Antes que nada diré, que como mujer latina, defensora del derecho, de la civilización, de lo que conviene como humanidad para avanzar siempre con paso firme, a parte, como mujer de fe, creyente en Jesús quien reivindicó la figura femenina mientras caminó en este mundo en forma de hombre... hablaré, confiaré que todo lo que aquí escriba será tomado tal como lo planteo, sin dobleces ni malas intenciones.

Dicho esto, elegí quizá uno de los enunciados más polémicos, que tocaré primero: El lugar de una mujer está en la cocina. Luego, uno en el cual casi todos consentimos: El castigo nunca tiene un buen efecto , y por último, ese que como steemians nos atañe a todos: Los votos no están garantizados. Comienzo:

El lugar de una mujer está en la cocina

No me incomoda en lo absoluto esta consigna, porque para empezar, muchos acá saben que soy chef, y lo que hago "desde la cocina" me apasiona tanto que es mi centro de operaciones para estrategias provechosas en todo lo que me concierne.

Por ejemplo, desde la cocina soy quien resguarda la salud de mi familia, y eso me convierte en una mujer sabia, porque bien pudiera dejar en manos de alguien más la alimentación de mi hogar, pero en eso me gusta ser autónoma, puesto que una vez que decidí ser madre, mi responsabilidad integral está en velar por el bienestar de mis hijas (obviamente ellas están aprendiendo de mí cómo alimentarse bien, porque un día tendrán que hacerse cargo de sí mismas).

Desde la cocina, soy quien controla cabalmente el presupuesto familiar, porque siendo que administro el dinero que ingresa a casa, doy prioridad a los temas familiares. Soy quien responsablemente distribuye lo que sostiene mi hogar (alimentos, servicios, gastos suntuosos). Es un cálido espacio en donde hago cuentas, realizo pagos electrónicos, evalúo si algo califica o no para ser comprado ahora o luego.

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Mi cocina es en ocasiones mi lugar de dar consejo, porque nada como aplicar la mano a un oficio para dejar una huella imborrable acompañada de palabras. Me permito llamar a alguna de mis hijas y enseñarles un valor para la vida (por decir algo) mientras que comparten conmigo el lavado de las verduras, o cómo hacer una julianas perfectas.

Siempre que a ti, mujer, la cocina te motive, te envuelva el ser de un modo positivo, este definitivamente es tu lugar. Si te sientes confiada, proactiva, creativa y empoderada desde tu cocina, es un espacio seguro para ti.

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¡Por eso, la consigna me viene bien, la puedo defender sin problemas! Siendo que incluso, desde la cocina puedo producir dividendos para el sostenimiento de mi casa. Así que esta es mi razón justificable y justa, que no es excluyente a que la pronuncie algún varón, porque de hecho muchos respetados chef masculinos podrían decir sin tapujos que ciertamente "La cocina es su mejor lugar".

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El castigo nunca tiene un buen efecto

Nuevamente, como madre, y también maestra-consejera de niños y adolescentes, pienso que nunca en la historia se ha sabido de algún resultado positivo de infligir castigo. Sé que muchas personas mayores disentirán de esto, porque ellos mismos recibieron castigo y según sus palabras "resultaron bien". Yo, tengo pleno conocimiento que una persona que fue levantada con la vara del castigo es más insegura, violenta y castigadora de otros.

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Cuando escucho los tantos severos tratos que tuvieron generaciones y culturas que nos antecedieron, evalúo automáticamente cómo resultaron esas sociedades. Mucho del atraso que tuvo la humanidad en ciertas épocas, refiere a momentos turbios de castigo y molestas penitencias. Ejemplo de ello es el medioevo con el "Oscurantismo", en donde casi nada estaba permitido si no era aprobado por el clero católico.

Hasta podemos leer cómo se intentó colonizar y cristianizar con el "poder de la espada" para no ser castigado y/o pasado por el filo de la misma. El castigo allí creó resistencia, dolor y mucha muerte; de hecho la historia da cuentas en letras carmesí, cómo esos castigos en nombre de una fe irracional jamás dieron buenos resultados.

Y más hacia nuestros días, la crianza de nuestros niños jamás debe considerar el castigo como una opción valedera. Somos más inteligentes y desarrollados que eso, y nuestros niños hoy son super estimulados, capaces de comprender estructuras que nosotros antes no imaginábamos siquiera. Y definitivamente el castigo lo que puede producir en ellos es frustración, rebeldía y malas decisiones.

El mundo clama por una cultura más empática, tanto para el hombre, como para la mujer, y tanto más para la niñez. Si nos remitimos a los estragos que causó el castigo a lo largo de la historia (guerras, conflictos, divisiones), quizá aprendamos la lección y lleguemos a ser capaces de no repetir los errores del pasado.

Porque definitivamente el castigo, nunca ha tenido, tiene y/o tendrá buenos efectos, ni en individuos ni en sociedades enteras.

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Los votos no están garantizados

Bueno, esto pudiera considerarse lo más pueril de lo discutido aquí, pero siento que es neurálgico para los que hacemos vida en Steemit. Sé en carne propia lo que se siente no recibir votos, y siendo que en efecto, los votos no están garantizados, hay que asimilarlo y saber esperar.

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Me recuerdo una noche, compartiendo con mi esposo y hasta me quebranté, diciéndole: "En Steemit los votos no están garantizados". Él me dijo algo, citándome a mí misma: "¿Entraste a Steemit para hacerte rica? porque, que yo recuerde querías tener un blog para registrar tu vida de modo de preservar momentos y cosas importantes para la posteridad".
Él usó mis propias palabras para alentarme.

Obviamente, cuando somos valorados a través de los votos, nos sentimos felices y satisfechos; incluso, más motivados a trabajar. Sin embargo, el sistema llega a ser como el mismo enunciado declara: "Incierto". Si vas a estar en la plataforma, es importante que internalices que aquí para nadie "Los votos están a la orden del día".

No hay una fórmula mágica, más que postear lo que te gusta, lo que disfrutas, sin imitar a nadie, ni robar ideas de otro. Y, finalmente, lo más bello que tiene Steemit es la oportunidad de "hacer comunidad", y tener paz mientras transitas por aquí, sin estar esperando voto alguno, ya que como dice la consigna: "Los votos no están garantizados".

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Me gustó disertar acerca de estos asuntos importantes,
entablar una defensa justa y equilibrada
sobre tópicos que pudieran llegar a ser controversiales...

¿Qué sería de este mundo si todos opináramos igual?
Sin duda sería lo más aburrido de la vida.

Ha sido todo un gusto

Atentamente

@Yrmaleza