El Guerrero Jaguar - ¡Ser o no ser héroe!, parte 4

abían transcurrido dos semanas. Rony, implementó a conciencia sus vacaciones a dominar sus habilidades. Se lanzaba de los riscos, siempre transformándose antes de despegar, tenía que recurrir a suficientes recuerdos para enfadarse o en el peor caso asustarse, llegó un momento que dudo si dejaría de aterrarse por la forma que se lanzaba del acantilado. En las playas ponía en práctica los poderes de controlar la tierra, aquello le resultaba difícil. No entendía el ritmo, o lo concerniente al movimiento de estas, lo único que podía producir era pequeñas columnas. Hubo una ocasión que pudo crear un enorme puño de arena, pero fue efímero. Mantener la metamorfosis le resultaba engorroso, le duraba poco tiempo, debido a que sus emociones se equilibran rápidamente, eso rompía la armonía de la bestia. De alguna manera las emociones fuertes eran su alimento.

No solo estuvo practicando, sino buscando conocimiento referente a Tepeyollotl. Efectivamente era el dios de las montañas, los terremotos y los ecos, pero más nada que hablaran de sus leyendas. El nombre significaba “Corazón de la montaña” y entendió el porqué. De resto no conseguía relacionarlo con los demás dioses, la información era reducida. Al indagar un poco más halló un nombre que le hizo erizar los pelos “Guerreros Jaguar”, era una elite militante de la cultura Azteca. No sabía si Tepeyollotl y aquel grupo en su tiempo se relacionaron. Por lo menos sabía que procedía de los aztecas.

Ese día Rony se dirigía a la piscina de nuevo. La ciudad se encontraba más serena. Se habían despejado los coches de los edificios, pero seguían inoperantes para ser reparados. Al pasar por el lugar vio a varias personas fotografiar los destrozos que aún quedaban.

Arribando a la piscina la primera en ir a saludarlo fue Boris.

-¿Hermano como sigues?- quiso saber mirando a Rony de forma suspicaz.

-No estuve enfermo- enfatizó seriamente. No quería transmitir que le dolía lo de Marcella.

Advirtió que Boris se contenía de seguir preguntando, los cachetes se le hinchaban y soltaba aire ansioso.

-¿Tú llegaste a ver al jaguar?- fue lo que finalmente formuló, mirándolo directamente a los ojos.

-Claro como todos, fue escalofriante- respondió asintiendo con la cabeza, como para darle más seguridad a la respuesta. Había escuchado esa expresión de bastantes personas.

Boris procedió entonces a contarle su experiencia, además de hacer énfasis en el comportamiento del profesor Montaño.

-¡Seguro fue la tensión!, sabes con el miedo la gente actúa diferente- manifestó Rony, aliviado de tocar otro tema que no lo relacionaba directamente.

-Yo creo que él es una persona violenta, esconde toda esa fachada detrás de “y que persona sensible”-replicó su amigo poniendo una expresión despectiva.

Rony hizo un gesto afirmativo para darle la razón. El también pensaba eso.

Justo en ese momento llegaba Katherine, ella llevaba unos cuantos meses sin ir a la piscina. Era una chica ruda, de cabellos rulos, unas cuantas pecas en las mejillas. Su cara era redonda, pero nada dulce, poseía unos ojos castaños y parecía una especie de coyote fiero. Mayor que Rony por 4 meses, contaba con una fisonomía de mujer, piernas fortalecidas por la natación, además con una buena espalda y un considerable busto. Katherine era la ahijada del profesor Montaña, por ende, ella quería ser la mejor nadando, por esa razón andaba a la caza de ganarle a Rony en todo tipo de competencias.

-¿No!- murmuró Boris con un tono ensombrecido. -Llegó la troll- dijo. Boris se la llevaba falta con Katherine.

Rony no pudo evitar reírse un poco. Ver a su amigo repeler a una chica resultaba algo poco común.

-¡Listo para nadar, Rony!- exclamó Katherine acercándose, le dio una fuerte palmada en el hombro. -¡Que fuerte estas!- mientras le pasaba la mano, -espero que des la talla.

El solo encogió los hombros, no comprendía porque había asistido. Impresionar a Marcella nadando no tenía sentido.

-Si claro- dijo sin ganas.

