Los momentos especiales que vivimos durante el transcurso de nuestra vida, trascienden en el tiempo porque, cada vez que recordamos esas mágicas experiencias las traemos al presente y, aunque la memoria se encarga de inmortalizarlas, cuando son captadas por una cámara fotográfica, pasan a ser inmortalizadas de manera visual.

  Un momento mágico es un tesoro por ello, si analizamos el impacto que tiene coleccionar recuerdos, notaremos que poseemos la mayor fortuna que nos podamos imaginar porque, una fotografía o, en su defecto, un álbum fotográfico es la representación de nuestro mejor tesoro en la vida.

  Al momento de vivir mis mejores momento, me concentro al 100% en lo que está sucediendo porque, cada segundo que transcurre es muy valioso. Sin embargo, siempre me aseguro de emplear un par de minutos para captar parte de la magia que estoy viviendo. Para prueba de ello tengo esta fotografía en compañía de mi papá y tío, quien en ese momento estaba de visita en Puerto Ordaz y, en la noche lo invitamos a disfrutar un rato en el centro comercial. Durante la salida, él compartió con nosotros lo emocionado que se sentía de estar nuevamente en la ciudad y, sin duda alguna para nosotros también era encantador tenerlo de visitar porque, generalmente lo vemos una vez al año cuando vamos a Barquisimeto en Navidad.

  Disfruto mucho ver a mi papá con sus hermanos porque, cuando están juntos el tema que más resalta es el que contiene las anécdotas que conservan de su infancia y, durante este paseo en el centro comercial, mi tío me contó varias travesuras que desconocía de ellos y, su felicidad era tan grande que, recuerdo con mucho cariño la sonrisa que tenía este día.

  En otro orden de ideas, la vida se ha encargado de rodearme de personas nobles y de mucha luz lo cual, agradezco inmensamente porque, de esa manera he comprendido la esencia y magia de vivir. En vista de esto, una de las personas maravillosas que se cruzaron en mi camino fue mi gran amigo Carlos y, más que amigos, también somos hermanos porque, nos une un sentimiento inmenso y, además de estar unida a él de esta manera especial, logramos coincidir en la pasión por nuestra carrera profesional (Comunicación Social); teniendo la gran fortuna de coincidir en la misma sección del 1er semestre y, ver esta fotografía junto a él durante la primera clase que tuvimos, me traslada a uno de los días más inolvidables que he tenido durante el transcurso de mi vida y, que él haya estado involucrado, le da un plus adicional al recuerdo.

  Los amigos son un tesoro y, en esta fotografía tengo dos ya que, Carlos representa uno por lo tanto, el segundo es haber creado este momento especial junto a él y, que ambos hayan quedado inmortalizados en una toma fotográfica, me permite sentir que soy muy afortunada.

  Ahora sumergiéndonos en el contexto laboral, desde esta área también me siento muy afortunada porque, no solo he logrado trabajar en lo que amo sino que, me rodea un equipo extraordinario y, en esta fotografía me acompañan dos de ellos que, además de ser mis compañeros de universidad y trabajo, también se consagraron como mis amigos y junto a ellos compartí mis extensas horas en una sala de redacción periodística acotando que, en esta área siempre tenemos hora de entrada pero no de salida y aunque estuviéramos exhaustos, de igual manera manteníamos buen sentido del humor y eso era mágico.

  Detrás de esta fotografía se oculta una noche con tan solo una hora de dormir, la mañana full de exámenes y una tarde de reuniones con asesores para seguir mejorando nuestra tesis pero, allí no culminaba todo porque, en la tarde-noche teníamos que ir al trabajo y aunque el cansancio nos estuviera asfixiando, estar juntos nos daba oxígeno de motivación por lo que, no me queda la menor duda de que, cuando nos rodeamos con personas vitaminas, nada nos afecta.

¡Muchas gracias por leer mi publicación!

^{Las imágenes presentadas en esta publicación fueron extraídas de mi galería personal}

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