, me gustó tu carisma y desde entonces supe que eras la indicada para trabajar mano a mano conmigo, necesito una persona que sea agradable y no una modelo que venga a presumir. 

-Soy así siempre-Se sonrió-Adoro esta empresa, aquí nací, por así decirlo y me siento satisfecha de las oportunidades que me han dado. Además, has hecho un gran trabajo y ya ves que todo está mejorando. 

-Sí, la verdad que ha sido duro sacar adelante esta empresa que estaba a punto de cierre, mucha gente quedaría en la calle y con la situación no es bueno que tantas familias se queden sin empleo. Pero este logro no es solo mío, sino tuyo también. 

-Gracias por el apoyo Sebastián 

-No es nada-Dijo con una sonrisa sincera

Nadia se le quedó mirando y pensó que ya que estaban en confianza bien podría indagar más en su vida y saber por qué había momentos en que lo veía tan aislado y triste 

-Sebastián, ya que estamos, quería preguntarte algo… pero si sientes que me estoy metiendo donde no debo solo dilo. 

-Tú lo dijiste, estamos en confianza. 

-El día que te encontré en aquel bar, estabas muy ebrio y triste, me dijiste que el dinero no era todo en la vida y que te sentías solo. He sabido que has vuelto a beber, lo cual no me gusta porque siento que algo te pasa, quiero que sepas que si necesitas una amiga estoy aquí. 

Sebastián se puso inmediatamente de pie y le dio la espalda a Nadia para mirar a través de la pared de cristal. 

-Es un cuento largo-Dijo cortante 

-Tengo toda la noche si lo necesitas 

Él se dio la vuelta, la miro y sonrió- ¿Dónde has estado toda mi vida? 

-Creo que aquí, no me he movido de este país. Sebastián suspiro y volvió a darle la espalda

-Hasta hace poco estaba comprometido con una mujer, nos íbamos a casar pero descubrí que me engañaba con mi primo, Alejandro, a él no lo conoces aun, y tampoco lo harás porque si de mí concierne no pisará ninguna de mis propiedades. A Ella si la conoces, es Alicia Martínez, la mujer vino una vez a verme. Era un matrimonio arreglado entre mis padres y los de ella, nos conocemos desde pequeños y ya era como una costumbre, no formalizamos el asunto hasta que me fui a vivir a los Estados Unidos donde nos reencontramos y decidimos ser novios, yo había tenido unas cuantas novias antes que ella pero no era nada formal. 

-Solo conquistas-Dijo Nadia 

-Si.-Hizo una mueca-Perdona que te cuente estas cosas, eres una dama y no debería decirte esto. 

-No te preocupes por mí, tengo amigos y muchos primos-Sonrió-Sé a qué te refieres. Y ¿cómo te enteraste de que te engañaba? 

-Verás, yo le pedí que se quedara en Miami esperándome porque sabía que mientras me instalaba y ponía en orden la empresa no podría atenderla como debía así que la deje allá, pero ella no me hizo caso y se vino 

-Quizás te extrañaba 

-¿Extrañarme? –Soltó una risa irónica- Extrañaba mi dinero, ya mantenía una relación con Alejandro y solo quería casarse conmigo para así disfrutar a lo grande con a ese payaso. 

-Pero, ¿tu primo no tiene su propia estabilidad? 

