Reading

I beseech you therefore, brethren, by the mercies of God, to present your bodies a living sacrifice, holy, acceptable to God, which is your spiritual service. And be not fashioned according to this world: but be ye transformed by the renewing of your mind, that ye may prove what is the good and acceptable and perfect will of God.

Reflection

This letter, more current than ever, tells us that we must seek to please God at all times, let us always be the same Christians outside and within our temples or churches, our conduct must always be consistent with the Gospel, at home and in work, dealing with family and friends and strangers, always loyal to the precepts of our Lord Jesus, let us not be light in the street and darkness in the house, let us always be a faithful reflection of the light of Christ.

Today we are influenced by the cultural industry through music, cinema, television, radio, the internet, also by customs, fashion, consumerism, etc ... we see, for example, how choreography and Tendent and quarrelsome lyrics of a song can influence the sexual behavior and language of an entire generation, this example, to name one of thousands, represents what Pablo de Tarso calls "the current of the world where we live", these currents model collective thinking, sets trends in the way of dressing and behaving, dismantling old prejudices and installing new ones, some of these currents can become very harmful, they trap us in their own logic and needs, to the point of depersonalizing the individual and destroying their true identity, distancing him from God, himself and his neighbor. The way to break with the enslaving logic of the world in which we live is through an interior renewal in Christ Jesus, accepting his love and holy doctrine, making us a healthy critical filter, which allows us to achieve wisdom and be capable of differentiate what is truly good from what is bad, what pleases God or not, what is His will.

May the Lord enlighten us and guide us always on the paths of love, good and virtue. Amen.

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Lectura

Les ruego, pues, hermanos, por la gran ternura de Dios, que le ofrezcan su propia persona como un sacrificio vivo y santo capaz de agradarle; este culto conviene a criaturas que tienen juicio. No sigan la corriente del mundo en que vivimos, sino más bien transfórmense a partir de una renovación interior. Así sabrán distinguir cuál es la voluntad de Dios, lo que es bueno, lo que le agrada, lo que es perfecto.

Reflexión

Esta carta, más vigente que nunca, nos habla de que debemos buscar agradar a Dios en todo momento, seamos siempre los mismos cristianos fuera y dentro de nuestros templos o iglesias, nuestra conducta debe ser siempre coherente con el Evangelio, en la casa y en el trabajo, en el trato con familiares y amigos y con desconocidos, siempre leales a los preceptos de nuestro Señor Jesús, no seamos luz en la calle y oscuridad en la casa, seamos siempre reflejo fiel de la luz de Cristo.

Hoy en día nos vemos influenciados por la industria cultural a través de la música, el cine, la televisión, la radio, la internet, también por las costumbres, la moda, consumismo, etc... vemos por ejemplo como la coreografía y la letra tendenciosa y pendenciera de una canción puede llegar a influenciar el comportamiento y lenguaje sexual de toda una generación, este ejemplo, por citar uno de miles, representa a lo que Pablo de Tarso llama "la corriente del mundo donde vivimos", estas corrientes modelan el pensamiento colectivo, marcan tendencias en la manera de vestir y de comportarse, desmantelan viejos prejuicios e instalan nuevos, algunas de esta corrientes pueden llegar a ser muy dañinas, nos atrapan en su propia lógica y necesidades, al punto despersonalizar al individuo y destruir su verdadera identidad, alejándolo de Dios, de sí mismo y del prójimo. La manera de romper con la lógica esclavizante del mundo en que vivimos, es a través de una renovación interior en Cristo Jesús, acoger su amor y en santa doctrina, nos hace de un sano filtro crítico, que nos permite alcanzar sabiduría y ser capaces de diferenciar lo que es verdaderamente bueno de lo que es malo, lo que agrada o no a Dios, lo que es Su voluntad.

Que el Señor nos ilumine y guíe siempre por las sendas del amor, del bien y de la virtud. Amén.