¡No te olvides de Jugar!

  Es un gusto para mí acudir al llamado que ha realizado nuestra querida amiga @inspiracion a través de este concurso porque, el tema que estaremos abordando hace referencia a una acción lúdica que apartamos de nuestras actividades cotidianas cuando culmina el período de la infancia. Sin más preámbulo, comienzo con mi participación.

  El juego es un de la característica más resaltante que describe una de las mejores etapas del ciclo de la vida de una persona y, no es para menos porque cuando somos infantes, jugar es la dinámica que más emprendemos ya que, a través de un juego nos divertimos, aprendemos, socializamos e incluso, desarrollamos habilidades psicológicas y motoras.

  Para un niño tener la oportunidad de jugar es lo mejor que le puede ocurrir durante sus primeros años de vida porque, cuando juega explora un mundo paralelo donde la imaginación y creatividad permiten que su ilusión sea una realidad por ello, es indispensable que todos los niños disfruten durante el día diversas actividades lúdicas.

  En lo personal puedo confesar que tengo los mejores recuerdos de mi infancia porque, visitar un parque para jugar con mis primos y los niños que solían estar en el lugar, era una actividad que hacía con mucha frecuencia acotando que, una visita superaba a la otra en diversión ya que, en ese mundo de ilusión la fantasía que seguramente veíamos como imposible de suceder, terminaba siendo realidad y todo gracias a la inocencia que nos caracterizaba.

  Aunque estamos consciente de la magia que nos suele transmitir el juego durante nuestros primeros años de vida, no podemos negar que somos muy injustos con esta actividad a medida de que vamos creciendo porque, el afán que tenemos por ser adultos nos conlleva a guardar en el baúl de los recuerdos la intención de atrevernos a seguir jugando particularidad que me parece mal.

  Puedo comprender e incluso aceptar que en la vida es necesario cerrar ciclos para poder avanzar pero, jugar es una actividad que no debemos dejar de hacer ya que, un juego tiene la facultad de estimular ese niño interior que aún vive en nosotros y de alguna manera u otra siempre toca la puerta de nuestro corazón porque quiere compartir un momento muy especial con nosotros.

  Vivimos en una sociedad donde se ha proyectado el pensamiento de que ir a jugar en un parque no es cuestión de adultos y, a pesar de que respeto mucho esa teoría, no la comparto porque me niego a permitir que baby Pahola se apague por ello, de vez en cuando me gusta ir al parque para así recordar lo agradable que es jugar y durante esas visitas he logrado conectar con la energía vitalicia de ser infante.

  La edad es solo un número cronológico que nos acompañará durante la estancia en este planeta Tierra por ello, no hay que vincularla con los juegos porque no tienen relación alguna y; esto se debe a que jugar está permitido para todas las personas en sus diversas etapas de la vida por lo tanto, vamos a disfrutar de la magia que tiene ser infante una vez más.

  Tengamos en cuenta que, aunque estemos disfrutando de la adolescencia, juventud, adultez o tercera edad, seguiremos siendo unos niños ya que, lo único que cambió fue nuestra proyección externa por ello, si nos atrevemos a dejar de lado esos estigmas errados del juego y vivimos la aventura de jugar, conectaremos con esa esencia energética que nos mostró lo mejor del mundo cuando jugábamos.

  Sin duda alguna, siempre me negaré a dejar que mi niña interior se apague por ello, tengo terminantemente prohibido olvidarme de jugar y hoy día estoy convencida de que, al tener este pensamiento he podido evitar que la inocencia y bondad que caracteriza a los niños deje de existir en mi porque soy partidaria de creer que, una de las mejores armas para vivir feliz, es seguir jugando como un infante lo hace.

¡Muchas gracias por leer mi publicación!

^{Las imágenes presentadas en esta publicación, son de mi autoría y fueron tomadas con mi teléfono celular Tecno Spark Go 2024}