-Alejandro es un vividor, solamente piensa en gastar todo en las apuestas, más de una vez he tenido que intervenir y ayudarlo a pagar sus deudas de juego porque sino ya estuviera preso… o peor aún, muerto 

-¡Qué horror! Desgraciadamente siempre hay una oveja negra en la familia. Lo siento mucho Sebastián-Ella se acercó a él y se puso a su lado 

-Gracias.-Le brindó una media sonrisa-Sígueme contando… 

Sebastián soltó el aire que sentía guardado dentro de su pecho y que no lo dejaba respirar-La escuché hablando con alguien por teléfono, y decía que ya me tenía en sus manos, que pronto seria mi esposa y tendría mi dinero a su disposición, mi nana la estaba investigando y me entregó pruebas que demostraban su engaño, así que la mandé a la calle y me fui a beber, quería olvidarme de todo. Lo demás ya lo sabes 

-Sí, lo recuerdo-Se quedaron en silencio, ella no sabía que responderle a eso, se sentía impotente por no poder darle una palabra que lo ayudara a salir de esa depresión en la que se había sumido por la pérdida de su novia, así que simplemente guardó silencio y se quedó mirando la ciudad a través de la gran pared de cristal. 

-Que hermosa la ciudad de noche, ¿No te parece? Él sonrió y la miró-Gracias por escucharme 

-No es nada, como te dije, puedes confiar en mí. Volvieron al trabajo, de vez en cuando él se la quedaba mirando, estaba contento con ella y con su trabajo, había hecho una gran elección al traerla a trabajar con él.   Una tarde Sebastián llamó a Nadia y ella acudió de inmediato, como siempre a su oficina. 

-Nadia quiero que me acompañes a la conferencia que se va a dar en Margarita sobre medios de comunicación y nuevas tecnologías este fin de semana. 

Nadia no se lo podía creer y en su asombro soltó una sonrisa que dejó a Sebastián impresionado pero feliz a la vez

-Claro, por supuesto, wow es que nunca he ido a un evento así. 

-Lo imaginaba, y por ello quiero que me acompañes, eres mi asistente y mano derecha, así que no puedes quedarte aquí. 

-Dispondré todo para el viaje. Muchísimas gracias 

-Al contrario, gracias a ti. Has hecho mucho por mí y por la empresa. Ahora ve y dispón todo para el viaje a Margarita. 

Nadia con una sonrisa se fue a su oficina y comenzó a llamar a la agencia de viajes para solicitar todos los servicios y hacer las reservaciones del hotel, una habitación de lujo para Sebastián y una más sencilla para ella.  

A la hora del almuerzo, como siempre disfrutó de un rato agradable con las chicas y luego su mejor amiga Joselyng le pregunto: -¿Es cierto entonces? ¿Te vas a Margarita con el jefe? 

-Sí, pero es solo de trabajo, así que no empieces con tus cosas que te conozco 

-No, no, no, si yo estoy más que seria, lo que pasa es que ¡esto es emocionante! Quien sabe y aflora el amor entre los dos-Joselyng sabía de su atracción por Sebastián. 

-No va a ocurrir tal cosa, a él le gustan los modelitos, yo nunca encajaría. 

-Y vas a seguir, ¡Bendito sea Dios contigo Nadia! De verdad, no puedo-y se fue a su puesto de trabajo, Nadia también se fue a su oficina y transcurrió la tarde como siempre hasta el momento en que se fue a su universidad y a su casa. 

El viaje fue una maravilla y Nadia disfrutó cada momento, entre subir al Ferry hasta la entrada en el hotel que había reservado para Sebastián y ella. Al momento de llegar y registrarse se produjo una confusión ya que según el encargado ella tenía una suite y no una habitación sencilla como había pedido en principio, hasta que Sebastián se acercó y dijo que él había hecho los cambios porque quería que ella estuviera tan cómoda como él. 

Nadia se quedó sin palabras y más aún cuando entró en la suite. Era todo un sueño, tenía una gran cama, un baño que podía bien llevarse la mitad de su pequeño apartamento y un balcón con vista a la playa privada que poseía el hotel. Nadia se desnudó y disfrutó de un baño de burbujas, cosa que en su vida había hecho, luego antes bajó a cenar con Sebastián y otros colegas que allí se encontraban.   

Al día siguiente se levantó temprano y según la agenda que tenían ese día debían asistir a una conferencia inicial sobre los medios de comunicación. Al salir asistieron a un almuerzo y luego a una exposición. Todo era hermoso y Nadia lo disfrutaba, siempre al lado de Sebastián, como su asistente. 