Katherine seguía sonriendo, mientras Boris ponía cara de asco. En pocos segundos se manifestó Marcella que llegaba cogida de manos con Cunaro. Rony al verla aparecer ingreso a la piscina, no quería charlar de nuevo con ella.

En el entrenamiento se dio cuenta que estaba braceando morosamente y sin entusiasmo, Boris lo pasaba, al igual que Katherine, incluso se llevó un regaño de la profesora.

-¿Qué tienes Rony? No la estás dando compañero- le recrimino Katherine, en un momento de descanso.

Sonó el silbato de salida y aprovecho para no contestar.

Terminando el entrenamiento, mientras se secaba y se vestía apresurado, se encontró cara a cara con Marcella.

-¡Feliz cumpleaños tardío!- manifestó ella con una cara de disculpa y luego le abrazó.

Sintió todo el calor y fragancia que emanaba de ella, olía a frambuesa. Procuró no temblar mucho de la emoción que le embargaba.

-¡Ay! Tienes frio… ¡Pobre!- Exclamó Marcella, con su voz angelical. -Aquel día te busqué para darte tu regalo, pero bueno… sabes lo que paso- dijo con un dejo de miedo. -Me asusté por un momento, porque ni tu ni Boris aparecían, gracias a dios, me encontré a Boris, tiempo después te vi en el carro con ese policía.

-Era mi tío- explicó sonriente, buscó con la mirada a Cunaro, no lo encontró “¿Qué le había pasado?”

-¡Ah ya!.. Bueno en fin aquí tu regalo- le enseñó un chocolate. -El anterior me lo comí- aclaró riendo, su risa era armoniosa.

Sentía un cosquilleo subirle desde la barriga hasta el cuello, esperaba no verse sonrojado. Rony admiraba la sonrisa luminosa, los ojos cristalinos que refulgía al hablar y el movimiento ondulatorio de su cabello, era algo hipnótico.

-¡Muchas… gracias!- respondió agarrando el regalo torpemente.

Pareció que todo volvería a ser como antes; se terminó de vestir y fueron los dos solos a hablar de trivialidades, Rony, relataba lo interesante de los libros que le habían regalado, a su vez ella se burlaba por leer tanto.

-¿Crees en lo fantástico?- preguntó Rony de repente.

Marcella puso cara de extrañada, pero eso no alteró su bella sonrisa.

-¿A qué te refieres con eso?- comentó dándole unos golpecitos en la axila. -¡Yo soy fantástica, entonces existo!.

Rony rió divertido, mientras en su mente le daba toda la razón.

-¿Crees que existan dragones, unicornios, vampiros, hombres lobos, monstruos o dioses?- masculló bajito, sintió incomodidad al tocar ese tema, pero deseaba conocer su opinión. Quería además, decirle su secreto del collar.

-No sé, en el mundo hay cosas de cosas- dijo ella poniendo una expresión reflexiva. -Seria bueno que existieran los unicornios- Marcella le miró divertida -Aunque creo que lo preguntas por ese jaguar extraño que todos dijeron ver ¿Verdad?

Esta vez, Rony se echó a reír con ganas, buscando la manera de aflojar el nerviosismo. Ella siempre hacía eso, él intentaba poner seriedad en la conversación, y ella de una extraña forma salía con un disparate.

No tenía pensado contarle su secreto a nadie, ni siquiera a Boris que era su mejor amigo, pero al estar con Marcella estaba considerando decirle. Se puso a acariciar el collar sopesándolo.

-¡Qué bonito collar!, déjame verlo- pidió como una chiquilla.

-¡Fue un regalo de mi cumpleaños también! Si supieras las cosas que he vivido con esto- dijo Rony, forzaba la sonrisa. -¿Sabes que hace?- habló indeciso.

-¿Qué… ¿Qué hace?- manifestó distraída Marcella.

 

El siguiente capítulo será publicado el sábado que viene

 

 

Entregas anteriores

 

1.Prefacio	2. La primera transformación parte 1
3. La primera transformación parte 2	4. La primera transformación parte 3
5. La primera transformación parte 4	6. La primera transformación parte 5
7. La primera transformación parte 6	8. ¡Ser o no ser héroe!, parte 1
9. ¡Ser o no ser héroe!, parte 2	10. ¡Ser o no ser héroe!, parte 3

FuenteImágenes editadas con Canvas y Picsart. Todas las demás con sus respectivas fuentes y el separador hecho en Illustrator y Photoshop

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