Reading

Don’t mistreat someone who has mistreated you. But try to earn the respect of others, and do your best to live at peace with everyone. Dear friends, don’t try to get even. Let God take revenge. In the Scriptures the Lord says,
“I am the one to take revenge
and pay them back.”

The Scriptures also say,

“If your enemies are hungry,
give them something to eat.
And if they are thirsty,
give them something
to drink.
This will be the same
as piling burning coals
on their heads.”

Don’t let evil defeat you, but defeat evil with good

Reflection

"Do not return evil for evil to anyone" Paul of Tarsus reminds us of the words of our Lord Jesus in Matthew 5, 44 "But I say to you: Love your enemies, bless those who curse you, do good to those who hate you , and pray for those who abuse and persecute you. " This maxim of the Lord "love your enemy" is perhaps, from the eyes of the world, one of the most demanding. absurd and difficult to follow When was the last time someone hurt you? Didn't he provoke you to pay him in the same currency? probably yes, maybe you ever thought about it or did it ... Now, how did you feel? Were you able to repair the evil they did to you by returning evil for evil? What do you feel when you remember what happened? Did you heal or when remembering it hurts and anger takes over you again? Love your enemy or defeat evil with good, go through forgiveness first, it is not possible to truly love your enemy if you have not forgiven him before, and it is possible for us to forgive your enemy if there is no love in your heart, forgiveness and love are part of the same formula that transforms and heals wounded hearts, hearts deformed by hatred, envy and resentment, by sin. Christ, who is the son of the Father and is God, is love, He is love (1 John 4, 8), when we receive Him in our hearts, we receive true love (1 Corinthians 13), our hearts change and with him our actions, actions that in turn will change or motivate other hearts to change. The love you need to forgive the one who hurts you and pay him well, you find and receive in Christ Jesus, this love increases as your faith increases, and this in turn increases as you pray and believe.

If we pay badly with bad, it will only grow, it will be like putting fire on fire, but if we pay badly with good it will be extinguished or failing that, it will weaken, it will be like throwing earth on fire. When we decide to forgive and love the "enemy" we not only break with the logic of hatred in our mind and heart, we also break the logic of hatred in the other or, failing that, we question and weaken it. As difficult as it may seem, love your enemy, defeat evil with good, change the world, teach your enemy that he can be good, maybe he or she is like that because no one taught him to be good or to love. Loving your enemy does not mean loving the evil that is in him, it means loving him despite the evil that is in him, in other words, let us always condemn the sin but not the sinner, who may well, at some point, repent and change. When you love your enemy, you love and declare yourself a follower of Jesus Christ because you make it clear that you blindly trust him, in the Christ, in his teachings and in his perfect judgment.

May the peace and love of our Lord Jesus always dwell in our hearts. Amen.

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Lectura

No devuelvan a nadie mal por mal, y que todos puedan apreciar sus buenas disposiciones. 18 Hagan todo lo posible para vivir en paz con todos. 19 Hermanos, no se tomen la justicia por su cuenta, dejen que sea Dios quien castigue, como dice la Escritura: Mía es la venganza, yo daré lo que se merece, dice el Señor. 20 Y añade: Si tu enemigo tiene hambre, dale de comer; si tiene sed, dale de beber: así le sacarás los colores a la cara. 21 No te dejes vencer por el mal, más bien derrota al mal con el bien.

Reflexión

"No devuelvan a nadie mal por mal" Pablo de Tarso nos recuerda las palabras de nuestro Señor Jesús en Mateo 5, 44 "Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen". Esta máxima del Señor "ama a tu enemigo" es quizás, desde los ojos del mundo, una de las más exigentes, absurdas y difíciles de seguir ¿Cuándo fue la última vez que alguien te hizo daño? ¿No te provocó pagarle con la misma moneda? probablemente si, quizás alguna vez lo pensaste o lo hiciste... Ahora bien, ¿Cómo te sentiste? ¿Pudiste reparar el mal que te hicieron devolviendo mal por mal? ¿qué sientes cuando recuerdas lo ocurrido? ¿sanaste o al recordarlo duele y la ira se apodera de ti nuevamente? Amar a tu enemigo o derrotar al mal con bien, pasa primero por el perdón, no es posible amar verdaderamente a tu enemigo sino lo has perdonado antes, y nos es posible perdonar a tu enemigo sino hay amor en tu corazón, perdón y amor son parte de la misma fórmula que transforma y sana los corazones heridos, los corazones deformados por el odio, por la envidia y el resentimiento, por el pecado. Cristo, que es Hijo del Altísimo y es Dios, es amor, Él es amor (1 Juan 4, 8), cuando lo recibimos a Él en nuestro corazón, recibimos el amor verdadero (1 Corintios 13), nuestro corazón cambia y con él nuestras acciones, acciones que a su vez cambiarán o motivarán a otros corazones a cambiar. El amor que necesitas para perdonar al que te hace daño y pagarle con bien, lo encuentras y recibes en Cristo Jesús, este amor se incrementa conforme se incrementa tu fe, y esta a su vez se incrementa conforme ores y creas.

Si pagamos mal con mal, este sólo crecerá, será como echar fuego al fuego, pero si pagamos mal con bien este se extinguirá o en su defecto se debilitará, será como echar tierra al fuego. Cuando decidimos perdonar y amar al "enemigo" no sólo rompemos con la lógica del odio en nuestra mente y corazón, también rompemos la lógica del odio en el otro o en su defecto, la debilitamos. Por difícil que te lo parezca, ama a tu enemigo, derrota al mal con bien, cambia el mundo, enséñale a tu enemigo que puede ser bueno, quizás ella o él es así porque nadie le enseñó a ser bueno o a amar. Amar a tu enemigo no significa amar el mal que hay en él, significa amarlo a él a pesar del mal que hay en él, dicho de otra manera, condenemos siempre el pecado pero no al pecador, que bien puede este, en algún momento, arrepentirse y cambiar. Cuando amas a tu enemigo, amas y te declaras seguidor de Jesucristo pues dejas claro que confías ciegamente en Él, en sus enseñanzas y en su perfecto juicio.

Que la paz y el amor de nuestro Señor Jesús habite siempre en nuestros corazones. Amén.