Esa noche bajaron al bar y pidieron unas bebidas, Nadia decidió que quería pasarla bien así que pidió unos mojitos y entre trago y trago ambos comenzaron a hablar de más y a sentirse más a gusto, sobretodo Nadia que quería arriesgarse con Sebastián pero a la vez tenía miedo al rechazo así que no hizo nada y dejó que la noche pasara. Cuando ya el reloj marcaba las doce de la medianoche, Sebastián decidió que ya era hora de retirarse, al día siguiente tendrían una reunión importante temprano. 

Se levantaron y subieron a la suite, cuando estaban en el pasillo y a punto de despedirse Nadia vio la oportunidad y la aprovechó dándole un beso en los labios a Sebastián y caminó hacia su puerta. Todo iba bien hasta que sintió la mano de él en su cintura dándole la vuelta y pegándola contra la puerta de la suite sin mediar palabras la besó con todas sus fuerzas, Nadia se resistió al principio pero el deseo reprimido ganó y terminó rodeando su cuello con los brazos y entregándose a aquel beso 

-Sebastián no deberíamos...-dijo en un susurro que se perdió cuando el volvió a tomar posesión de su boca 

-No hables preciosa, solo déjate llevar… déjame sentirte… -Dijo mientras abría la puerta para que ambos entraran en la habitación todo esto sin dejar de besarla y llevándola hasta la cama donde la recostó, su cuerpo no era esbelto como las mujeres a las que acostumbraba llevar a su cama pero era dulce como la miel y sus gemidos lo excitaban al máximo. 

-Sebastián yo... 

-Dime princesa, dime que quieres- Y volvió a tomar posesión de sus labios con ardor, luego el cuello y subió las manos por sus piernas 

-Sebastián… por favor… debo decir…-Y el volvió a besarla callando sus suplicas y sus gemidos hasta que ella lo apartó un poco, acariciándole su rostro mientras jadeaba de deseo 

-Sebastián y-yo soy... v-virgen...-él se detuvo y la miró, de pronto el tiempo se congeló. 

-¡Oh por Dios! ¿Esto es una broma? Pero si tu... 

–Y la conciencia volvió como un balde de agua fría cuando se dio cuenta de lo que estaba haciendo, ella no era cualquier mujer a la que estaba acostumbrado tener en su cama, Nadia era su amiga, una mujer integra y él se estaba aprovechando del momento y del alcohol para tomarla. Se levantó muy despacio y se alejó de ella. 

-¿Por qué no me lo dijiste? 

-P-perdóname, y-yo…-Estaba al borde de los nervios y no podía más que balbucear algunas palabras, Sebastián no pudo aguantar más y una ola de nauseas lo sorprendió, sentía asco de sí mismo, se sentía un monstruo, se dio la vuelta y corrió hacia el baño, Nadia escuchó como Sebastián vomitaba y sintió que el mundo se le venía abajo, el sentía asco de ella, de lo que estaban a punto de hacer, él se había dado cuenta de con quien estaba a punto de hacer el amor y la aborreció. Nadia salió corriendo de la suite, del hotel y si se podía de la vida de Sebastián.  

CONTINUARÁ...

Si te perdiste algún capítulo aquí te dejo los links:

CAPÍTULO I:

https://steemit.com/nsfw/@lissyfatima/entre-gustos-y-colores-capitulo-i

CAPÍTULO II:

https://steemit.com/nsfw/@lissyfatima/entre-gustos-y-colores-capitulo-ii

CAPÍTULO III:

https://steemit.com/nsfw/@lissyfatima/entre-gustos-y-colores-capitulo-iii

CAPÍTULO IV:

https://steemit.com/nsfw/@lissyfatima/entre-gustos-y-colores-capitulo-iv

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