Se encontraba en una nube, debía reaccionar con rapidez. El hombre sin olor, venía torpemente hacia donde ella se encontraba. Ella era su objetivo.

Junto al amasijo de escombros, vio algo que la sacó de su ensueño: ¿Eran? ¿gusanos?!!, asquerosos y babosos gusanos!!. Automáticamente giró para aplastarlos, cuando sintió la fría y húmeda mano tomándola por el brazo.

Pero el estruendo de la puerta del bar abriéndose, volvió a paralizarla.

Complacer el deseo de otros, era su destino. Ese olor a sexo condensado en la piel de la mujer reactivó su programación más elemental... Y de pronto el fogonazo al cuello trastocó todos sus sistemas dejándole sin sentido.

Alerta: Defender integridad al verse rodeado. Alerta: Activar acercamiento a objetivo sexual.... Alerta, mensaje de la nave: Activar modo de espera hasta llegada de Ydregaf y Hugin.

-Esta dimensión es una locura... Pensó, mientras huía hacia la puerta.

El hombre herido daba tumbos para agarrar a la mujer por un brazo. Detectó unas energías extrañas, cambiando sus planes de escape. Primero: destruir a sus perseguidores.

La puerta estalló de par en par...

¡¡¡No, otra vez no!!! Solo me activan para resolver los problemas. -Pensó Hugin, cansado de su destino-. Estoy a la sombra de Munin.

Munin cumplía su destino en un burdel. Cuando Ydregaf lo secuestró nombrándole androide jefe. ¡Que manera de insultar mi experiencia como técnico de naves!

Ahora estaba programado para salvarle el pellejo al recién llegado. Pero el sabía reprogramarse. Y tenia su objetivo: la desaparición de Munin.

-A la cuenta de tres. Escuchó...

¡Qué sabía Mojiglif de aventuras! Pronto estaríamos despidiéndonos de este planeta y el gravitón daría enormes ganancias ..

-Hugin, a la cuenta de tres, y entramos...

Rescatar al androide. Atrapar al ser interdimensional y a los tardígrados con el foco criogénico. Con un plan tan sencillo: ¿Qué podría salir mal en este puto planeta de semidesarrollados?

En eso pensaba cuando vio a Ydregaf derribar la puerta del bar.