Exaltado, se ha despertado de nuevo. Otra recurrente pesadilla acababa de tener lugar, y debido al sudor que corría por su frente, era notable. Su mujer a un lado de él, dormía plácidamente.

Carl perteneció a un grupo de espeleólogos aficionados, conformado por sus dos mejores amigos de la infancia y su querida esposa Alice. Mucho tiempo había transcurrido desde aquel suceso. Motivo por el cual no puede dormir. Y cuando lo logra, miles de imágenes que superan a la ficción por su realidad y crudeza, turban sus sueños.

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Un año atrás...

    — ¡Oye Phill! Dile al vejestorio que mueva su gordo trasero. No podemos permitir más retrasos —dijo Roger aquella tarde antes de entrar a la cueva.

    — ¡Carl! ¡Vamos hombre! Mi abuela se movería más rápido en este terreno. Los treinta te están afectando colega —espetó Phillip haciendo un ademán con su mano y soltando una carcajada. Sin detenerse mientras seguía los pasos de Roger.

    — ¡Chicos! ¡Adelantense! ¡Los alcanzaremos luego! —exclamó Alice. Hermosa dama de espíritu rebelde y aventurero; una mujer equilibrada y de carácter fuerte.

    —No hay porqué molestarse querida. De cualquier forma iban a hacerlo —dijo Carl a la vez que sonreía contemplando la majestuosa entrada rocosa.

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Minutos más tarde, el pequeño grupo se encontró con una red de túneles de minería; pudieron deducirlo por unos rieles en el suelo de uno de ellos. Notaron que el trabajo había sido tosco y entrar allí no era una buena idea. A pesar de eso, continuaron explorando sin saber lo que les aguardaba.

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    — ¡Uaaau! ¡Chicos! ¡Tienen que ver esto! —exclamó Phillip alumbrando con su linterna un montón de piedras preciosas incrustadas en la pared del túnel por el que se adentraron.

    — ¿Qué ha pasado? Gritas como si hubieras conseguido oro —preguntó Roger acercándose.

En ese instante, un leve temblor se hizo sentir. Todos sabían de qué se trataba. Era un claro indicio de actividad telúrica. Ellos, corrían peligro dentro de aquel lugar.

Phillip había ignorado por completo el primer temblor debido a lo que sus ojos veían. Luego de que Roger le gritara que ya era hora de irse, reaccionó. Sin embargo, fue muy tarde para él. La magnitud del sismo se acrecentaba y el túnel comenzó a derrumbarse.

Una roca gigantesca se desprendió del techo, y cayó sobre él cráneo de Phillip aplastándolo junto a gran parte de su torso. La sangre salpicó a Roger y un charco rojo con restos de masa encefálica se formo alrededor del cuerpo inerte. Carl y Alice miraban horrorizados a pocos metros del acontecimiento. El pánico invadió a los espectadores de aquella repentina defunción. Ahora, sólo quedaba correr para salvarse.

Todo se venía abajo. Roger corría detrás de Alice quien era llevada de la mano por Carl. En un determinado momento, tropezó llevándose un golpe en la rodilla que le impidió levantarse de inmediato. Tras un arduo esfuerzo, logró hacerlo, pero la suerte le había abandonado. Gran parte del techo frente a él se vino abajo, obstruyendo su vía de escape, haciéndole saber que no saldría nunca de aquel lugar.

Carl y Alice no se dieron cuenta de lo ocurrido hasta que lograron salir de la cueva. El temblor de aquella tarde derruyo muchas casas de la región. La cifra de muertos estuvo cerca de los doscientos, y la de heridos, ochenta nada más. Entrar al lugar para buscar los cuerpos, fue una tarea imposible para el equipo de rescate que solicitó la pareja.

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Cada noche es un tormento desde aquel día. A pesar de estar en compañía de Alice, Carl no logra descansar. Las imágenes del cráneo de Phillip hecho papilla le acompañan al cerrar los ojos. Y el sentimiento de culpa, por no saber qué le pasó a Roger cuando corrían hacia a la salida, no ha podido quitárselo de encima.

¡Gracias por haber llegado hasta acá!

^{Esta es mi participación en el concurso de cuentos organizado por @rahesi. Si quieres participar puedes informarte sobre las bases del mismo aqui. Temo que me he excedido con la cantidad de palabras, por ende, seré descalificado. Sin embargo, fue muy grato haber sido parte de esto. Te invito a unirte, puedes hacerlo semanalmente.}

^{Las primera imagen que he utilizado, pertenece a Matt Atherton. La última, a Ian Espinosa. Ambos, son fotógrafos de Unsplash.com.}

^{La imagen del túnel, pertenece a Raquel Herrera, conocida en Steemit como: @rahesi. Es la utilizada esta semana en el concurso.}

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Te invito a leer otros de mis trabajos:

A partir de la nada - Diálogo en un bar olvidado.

La Bibliotecaria - Relato de una persona trastornada.

Vivo - Poema