Hace algunas semanas, inicié mi relectura cronológica de la narrativa del escritor chileno Roberto Bolaño. Sobre su debut literario junto a A.G. Porta y su primera novela escrita en soledad, publiqué dos posts que pueden revisar acá:

• Consejos de un discípulo de Morrison... (Libro): el debut literario de Roberto Bolaño y A.G. Porta

• Monsieur Pain (Libro): la primera novela de Roberto Bolaño

Después de esas dos, debería haber leído La pista de hielo, pero como aún no he podido conseguirla, pasé al libro siguiente. Si tomamos en cuenta los años de publicación, la siguiente obra sería La literatura nazi en América, pero El Tercer Reich, publicada en 2009 cuando el autor ya había fallecido, en realidad fue escrita en el año 1989, por lo que consideré una mejor idea anteponerla a esa otra. De esa manera, creo, podría analizar mejor la evolución del autor y la relación de esta obra con las anteriores y las que le sucedieron.

La novela Inicia en un hotel en la costa española. Udo Berger y su novia Ingeborg son dos jóvenes alemanes que han llegado a la Costa Brava para pasar el verano. Un verano que, al inicio, pinta como cualquier otro, “Cada verano había una [canción] nueva, en algo semejante a la del año anterior, tarareada y silbada hasta la saciedad y con la que solían cerrar la jornada todas las discotecas del pueblo”, lleno de amistades efímeras, playa, discotecas, bailes y una sensación que le hace escribir a Udo “creo que estoy en el mejor momento de mi vida”. Sin embargo, Udo, el protagonista y narrador de la historia, no es un joven tan común. Tiene veinticinco años y su pasión son los wargames, entiéndase juegos de mesa, con tablero, fichas, dados, etc., pero que en vez de ser fantásticos como Calabozos y dragones, por ejemplo, se basan en confrontaciones bélicas históricas. En la novela, Udo habla de los diferentes juegos, las revistas especializadas, torneos, partidas y convenciones, desde el amplio conocimiento que posee en su condición de campeón nacional. Es tanta la pasión que Udo siente por estos juegos que, al llegar al hotel, pide una mesa para extender el tablero del último juego sobre el que está preparando un artículo, llamado El Tercer Reich y que, lógicamente, trata sobre la segunda guerra mundial.

Udo e Inge conocen a Charly y Hanah, otra pareja de alemanes que veranean en España; y en sus salidas, conocen también al Lobo y al Cordero, sujetos locales que hacen migas con Charly y en opinión de Frau Else, administradora del hotel en el que se hospeda Udo, podrían no ser la compañía más adecuada para los jóvenes turistas. Sin embargo, es otro personaje el que irá ganando cada vez mayor notoriedad. El Quemado es un hombre feo, musculoso, algo grotesco, con quemaduras en su rostro, que regenta patines acuáticos en la playa y es parco en palabras. Según cuentan, es sudamericano y por lo visto, duerme dentro de una fortaleza que construye con sus patines durante la noche. A partir de allí y de los encuentros y salidas con el Lobo y el Cordero, las cosas comenzarán a torcerse.

Ingeborg tiene miedo, aunque no sabe de qué. Udo siente que algo empieza a interponerse entre él y su novia y decide dejar de hablar de juegos con ella, estar más atento y no pasar tantas horas recluido estudiando el juego, mientras Inge va con sus compatriotas a las tiendas y a las discotecas. Pero la violencia y el carácter de sus nuevos amigos acarrea nuevas problemas. Un día Charly golpea a Hanah y tiempo después se pierde de nuevo en el mar, haciendo windsurf. Ya había desaparecido una vez durante algunas horas, pero en esta oportunidad no regresa. Intervienen entonces la policía, los periodistas, los guardacostas; se notifica la desaparición, hay investigaciones, interrogatorios... a los pocos días, con las últimas horas del verano, Hanah se va. Y luego, Inge se va. Pero Udo se queda. La excusa es que debe esperar por la aparición del cuerpo de Charly, pero no eran tan amigos como para exigir de él esa tarea. La verdad es que se queda a jugar con el Quemado, quien una tarde había visto el tablero desplegado sobre la mesa y comenzó a interesarse por el juego.

Udo, hablando sobre El Tercer Reich y sobre la pasión documental que ataca a los aficionados a los wargames dice que “Es como si quisiéramos saber todo lo que se hizo para transformar lo que se hizo mal”. Se trata de revivir episodios bélicos, para cambiarlos. Pero puede resultar un tema sensible e irascible para otros. Después de todo, estamos hablando de un juego sobre la Alemania nazi cuando apenas cuatro décadas atrás, ésta había iniciado la mayor guerra en la historia de la humanidad.

Udo comienza a tener pesadillas ¿son advertencias? “¿Por qué a veces tengo tanto miedo?” se dice. Frau Else, a quien Udo recordaba de los veranos pasados cuando visitaba ese mismo hotel junto a sus padres y con quien tiene un affaire en esta visista, le dice “Te veo como un ser trágico” y piensa que Udo debería irse. Tiene malos presentimientos, teme por Udo y condena su amistad con el Quemado, aludiendo que es perjudicial para el hotel y para sus clientes, pero ocultando algo más. Conrad, el mejor amigo de Udo, con quien mantiene comunicación telefónica, también le dice que el Quemado puede ser peligroso. El joven alemán escribe: “…siento algo intangible, extraño, dando vueltas a mi alrededor, amenazante” y al volver al hotel una noche, siente que “La atmósfera en la recepción es de hostilidad. Lo mismo en el bar”. Esta sensación de peligro se agudiza cuando el esposo de Frau Else le dice “¿No se da cuenta de que… la desgracia y el infortunio rondan este hotel?”

Pero ¿qué es lo que ocurre? ¿qué les pasa a todos? Udo, sorprendido, observa a un hombre, el Quemado, que va perdiendo el juego pero está tranquilo, que lleva copias de revistas sobre juegos de guerra y que, con interés, le pide que le cuente cosas de los juegos. Además, confiesa que antes leía poesía, pero que ahora sólo saca libros de guerra. ¿Qué puede haber de malo en ello? ¿por qué todos rechazan esa relación? y sobre todo ¿por qué Udo siente tanto miedo? pues, aunque dentro de su razonamiento, no tiene nada que temer, la sensación de peligro no abandona su cuerpo. Con astucia, Bolaño consigue mantener en secreto una información clave que explica el temor de todos y el interés en que no juegue con el Quemado, o al menos no acabe el juego: el sudamericano fue víctima de torturas en su país.
Si sus torturadores fueron nazis, o alemanes, o si sólo relaciona su pasado con los alemanes del Tercer Reich, es algo que no queda del todo claro, pero se deja entrever la importancia que tiene, para un trabajador sencillo como el Quemado, "el juicio, colgar a los alemanes" y ganar el juego. Pero ¿cómo puede ganarle la partida al campeón de Alemania?

Libros del autor

La novela está escrita como un diario y está emparentada de distintas formas con otras obras de esa época de Roberto Bolaño. Al igual que en Consejos de un discípulo de Morrison a un fanático de Joyce y Monsieur Pain, el protagonista de El Tercer Reich es europeo, alemán en este caso (español y francés en los dos anteriores) y un personaje secundario importante, cercano, es sudamericano, como Ana Ríos en los Consejos... y el poeta Vallejo en Monsieur Pain. Esta obra temprana de Bolaño también se parece a esas otras dos en el final, con esa especie de epílogo que cuenta algo sobre el destino de varios de los personajes. En una escena de la novela, durante la celebración del día de Cataluña, un avión escribe en el cielo, prefigurando al Carlos Ramírez Hoffman de La literatura nazi en América, ampliado en Estrella distante.

Hay que decirlo, El Tercer Reich no es de lo mejor del escritor chileno. Sin embargo, es una obra que muestra los tempranos experimentos narrativos y la búsqueda de un tono, de una voz, que Bolaño perseguía y que encontró poco tiempo después. Aunque por momentos la novela puede resultar un poco densa con sus extensas descripciones de campañas militares, nombres y fechas, puede leerse con facilidad e interés por esa intriga que se va tejiendo alrededor de Udo. Y siempre resultará una mejor experiencia que la floja Monsieur Pain. No es la obra ideal para entrar al universo literario de Roberto Bolaño, pero sí constituye un valioso aporte para los asiduos lectores del chileno.